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La actitud que debemos tener ante las redes sociales, desde mi punto de vista, es favorable, teniendo en cuenta la iniciativa y el liderazgo de los docentes que se convierten aún más en guías y orientadores de sus alumnos. La ilusión parecida al descubrimiento que profesan muchos de los estudiantes puede reconvertirse en energía para el aprendizaje con mayores dosis de participación y trabajo colaborativo.

Es positiva la creciente dinámica de creación y de difusión de información estadística, sociológica o psicométrica sobre temas de educación, formación y trabajo. Pero también comparto la idea que cada vez es más importante saber buscar, seleccionar, ordenar, analizar y difundir de forma adecuada esta información, estos datos.
No siempre más es mejor. Pero seguro que es mejor tener que no tener. Aunque sea para descartar.

Somos lo que aprendemos. Creamos nuestra estrategia de estudio y luego, mediante determinadas técnicas o trucos, nos formamos, nos hacemos. No es que las técnicas de estudio y las estrategias de aprendizaje sean importantes para luchar contra el fracaso académico y para estimular el éxito. Es que la forma de escuchar en clase, de estudiar, de memorizar, de aprobar o suspender un examen o una evaluación ya indica quién puedes ser en un futuro.

La Unión Europea y su apuesta por las competencias deberían minimizar esta dicotomía que el Ministro Gabilondo quiere superar. Los estudios de Bachillerato y de Formación Profesional incorporan ya en sus planes de estudio una formación mucho más práctica –los procedimientos- que complementa la base teórica, igualmente necesaria, sustentada en la tradicional acumulación de conceptos. Asimismo, el reconocimiento del trabajo de investigación y de las prácticas como método eficiente de aprendizaje consolida el modelo más terrenal.

Pensando ya en 2011, dos deseos: 1. Conseguir que todos los actores que intervienen en la mejora del sistema educativo, en su transformación, alineen sus intereses para dedicar los (pocos) recursos y la fuerza de voluntad a mejorar. Que rememos todos en el mismo sentido y con el timón bien dirigido.
2. Dar a la orientación académica, profesional y laboral el empuje que se merece como respuesta a las incertidumbres de alumnado y familias y como apoyo a los profesionales que quieran mejorar, cambiar de trabajo o encontrarlo.

Ahora es el momento de llenar las plataformas de contenido y de herramientas útiles. La tecnología puede servir de detonante de cambios o puede confundir aún más al personal –docentes, alumnado y familias. No es momento de echarse atrás, sino de analizar rápidamente todos los procesos que fallan y seguir formando a alumnos y especialmente a profesorado en el uso inteligente de la tecnología.

Aunque España ha mejorado en 20 puntos en comprensión lectora y 3 en matemáticas respecto al 2006 –ésta es la buena noticia- y repite resultados en ciencias, la educación del país sigue estando por debajo del promedio de la OCDE en todos los casos. Existe un grupo elevado de alumnos que presentan resultados "insuficientes", datos parecidos a la media de OCDE. En cambio, sólo un 3% de ellos saca resultados "excelentes", cuando en la media de la OCDE hay un 8%.

Si ponemos más énfasis en el análisis de los éxitos escolares, es decir, en aquello que funciona, y dedicamos los cambios de timón, los presupuestos y la atención mediática en los logros, se creará una dinámica favorable para impulsar los cambios para reducir el fracaso.

Las redes están pasando por encima del mundo educativo como un tsunami. Por encima de docentes y gestores, es decir, de la organización educativa, del centro de enseñanza. Por encima de su vertiente comunicativa y comercial, si la tienen, en el caso de las empresas educativas. Y sobre todo, por encima de su modelo de aprendizaje y pedagógico, la esencia de la función educativa.

Las competencias se adquieren ejercitando actuaciones concretas en escenarios concretos, es decir, aprender haciendo cosas. El Aprendizaje-Servicio es, en esencia, eso: un espacio para aprender siendo útil a una comunidad determinada con necesidades específicas y con un proyecto concreto.

Los premios Educaweb de Orientación Académica y Profesional demuestran que hay mucho talento, a nivel individual o institucional, para hacer progresar la práctica orientadora y colaborar de forma decisiva en la lucha contra el abandono escolar y universitario y facilitar la (re)inserción laboral y el progreso de las personas en toda su vida.

Las preguntas tradicionales que se plantean en toda estrategia de marketing también deben ser respondidas en el sector de la educación, ya sea obligatoria, postobligatoria reglada y no reglada, si entendemos marketing como el proceso social y económico por el que los grupos e individuos satisfacen sus necesidades al crear e intercambiar bienes y servicios.

La tecnología ha aparecido en el aula como una innovación disruptiva, que ha surgido desde el exterior del propio sistema escolar. Los que menos sacudidos están son los alumnos, probablemente. Ellos, nativos digitales, viven con naturalidad unas herramientas y utilizan unos lenguajes y unos espacios digitales que son propios de su generación. Son las organizaciones las que no están del todo preparadas.

La apuesta pedagógica por las competencias de acción complementa los saberes y las capacidades con la habilidad de activarlos en un entorno concreto, potencia el saber gestionar los recursos disponibles y los comportamientos creativos. Ayuda al alumnado en lugar de clasificarlo

La receta para combatir el paro tiene tres ingredientes principales: la formación, la innovación y la internacionalización. Sin empresas y personas abiertas al mundo, que hablen idiomas de forma fluida y con predisposición a la movilidad internacional, sin una voluntad de formación permanente, el único futuro que nos queda es el de la queja y el subsidio.