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"La demanda de titulaciones de FP de la familia sanitaria ha crecido considerablemente"

Entrevista

Hay un desajuste entre la oferta de FP de Sanidad y las necesidades del sector, según Mónica Moso, responsable del Centro de Conocimiento e Innovación de CaixaBank Dualiza

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Mónica Moso Díez. Responsable del Centro de Conocimiento e Innovación de CaixaBank Dualiza
Mónica Moso Díez es responsable del Centro de Conocimiento e Innovación de CaixaBank Dualiza y la co-directora del estudio El sector sanitario y sociosanitario catalán en clave de FP, elaborado por el Observatorio de la Formación Profesional en conjunto con Fundació BCN Formació Professional. También ha participado en otros estudios e informes relacionados con la Formación Profesional.
 
Es doctora en Ciencias Políticas y de la Administración, especializadas en las Políticas Públicas para la Ciencia, Tecnología e Innovación por la Universidad del País Vasco y MBA por la ESEUNE Business School. Entre los trabajos que ha realizado en su trayectoria profesional se encuentran su experiencia en el ámbito universitario como docente e investigadora en distintas universidades (Universidad del País Vasco, MIUC, etc.) y directora del Clúster del Medio Ambiente del País Vasco y del Clúster Conocimiento en Gestión Empresarial del País Vasco.
 
Según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional, la mayoría del alumnado que elige estudiar FP se decanta por un ciclo formativo relacionado con sanidad ¿A qué se debe que los ciclos formativos de la familia profesional de Sanidad sean de los más demandados por los estudiantes?
 
Es verdad que la familia profesional de Sanidad está atrayendo a muchos estudiantes en los últimos años. De hecho, es la primera familia profesional en cuanto a estudiantes matriculados (172.280), suponiendo el 17,5% del total del alumnado en la FP educativa española en el curso 2020-2021. Si bien, ha crecido un 17,9% respecto al curso anterior, por lo que el efecto pandemia está presente como motivo para despertar vocaciones en Sanidad.
 
Según los indicadores del Observatorio de FP de CaixaBank Dualiza, elaborado junto a Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad, que trabaja con los datos consolidados del Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP), en el curso 2016-2017 había 118.325 estudiantes matriculados y en el curso 2020-2021, un total de 172.280. Esto supone una diferencia continuada al alza del 45,6%, lo cual duplica la media de ascenso de la matrícula en el total de la FP.

Sin embargo, a la hora de ver las motivaciones de este crecimiento es importante tener en cuenta varias cuestiones para entender la familia profesional de Sanidad en el sistema de FP educativo y en su cualificación para el mundo laboral.
 
En primer lugar, la oferta de ciclos formativos entre Grado Medio y Grado Superior es desigual tanto en la cantidad como en la heterogeneidad de cualificaciones que ofrecen. Las titulaciones ofertadas en Grado Medio son 3 (Técnico de Cuidados Auxiliares de Enfermería, Técnico en Farmacia y Parafarmacia y Técnico de Urgencias Sanitarias), mientras que las de Grado Superior son 10 (Técnico Superior en Anatomía Patológica y Citodiagnóstico, Técnico Superior en Audiología Protésica, Técnico Superior en Documentación y Administración Sanitarias; Técnico Superior en Higiene Bucodental, Técnico Superior en Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear, Técnico Superior en Dietética, Técnico Superior en Laboratorio Clínico y Biomédico, Técnico Superior en Ortoprótesis y Productos de Apoyo, Técnico Superior en Prótesis Dentales y Técnico Superior en Radioterapia y Dosimetría). Por tanto, la oferta en Grado Medio se concentra en unas pocas actividades, mientras que el Grado Superior ofrece un amplio abanico de cualificaciones con un mayor nivel de sofisticación.
 
En segundo lugar, existe una mayor atracción de jóvenes a cursar ciclos formativos en Grado Medio (94.881 estudiantes) que en Grado Superior (77.399) en el curso 2020-2021. En parte esto se podría explicar desde una perspectiva de inserción laboral, ya que la última Encuesta de Transición Educativa-Formativa e Inserción Laboral del INE apunta en esta dirección. Esta encuesta, entre otras cuestiones, muestra que la tasa de afiliación media a la Seguridad Social en el momento de su publicación (2019), y tomando como referencia a los que se titularon en el curso 2014-2015, esta tasa es mejor en los titulados en Grado Medio (66,1%) que en los de Grado Superior (56,1%). Si a esto se une el relevo ocupacional que se está dando en esta década, debido a la jubilación del baby boom, vemos que las predicciones sobre las oportunidades de empleo de las Actividades Sanitarias y Servicios Sociales a lo largo de esta década son de 734.475, calculadas por el Observatorio de FP con datos del Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop).
 
En tercer lugar, la evolución de la matriculación es bastante desigual en función de la titularidad de los centros de FP (públicos y privados). Las matriculaciones que más han crecido son en los centros privados (96,5%) respecto a los públicos (10,8%). El mayor crecimiento se ha dado en el Grado Superior en los centros privados (133,3%), mientras que en los públicos ha sido moderado (10,5%). Si bien los ciclos formativos de Grado Medio han incrementado en matriculación, este ascenso ha sido del 67,2% en centros privados y del 10,5% en centros públicos. Al no contar con los datos de demanda de los estudiantes de estos ciclos, por ahora, es difícil discriminar si la demanda por parte de los potenciales estudiantes ha aumentado o bien es fruto del incremento de plazas, primordialmente, en FP Grado Superior. Una primera aproximación apunta a que ambos factores influyen, aunque se requerirá investigar al respecto.
 
Por todo ello, se podría decir a priori que distintos son los motivos que llevan a este incremento, de carácter tanto estructural como puntual.
 
Entre los motivos estructurales destacan las tendencias sociodemográficas donde se evidencia un intensivo envejecimiento de la población y las necesidades en servicios sanitarios al respecto, lo cual conlleva la generación de expectativas laborales. Otra cuestión estructural importante es el relevo laboral generacional que va a tener lugar en esta década, momento en el que muchos de los profesionales sanitarios se van a jubilar y se presentarán muchas oportunidades de empleo para las personas tituladas como técnicos y técnicos superiores en el sector sanitario.
 
Asimismo, cuestiones más puntuales como la crisis del COVID-19 ha revelado la necesidad de profesionales en el ámbito sanitario, y ha supuesto un fuerte revulsivo para avanzar en el reconocimiento y la transformación del sector sanitario.  A raíz de la pandemia la demanda de titulaciones de FP de la familia sanitaria ha crecido considerablemente gracias al gran reconocimiento social y el impacto mediático que han tenido las profesiones sanitarias.
 
Por tanto, la sanidad no solo está "de moda", sino que se evidencia la necesidad de profesionales en este sector a lo largo de toda la década.
 
¿Cuáles son las ocupaciones emergentes relacionadas con la FP del ámbito de la sanidad y cuáles de ellas tendrán más demanda los próximos 5 años? ¿Por qué?
 
Según el estudio mencionado anteriormente, elaborado por la Fundació BCN Formació Professional y CaixaBank Dualiza (2022), los perfiles profesionales relevantes o emergentes son diversos, tales como técnico/a de evaluación y control de calidad,  técnico/a especialista en tratamiento de imágenes, técnico/a de procedimientos administrativos clínicos (asistente clínico) y/o de gestión documental, técnico/a en Big Data/metanalista, técnico/a especialista en ecografía, técnico/a especialista en resonancia magnética y técnico/a de impresión 3D protésicos.
 
Estos perfiles responden a las principales tendencias innovadoras del sector sanitario que comprenden la digitalización; la integración social y sanitaria; el Big Data y la inteligencia artificial; la telemedicina, teleconsulta y teleasistencia; las tecnologías derivadas del 5G, el internet de las cosas y la robotización; las unidades 3D; la humanización (modelo de atención centrado en la persona y empoderamiento del/la paciente), etc.
 
Si bien este estudio se focaliza a nivel autonómico en el caso catalán, se podría extrapolar en gran parte los resultados a nivel estatal, destacando que las ocupaciones más demandadas eran de técnico/a de laboratorio de diagnóstico clínico, auxiliar de enfermería hospitalaria y de primaria.
 
¿A qué se debe la dificultad de cubrir estos puestos para técnicos de FP y cómo se puede solucionar esta situación?
 
La evolución del mercado laboral apunta a que a pesar de que la mayoría de las ocupaciones del sector sanitario vinculadas al sistema de FP presentan unas buenas perspectivas en términos de ocupación, no ocurre lo mismo con la calidad de los puestos de trabajo. Los indicadores analizados muestran en la mayoría de los casos unas ocupaciones vinculadas a la función pública bastante precarizadas.
 
Un análisis de esta precarización, resultando del estudio catalán mencionado, identifica dos situaciones en el ámbito sanitario. La primera se refiere a aquellas ocupaciones con una alta rotación, una elevada temporalidad y una corta duración de los contratos que corresponden a los técnicos/as de apoyo al diagnóstico (imagen, anatomía patológica y citología, radioterapia) y auxiliares de enfermería.
 
La segunda es la que se refiere a una ocupación con baja rotación, porcentaje significativo de contratación indefinida y contratación temporal de 4 meses de media, que corresponde a los técnicos/as superiores documentación sanitaria. En términos generales, el análisis muestra que ocupaciones vinculadas a la función pública están bastante precarizadas, con una alta rotación laboral, elevada parcialidad, escasez de nuevos contratos en régimen indefinido y una duración muy corta de los contratos temporales.
 
Asimismo, se apunta a que existe un importante desajuste entre la oferta formativa y ciertas necesidades del sector. En este sentido se podría mencionar que el principal desajuste encontrado es que determinados perfiles profesionales específicos para los que las titulaciones actuales distan de contar la preparación adecuada y suficientes, como es el caso de los técnicos/as especializados en citodiagnóstico, ecografía, tratamiento de imágenes, medicina nuclear, macroscopía o farmacia hospitalaria, entre otros. Esto supone una dificultad considerable para los centros sanitarios, que deben de dedicar excesivos recursos a la cualificación de algunos perfiles concretos.
 
Por tanto, el principal motivo de la existencia de dificultades para la cobertura de ciertos puestos de trabajo es no encontrar suficiente personal con la cualificación requerida, seguido de unas condiciones laborales poco atractivas, y en algunos territorios de España, la ubicación geográfica es un factor relevante.
 
¿Qué cambios deberían realizarse en el sistema de FP para que sus titulados estén preparados para ocupar estos puestos?
 
Tras una profunda reflexión sobre este tema con expertos, profesionales y profesorado de la familia profesional de Sanidad, en el marco del estudio mencionado que se hizo durante la pandemia, surgieron diferentes propuestas de mejora que mencionaré a continuación.
 
Por un lado, se proponía mejorar la planificación estratégica e integral de la oferta de la familia profesional de Sanidad, impulsando nuevas especialidades y titulaciones híbridas dentro del sistema de FP que den respuesta a perfiles específicos y emergentes. Asimismo, se proponía mejorar los itinerarios formativos y revisar los currículos para garantizar su adecuación y actualización, enfatizando la relevancia de las competencias transversales y de investigación en los currículos.
 
Por otro lado, se proponía desarrollar estrategias diversas que conduzcan al impulso de la FP dual en el sector sanitario (clarificar y difundir el marco normativo, partidas presupuestarias específicas, etc.). Otras sugerencias propuestas eran vincular los centros de FP a parques sanitarios, potenciar los espacios de diálogo entre los centros de FP y organizaciones sanitarias, y fomentar el aprendizaje basado en metodologías activas por proyectos y en retos reales.
 
Aquellas sugerencias concernientes al profesorado de FP en Sanidad giraban sobre iniciativas que dieran a conocer al profesorado y a centros sanitarios medidas flexibilizadoras como el traslado del aula al centro de trabajo, por ejemplo, intensificando estancias de profesorado de FP de la familia sanitaria dentro de los centros proveedores y flexibilizar más el uso del profesorado especialista.  
 
También se sugería la necesidad de priorizar actuaciones encaminadas a fortalecer el sistema de investigación e innovación sanitaria para acercarse a los parámetros de otros países europeos.

Por último, es importante incentivar la FP Dual en el sector sanitario. La formación en alternancia es una fórmula que ayuda a dar respuesta a las necesidades del mercado laboral y del estudiante, fomentando un proceso de enseñanza-aprendizaje compartido entre el centro de FP y el centro de trabajo. En la medida en que muchos centros de trabajo en el ámbito sanitario son de carácter público, hasta ahora ha sido una barrera para la dual. La nueva Ley de Integración y Ordenación de la Formación Profesional tiene como objetivo dualizar todo el sistema de FP, por lo que será un área de trabajo importante en los años venideros.
 
La familia profesional de sanidad tiene una alta proporción de mujeres, el 75,6% del alumnado, según el Observatorio sobre la FP en España. Informe 2021. ¿Como se puede reducir la brecha de género en este sector?
 
Es cierto que esta brecha es estructural, y desde el Observatorio entendemos que el mecanismo de transformación más potente es la orientación académica y profesional, desde etapas muy tempranas. En términos generales, la orientación previa que recibe el alumnado sobre el sistema de FP y las diferentes titulaciones es deficitaria, ofreciéndose poca información concreta sobre los perfiles y las competencias profesionales asociadas a cada titulación.
 
Esta situación se puede extrapolar, de forma inversa, a otras familias profesionales donde las mujeres cuentan con una presencia mínima, como es el caso de las industriales o STEM. La nueva Ley refuerza esta línea de trabaja en su articulación, y se tendrá que desarrollar en los próximos años. En cualquier caso, esta transformación debe ir alineada con los cambios culturales de la sociedad española, y ahí tendremos que trabajar conjuntamente.
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