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Las redes sociales como oportunidad pedagógica y formativa

Editorial

La actitud que debemos tener ante las redes sociales, desde mi punto de vista, es favorable, teniendo en cuenta la iniciativa y el liderazgo de los docentes que se convierten aún más en guías y orientadores de sus alumnos. La ilusión parecida al descubrimiento que profesan muchos de los estudiantes puede reconvertirse en energía para el aprendizaje con mayores dosis de participación y trabajo colaborativo.


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Enric Renau. Editor
El mundo educativo vive los cambios, en demasiadas ocasiones, como un ataque a su forma de hacer y de ser. Los retos se perciben como amenazas y no se aprovechan las oportunidades por el miedo.

Con las redes sociales puede pasar lo mismo que con la informática e Internet: que los docentes y alumnos convivan con la tecnología en todos los ámbitos de su vida cotidiana excepto el educativo.

Por fortuna, las cosas están cambiando y cada vez más existe una actitud favorable a incorporar la tecnología y unos nuevos usos de la misma en el aprendizaje y la docencia.

Es evidente que el uso indiscriminado, mal planificado o inconsciente de las redes sociales y, también de otros artilugios de base tecnológica y comunicacional, como el televisor, los videojuegos, los móviles son una amenaza para el funcionamiento de un aula, que puede distorsionar el papel del profesor/a., para los hábitos de estudio en casa y para la integración de conceptos. Según un estudio de la Fundación Antena 3, "En busca del éxito educativo", tres de cada diez escolares están conectados a Internet mientras estudian y un 80% que participa en redes sociales tiene el móvil encendido cuando están con los quehaceres escolares.

Pero por otro lado, las aulas escolares o universitarias no pueden ser islas perdidas en un mundo digital. No estaríamos preparando ciudadanos para el futuro.

Algunos de los usos relacionados con las redes sociales que detecto y del que existen buenas prácticas son:
  • La creación de grupos de interés en determinadas materias o temáticas y su facilidad de fomentar la interacción fuera del aula, con compañeros/as de otros cursos o de otros centros.
  • El trabajo sincrónico entre alumnos y entre profesorado.
  • La construcción de un proyecto colaborativo y su desarrollo (un trabajo de investigación, el aprendizaje servicio, etc).
  • La difusión e interacción del conocimiento adquirido y de ideas innovadoras
  • El refuerzo del sentimiento de pertinencia al centro, al grupo de aprendizaje, al equipo deportivo o musical.
  • La conexión de antiguos alumnos y la comunicación con los alumnos y en el caso escolar, con sus familias
La actitud que tenemos que tener ante las redes sociales, pues, desde mi punto de vista, es favorable, desde la iniciativa, el liderazgo de los docentes que se convierten aún más en guías y orientadores de sus alumnos. La ilusión parecida al descubrimiento que profesan muchos de los estudiantes puede reconvertirse en energía para el aprendizaje con mayores dosis de participación y trabajo colaborativo.

También es cierto que al cabo de un tiempo debemos evaluar el impacto de las redes y la tecnología para confirmar y desmentir mis hipótesis y modificar lo que haga falta para que la educación siga al ritmo de la sociedad y, en la medida de lo posible, lidere su transformación.

Enric Renau
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