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Qué hacer si no consigues a la nota para acceder a la universidad

¿Tu nota de admisión no es suficiente para acceder a la carrera que querías? ¿Se ha publicado la asignación de plazas en la universidad y no has podido acceder a ningún grado?

Ante todo, elimina el sentimiento de fracaso de tu mente, intenta afrontar la situación serenamente y tómatelo como una oportunidad para abrirte a nuevas posibilidades.

En caso de que no puedas acceder a tus estudios universitarios preferentes o si te quedas sin plaza en la primera asignación, recuerda que el proceso de adjudicación de plazas es largo y pueden darse movimientos. 

Sin embargo, es importante que explores otras opciones e inicies los trámites en paralelo, pues también tienen sus plazos y requieren tiempo. A continuación, te proponemos algunas alternativas.

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1. Presentarse a la siguiente convocatoria de selectividad para mejorar la nota

Esta opción se puede intentar tantas veces como desees. Es importante saber que, si obtienes una nota inferior en la siguiente convocatoria, no debes preocuparte, ya que en la fase obligatoria siempre contabilizará la mejor calificación obtenida independientemente de la convocatoria

Mejorar la nota de la selectividad no suele ser fácil. Esta alternativa es recomendable si tienes una buena nota media de Bachillerato y la nota de corte no está muy por encima de tu nota de admisión. También es interesante cuando tu resultado ha sido inesperado a causa de algún "lapsus" durante las pruebas.

Para subir nota tienes tres opciones diferentes:

  • Repetir toda la prueba de la selectividad, fase obligatoria y voluntaria.
  • Presentarte solamente a la fase voluntaria y mantener la nota de la fase obligatoria.
  • Presentarte a la fase obligatoria y mantener la nota de cada asignatura de la fase voluntaria, que tienen una validez de 2 años. En este caso, deberás realizar las pruebas de todas las asignaturas que componen la fase obligatoria.

Debes tener en cuenta que las plazas de los estudios más demandados suelen agotarse en la convocatoria ordinaria, por lo que en la extraordinaria las plazas libres serán inferiores.

En ese caso, es importante que valores los estudios relacionados que puedan ser una alternativa, o esperar al curso siguiente para realizar una nueva preinscripción e intentar acceder al grado que te interesa. 

 

2. Tener en cuenta la oferta de las universidades privadas

Las universidades privadas requieren la selectividad aprobada, evidentemente, pero no suelen regirse por nota de corte, sino que cada centro define su sistema de acceso.

La preinscripción a las universidades privadas puede realizarse de forma simultánea a las universidades públicas. Eso sí, cabe cierta planificación puesto que los períodos de solicitud de plaza pueden ser anteriores a la selectividad y en este sentido deberás informarte si tienen aún plazas disponibles.

Las universidades privadas ofrecen sistemas de financiación y becas para sus estudios, es importante que te informes para valorar la viabilidad de esta opción.

 

3. Consultar la oferta de las universidades online o a distancia

Los periodos de inscripción y matriculación de las universidades no presenciales suelen ser un poco más largos.

Además, no acostumbran a aplicar notas de corte a las solicitudes de los estudiantes, ya que el número de plazas no es tan limitado. 

 

4. Valorar universidades en otras comunidades autónomas

Puedes considerar matricularte en un grado impartido en una universidad que pertenezca a una comunidad autónoma diferente a la tuya.

Antes de nada, asegúrate de que la nota de corte sea accesible. 

 

5. Matricularse en la carrera asignada e intentar cambiar de grado más adelante

Cuando realizas la preinscripción, indicas los estudios que te gustaría realizar por orden de preferencia. Si no consigues la nota y no puedes acceder al que solicitas en primer lugar, te asignan la siguiente opción.

Matriculándote a estos estudios tendrás la oportunidad de probar si te satisfacen lo suficiente o valorar un cambio más adelante.

Para ello, deberás confirmar que la universidad permite cambiar de grado más adelante o facilita la convalidación de materias entre grados diferentes. 

 

6. Invertir en Formación Profesional: realizar un ciclo formativo de grado superior

Esta opción requiere cierta planificación puesto que la preinscripción se realiza en un período anterior a la preinscripción universitaria.

Un ciclo formativo de grado superior (CFGS) es una excelente formación más centrada en la práctica que te permitirá adentrarte en el área de interés de los estudios universitarios a los que te querías incorporar.

Una vez superado el ciclo, si quieres ampliar tus estudios podrás acceder a un grado universitario mediante la vía de acceso que más te favorezca: Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) o CFGS. 

 

7. Explorar la formación no reglada y mejorar tus competencias profesionales

Existen numerosos cursos de carácter no reglado que permiten iniciarse en el sector de interés y, de este modo, tener más claro si aquello en lo que uno quería matricularse es realmente lo que quiere o no.

Un ejemplo de ello son los MOOC, una formación online y gratuita ofrecida por algunas de las mejores universidades. La diferencia con esta formación respecto a los estudios oficiales de la universidad y la formación profesional es que te van a capacitar para el ejercicio de una actividad profesional, pero la titulación que te darán no es oficial u homologada.

En la extensa oferta de cursos, sin duda se pueden encontrar aquellos que permiten mejorar conocimientos y competencias personales y profesionales demandadas por las empresas y que ahora se dispone del tiempo para afrontar: cursos de idiomas, tecnologías, resolución de problemas, técnicas de negociación o trabajo en equipo, etc.

 

8. Tomarse un año sabático

En caso de tener que esperar un año para volver a optar a una plaza, podrías invertir los 365 días en aprender y formarte por otros medios menos formales y fuera del sistema.

Las experiencias pueden aportar un gran valor y estimular nuevos proyectos en la construcción de la propia carrera de vida y profesional: viajar, conocer otras lenguas, formarse en el marco de otra cultura, realizar un voluntariado en otra comunidad o país...

Sin duda, esta experiencia te ayudará a conocerte mejor, un elemento clave en el proceso de toma de decisiones sobre el futuro académico y profesional, y a retomar tu formación superior con nuevos ánimos.

 

9. Estudiar en el extranjero

Puedes optar por explorar las diferentes opciones de formación en el extranjero o simplemente mejorar tus competencias lingüísticas. En el caso de querer realizar un grado en una universidad extranjera, debes informarte previamente de los criterios de homologación tanto en tu país como en el país de destino.

Es una alternativa interesante, sin duda, aunque requiere tiempo y planificación mínima de un año para realizar los trámites necesarios de admisión al país deseado.

 

10. Lanzarse al mercado laboral

Desempeñar un trabajo, aunque sea temporal, te ayudará a desarrollar una serie de habilidades y competencias muy útiles para definir tu proyecto profesional.

Además de la experiencia, te sentirás útil y te darás un tiempo para reflexionar sobre todas estas alternativas que tienes para retomar tus estudios superiores que sin duda van a mejorar tus oportunidades laborales.