Descripción
El proyecto que presentamos trata de diseñar, junto con los participantes, un itinerario profesional a la medida para que termine resultando un “proyecto de vida”, de modo que el proceso de inserción sociolaboral sea una experiencia significativa para estas personas. En este sentido, se trabaja tanto la formación técnica como las múltiples facetas transversales y culturales que deben potenciar aspectos de su personalidad como la iniciativa, el interés por aprender o las habilidades comunicativas, entre otros.
El proyecto nace debido a la composición estructural y coyuntural de nuestra sociedad, que ocasiona que cada vez más personas se encuentren en situación de inactividad laboral o que se mantengan activas en trabajos precarios. En abril de 2013, último periodo del que se tienen datos según la Encuesta de Población Activa del INE, el número personas desempleadas en Catalunya se situaba en 902.300 personas, 652.000 de ellas solo en la provincia de Barcelona, lo que supone unas tasas de desempleo, en ambos casos, superiores al 24 %. Cuando esta situación de desempleo va asociada a varias circunstancias adversas (como las familiares o las económicas), puede acabar provocando una situación de exclusión. De hecho, los diferentes observadores sociales y laborales destacan la constitución de unas bolsas de paro cada vez más relacionadas con los colectivos más vulnerables de la población.
Así pues, este proyecto nació en el año 2002 para hacer frente al hecho de que el contexto actual genere una peligrosa dualización de la sociedad, provocando graves desequilibrios que incrementan las distancias entre los grupos sociales. Desde su nacimiento, ha atendido a unas 5.000 personas, distribuidas anualmente de la siguiente forma: (Ver documento PDF)
Objetivos
En general, la intervención tiene como objetivo diseñar, junto con el participante, un proyecto personal y profesional sostenible, a medio y largo plazo, para mejorar la empleabilidad de las personas participantes en riesgo de exclusión y orientarlas en la consecución de su inserción sociolaboral. Sin embargo, a nivel más específico,
la actividad de los profesionales encargados del proyecto se divide en tres focos de actuación, para los cuales se marcan una serie de objetivos concretos:
Objetivos específicos con los participantes.
Pretendemos que los participantes alcancen los siguientes objetivos:
• En el ámbito de los conocimientos:
- Identificar capacidades y limitaciones personales que les sirvan para poder definir su perfil profesional.
- Identificar sus competencias profesionales y adaptarlas al entorno laboral.
• En el ámbito de las habilidades:
- Adquirir y/o recuperar las habilidades de comunicación personales y de relación con los otros.
- Hacer un uso adecuado de los recursos del entorno, fomentando la alfabetización informática y el acercamiento a la comunidad.
• En el ámbito de las actitudes:
- Aceptar las limitaciones y valorar las capacidades personales.
- Respetar los acuerdos definidos en las tutorías.
• En el ámbito de la inserción laboral:
- Describir y hacer un uso adecuado de diferentes técnicas y canales de búsqueda de trabajo, acceso a las nuevas tecnologías, etc.
- Discriminar sectores y ámbitos de trabajo con posibilidades de inserción.
- Adquirir y/o recuperar las habilidades y actitudes necesarias para la integración social y laboral.
- Diseñar un proyecto sociolaboral, autoevaluar-lo y tomar decisiones para nuevas reformulaciones.
Objetivos con los agentes implicados.
La empresa y las entidades de referencia, indispensablemente, son medios para conseguir los objetivos con los participantes y, como tales, hay que planificar objetivos al respecto:
• Objetivos con las entidades de referencia.
- Concretar pautas y protocolos de actuación coordinada para hacer más eficaz la gestión y favorecer la mejora de la empleabilidad de las personas.
- Derivar al participante al recurso más adecuado a sus necesidades sociolaborales y formativas, cuando sea necesario.
- Mejorar la comunicación con las entidades de referencia asistencial para conseguir la inserción laboral del participante.
• Objetivos con la empresa
- Sensibilizar a las empresas para que faciliten puestos de prácticas y/o de trabajo remunerado adecuados a la situación de las personas en situación de riesgo.
- Facilitar un servicio continuo de asesoramiento y mediación a las empresas colaboradoras.
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Destinatarios
Los participantes, que siempre se benefician de la actividad gratuitamente, son personas en riesgo de exclusión social provenientes de la ciudad de Barcelona o de su área metropolitana. Pueden pertenecer a colectivos diferentes (inmigrantes extracomunitarios, personas con trastornos mentales severos, exdrogodependientes, familias monoparentales, parados de larga duración, exreclusos, personas con discapacidad psíquica y/o física, jóvenes con problemática psicosocial, mujeres con cargas familiares, parados mayores de 45 años, etc.). Más que una categorización colectivo-problemática lo que define a la persona usuaria de este programa es la dificultad que tiene para encontrar y/o mantener un trabajo.
Por ello, el colectivo atendido será heterogéneo en cuanto a las problemáticas que presentan como individuos, pero será homogéneo en cuanto a intereses y necesidades laborales y formativas.
Lo importante es que las personas que participan en estas acciones acostumbran a presentar un proceso de exclusión similar, por lo que se les facilitan las mismas herramientas para solucionar las diferentes situaciones de exclusión social, independientemente del origen de estas circunstancias. Por ejemplo, la falta de
habilidades sociales dentro de nuestro contexto cultural puede aparecer por varios motivos: aislamiento social a causa del consumo de tóxicos, llegada a un país extranjero, malos tratos, etc. En estos casos, el servicio trabajaría las habilidades sociales aplicadas al entorno laboral, pudiendo extrapolarlas a cualquier situación social. La respuesta del profesional, por lo tanto, puede ser la misma independientemente del origen de la problemática.
En cualquier caso, a nuestro servicio se dirigen personas en riesgo o en situación de exclusión social pertenecientes, principalmente, a los siguientes colectivos:
Parados de larga duración. Colectivo formado mayoritariamente por personas mayores de 25 años, y actualmente se corresponde con un porcentaje muy significativo del conjunto de desempleados. Una situación de paro prolongado requiere de la actualización de las competencias, así como de la adquisición de herramientas que ayuden a mejorar la autoestima y motivación.
Desempleados mayores de 45 años. Acostumbran a ser personas con cargas familiares y económicas que se encuentran en una situación profesional y económica alterada por los cambios provocados a raíz de la pérdida del puesto de trabajo. Esta realidad provoca sentimientos de fracaso y de inutilidad, a causa de la pérdida del estatus social, que pueden derivar en trastornos de depresión y ansiedad. Estas personas necesitan recuperar la confianza en sí mismas, valorar la experiencia laboral adquirida y aprender a reorientarla dentro de las necesidades del mercado actual.
- Jóvenes con problemáticas sociales o familiares, que pertenecen a familias desestructuradas y/o a centros tutelados por la Administración. En muchos casos, presentan problemas de indisciplina y de inadaptación al entorno. Estos jóvenes necesitan tener acceso a herramientas que les permitan vincularse afectivamente, reconducir situaciones, identificar capacidades y valores, y adquirir las habilidades sociolaborales necesarias para poder incorporarse a un puesto de trabajo. El hecho de poder acceder y mantener un puesto de trabajo les puede ayudar a integrarse socialmente.
- Inmigrantes extracomunitarios que cuentan con el correspondiente permiso de residencia vigente. Este grupo de personas necesita conocer nuestro entorno social y el funcionamiento del mercado local, adquirir habilidades comunicativas y complementar las competencias profesionales que les faciliten un acceso normalizado al trabajo.
- Personas discapacitadas y/o con trastorno mental que sufren una baja afectación, con patología compensada, capacidad cognitiva conservada, un bajo nivel de incapacitación y con predisposición para iniciar un proyecto de inserción. Estas personas precisan poder adecuar sus competencias personales y profesionales a las necesidades del mercado, así como buscar estrategias que les ayuden a ser más autónomas, mejorar su nivel actitudinal y descubrir sus capacidades potenciales para desarrollarse laboralmente.
- Mujeres en situación de desempleo. En este colectivo se da prioridad a las mujeres con más dificultades de inserción (mayores de 45 años, inmigrantes, con cargas familiares, víctimas de violencia de género, responsables de familias monoparentales, etc.). Sus necesidades se centran en la recuperación de competencias laborales, capacidades comunicativas y habilidades relacionales, así como en la mejora de su autoestima, el aumento de su tolerancia hacia la frustración y el incremento de su compromiso hacia la conciliación familiar y laboral.
Cabe destacar que se dirigen a este servicio personas que no se encuentran dentro de los circuitos de la red pública de los servicios sociales, puesto que no han hecho una demanda expresa de ello o que consideran que no están todavía necesitadas, a pesar de su situación y sus dificultades para encontrar un trabajo. En cambio, al
tener nuestra entidad como referente de servicio de empleo, sí acuden a nosotros y así entran en el proceso de búsqueda de la inserción sociolaboral y, si hace falta, desde nuestra entidad se les deriva a los servicios sociales correspondientes.
Finalmente, cabe mencionar que las personas son seleccionadas respetando en todos los casos el principio de igualdad. La prioridad con respecto a otros participantes se establece priorizando el acceso de los que muestran una mayor necesidad formativa como medio para su desarrollo personal y profesional.
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Metodología
El proyecto trata del análisis y la mejora de la empleabilidad de las personas beneficiarias centrándose en la identificación de los aspectos intangibles de la empleabilidad que actúan en su inserción laboral y que les dificultan la consecución de un trabajo estable y duradero. En este sentido, la entidad entiende el proceso de exclusión social como un proceso dinámico, en el que actúan elementos estructurales e individuales, y cree en la necesidad de incidir a través de la orientación y la formación práctica en habilidades laborales y de inserción. Se trata, por lo tanto, de diseñar, conjuntamente con los participantes, un itinerario profesional a su medida que debe acabar siendo un “proyecto de vida”, consiguiendo que hagan operativos mecanismos para acceder y mantenerse activos en el mercado laboral a largo plazo.
La intensidad de la atención varía según el caso. La intervención es única para cada participante, dado que tanto el diseño del itinerario individual como la propia capacidad para afrontarlo dependen de las barreras y características personales. Así pues, el técnico-tutor se encarga de intensificar la atención según el caso. Sin embargo, se trata de vincular a los participantes al proyecto como mínimo en seis sesiones individuales y cuatro grupales, que acostumbran a suponer una media de 100 horas por participante (70 de atención grupal y 30 de individual).
En cualquier caso, este proceso se divide en tres fases:
Fase A: Primera acogida y análisis.
En esta fase se contacta con las entidades y servicios sociales con el fin de establecer los canales de derivación de las personas que presentan una mayor urgencia de inserción, pero que, al mismo tiempo, tienen menos oportunidades de alcanzarla.
En esta fase también se produce el primer contacto con el participante, a través de una primera entrevista, en la que se valoran sus barreras y limitaciones, así como las ventajas comparativas, las competencias tangibles y “ocultas” y los aspectos facilitadores.
Esta fase se caracteriza por el conocimiento de la realidad personal, social, formativa y laboral del usuario. La intención es consolidar una relación facilitadora hacia la intervención y el cambio que permita definir una acción planificada y unos objetivos alcanzables por la persona.
Se realizan sucesivas entrevistas de orientación para detectar las necesidades y preferencias de los usuarios, lo que permitirá determinar el itinerario que deberán realizar en función de esta primera valoración de la empleabilidad y de los intereses profesionales.
Fase B: Diagnóstico de la empleabilidad.
Esta segunda fase se basa en la información obtenida durante el proceso anterior, materializada en un protocolo de observación. Representa la primera concreción necesaria para la realización del itinerario personalizado. Los parámetros que tenemos en cuenta para determinar el diagnóstico son los siguientes:
- Área social/familiar: formación (nivel de estudios), situación familiar, situación sociosanitaria, expectativas personales, relación social (capacidad de relación interpersonal y grupal), imagen personal y física (capacidad de adecuar la propia imagen y el aspecto físico a los diferentes contextos sociales), relación con el entorno social (capacidad de integrarse en el entorno social, de utilizar los medios de comunicación y los servicios de la comunidad).
- Área de lenguaje y comunicación: capacidad de comunicación, capacidad de entender las normas sociales, capacidad de interpretar la propia historia.
- Área laboral: intereses y expectativas de futuro, adquisición de hábitos y habilidades laborales, experiencia laboral, conocimiento del mundo laboral.
A partir de este momento, nuestra tarea consiste en relacionar y analizar, desde una visión integral y sistémica, todos los elementos que dan significado a la realidad sociolaboral del usuario y determinar los aspectos intangibles que impiden su empleabilidad. Entonces se propone y se construye un programa de trabajo
personalizado, con unos objetivos y temporalidades concretos teniendo en cuenta la duración del programa. Este paso es primordial, ya que de la coherencia del diagnóstico se deriva el correcto planteamiento de los objetivos de trabajo.
Fase C: Programación del itinerario personalizado de inserción
Teniendo en cuenta los resultados obtenidos del diagnóstico, establecemos un programa de itinerario no como un esquema cerrado y definitivo, sino dentro de un planteamiento flexible y dinámico. Es importante también que esté pactado y consensuado con el usuario durante todo el proceso, lo que nos permite ir adaptando la acción a las necesidades reales de la persona y de su evolución.
Las diferentes acciones susceptibles de ser incluidas en el itinerario son:
- Tutorías.
Esta acción básica es específicamente transversal, de modo que la utilizaremos con todos los usuarios y a lo largo de todo el proceso. Es un instrumento imprescindible para evaluar, de forma conjunta y continua con el participante, la consecución de los objetivos, a corto plazo, que le acercan a la consecución de los objetivos finales del programa.
Con el fin de generar la implicación y el compromiso de la persona hacia su itinerario, las tutorías se plantean trabajando la motivación por el seguimiento del proceso y la adquisición de herramientas que faciliten la realización de un proyecto de vida sostenible a medio y largo plazo. Esta intervención se adapta a las necesidades de cada persona, con atención especial en los momentos de cambio.
Inicialmente se establece un pacto entre el técnico y el usuario con el fin de establecer un compromiso que implique a ambas partes, para que cualquiera de ellas pueda solicitar una tutoría cuando lo desee.
La tutoría se trabaja a partir de la escucha activa y de la evaluación conjunta y continua. De esta forma se genera un clima de confianza y de implicación que permite que no sea únicamente un espacio de análisis de conflictos, sino también un marco para el refuerzo positivo. Durante el proceso se utiliza la metodología de los pactos consensuados con el fin de fidelizar a la persona en el desarrollo de su propio proyecto.
- Taller de Competencias Transversales.
Los cambios en la organización del trabajo, la adaptación a las exigencias del mercado europeo, las variaciones fluctuantes del mercado, los profesionales que llegan de otros países, etc. ocasionan que el nuevo profesional no solamente necesite técnicas, sino que se le exigen ciertas capacidades personales como habilidades sociales, adaptabilidad, disposición al trabajo en equipo o capacidad para tomar decisiones. En este contexto, denominamos competencias transversales al conjunto de capacidades, habilidades y actitudes que son inherentes a la persona y que hay que trabajar de manera preferente en el caso de los colectivos con riesgo de exclusión social.
Así, el Taller de Competencias Transversales es un taller dinámico y participativo en el que se trabaja de modo específico la adquisición de habilidades que faciliten la integración sociolaboral. Las actividades de aprendizaje tomarán la forma de debates abiertos, foros en torno a películas adecuadas, situaciones reflejadas en role-playing que sirven de base a los comentarios grupales, estudios de casos, etc.
Todo ello siempre gira en torno a temas como la adquisición de las disposiciones necesarias para el mundo del empleo (la autonomía, la adaptación, la implicación, el compromiso, la iniciativa, la organización, el trabajo en equipo, etc.), la importancia del medio ambiente en el mundo laboral, la integración de aprendizajes (saber analizar, aplicar y relacionar nuevos conceptos y conocimientos sobre procesos y funciones propios de una actividad concreta), las relaciones interpersonales (adquirir la habilidad de comunicarse utilizando un trato adecuado, con atención y empatía), la resolución de conflictos (saber hacer frente y dar respuesta a situaciones conflictivas, aprendiendo a identificarlas y formular soluciones adecuadas para resolverlas) y las discriminaciones en el ámbito profesional, de género, el mobing, los diferentes abusos, etc.
- Taller de Comunicación.
Es un taller pensado para trabajar las necesidades específicas que presenta el colectivo a nivel de comunicación. Siempre hay que prever que será preciso realizar intervenciones específicas en el caso de personas que provengan de otras culturas y que presenten dificultades ya sea para expresarse ya sea para relacionarse de
forma adecuada dentro del contexto social y laboral.
Así, se trata de potenciar la adquisición de capacidades para emitir y recibir mensajes de forma correcta, de comprender y utilizar el lenguaje verbal y el no verbal, de diferenciar las actitudes adecuadas a nuestro entorno social y adaptar el lenguaje a las diferentes situaciones sociales y laborales.
Para desarrollar este taller trabajaremos a partir de sesiones experimentales para propiciar que el usuario participe en debates abiertos, simulaciones, análisis de situaciones concretas, ejercicios prácticos, etc. Estas sesiones se estructuran con los siguientes contenidos:
- Comprensión y expresión de mensajes orales y escritos.
- Análisis, organización y exposición de diferentes tipos de comunicaciones orales: descripción, exposición, diálogo, coloquio y entrevista.
- Utilización y análisis de lenguaje no verbal.
- Capacidades básicas de análisis y síntesis.
- Taller de Nuevas Tecnologías.
La aparición de la informática ha revolucionado campos como la informatización de los procesos administrativos y/o de producción. Incluso fuera del mundo empresarial es difícil encontrar un campo de actividad en el que no se haya introducido con fuerza, lo que provoca que muchas empresas valoren que los trabajadores dispongan de conocimientos informáticos a nivel de usuario.
En los talleres de nuevas tecnologías trabajaremos todas las competencias relacionadas con la innovación tecnológica, que pueden incidir en la vida tanto personal como laboral de la persona. Nos referimos, por ejemplo, a saber utilizar las máquinas expendedoras de billetes, los nuevos tipos de telefonía, los sistemas de control telemático, los sistemas de información ciudadana, etc., así como las técnicas básicas de informática y navegación por Internet aplicadas a la búsqueda de información.
- Taller de Investigación de Trabajo.
Este taller va dirigido a los usuarios que necesitan un complemento de formación y/o información más específica de inserción para poder incorporarse satisfactoriamente en el mercado laboral. Por lo tanto, se les ayuda a conocer el mercado laboral (recursos disponibles en la búsqueda activa de trabajo, los recursos formativos, las bolsas de trabajo, los aspectos jurídico-laborales, etc.) y a orientarse hacia un trabajo adecuado a su perfil e intereses.
El trabajo en este ámbito se basa en la simulación de entrevistas en colaboración con profesionales de diferentes sectores, y a partir de ello deducimos las características de los perfiles más habituales. Al mismo tiempo se utiliza Internet y prensa específica con el fin de buscar trabajo, se prepara la redacción de currículums y cartas de presentación, se analizan las entrevistas realizadas, etc.
Estas sesiones se realizan en grupos reducidos y paralelamente se llevan a cabo acciones individualizadas de acompañamiento a la inserción.
- Acompañamiento a la inserción.
De modo transversal incidimos en el acompañamiento del usuario durante todo su proceso de inserción. Específicamente, utilizamos las tutorías personalizadas introduciendo conceptos y orientaciones que grupalmente no se pueden trabajar.
Se trata de dar apoyo al trabajo de inserción que realiza la propia persona.
En los casos en los que el usuario tiene dificultades especiales para hacerse sitio en el mercado laboral, se potencian las acciones específicas que sean necesarias para la realización de su proyecto, reorientándolo cuando sea preciso hacia otro perfil profesional.
- Seguimiento postinserción.
No podemos olvidar que tan importante es obtener un trabajo como mantenerlo y mejorarlo. La formalización de la contratación se entiende como un momento clave en la intervención con el participante del proyecto, que reclama un seguimiento paso a paso, y durante este proceso mantenemos un contacto más directo con los servicios asistenciales y los profesionales de referencia que llevan el caso para poder coordinar la acción.
Este seguimiento se realiza durante un periodo indeterminado y según las características específicas que presenta cada caso. El usuario puede contactar cuando lo necesite con el técnico-tutor para hacerle consultas, comentarios, etc., a la vez que el técnico-tutor mantiene contactos de seguimiento con la empresa contratante.
Igualmente, el técnico-tutor mantiene tutorías periódicas con el usuario para analizar el desarrollo de la inserción y resolver, conjuntamente, las incidencias que se pueden presentar, como la adaptación, los conflictos con los compañeros, los cambios de horario, etc. realizando de este modo un seguimiento continuo.
- Derivación a otros recursos.
Cuando se trabaja con este colectivo, se pueden detectar necesidades diferentes para cada uno de los participantes, que no pueden ser trabajadas desde nuestra entidad y que reclaman la intervención de recursos externos. Nos referimos, por ejemplo, a problemas sanitarios, económicos, intereses formativos que requieren una cierta especialización y problemas de vivienda, entre otros. En estos casos nos planteamos su derivación a otros recursos o servicios especializados, asegurando su seguimiento y coordinación desde la entidad.
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Recursos utilizados
El equipo de profesionales encargados del proyecto y sus funciones es el siguiente:
Técnicos-tutores (psicólogos, pedagogos, educadores y trabajadores sociales), con una experiencia mínima de dos años con personas con discapacidad psíquica y/o trastorno mental severo. Sus funciones son:
- Entrevistar a los usuarios previa incorporación al proyecto.
- Establecer y mantener una colaboración continua con los profesionales de referencia de las entidades colaboradoras de la red de servicios sociales, tanto pública como privada, que derivan a los usuarios, para coordinar las intervenciones.
- Orientar, acompañar y consensuar con el usuario la definición de su proyecto personal y laboral, y realizar el seguimiento de aplicación del mismo.
- Orientar y acompañar al usuario en su inserción laboral.
Responsable de inserción profesional con experiencia en el ámbito de la inserción y orientación laborales. Sus funciones son:
- Realizar un seguimiento continuo de los procesos de inserción.
- Asesorar sobre estrategias y apoyo instrumental al técnico-tutor en el proceso de orientación e inserción.
- Mantener una relación continua con las empresas colaboradoras.
- Coordinar y ejecutar, junto con el equipo, la prospección del mercado de trabajo.
Además, el proyecto cuenta con la colaboración de una serie de profesionales de apoyo que no participan en la atención directa al usuario, pero que lo hacen interviniendo en varios aspectos imprescindibles para garantizar la continuidad del proyecto. Estamos hablando, por ejemplo, del equipo de proyectos, que se encarga de las funciones de búsqueda y procesamiento de datos y documentación, del equipo de comunicación, que lleva a cabo las tareas de comunicación y diseño, el Área Jurídica, que asesora y asegura en todos los temas legales, y el Departamento TIC, indispensable para el buen funcionamiento de las nuevas tecnologías de la comunicación que intervienen en el desarrollo del proyecto.
Asimismo, hay que tener en cuenta que el trabajo del Área Administrativa y de los Servicios Generales es también necesario para garantizar determinadas condiciones del servicio.
A nivel de infraestructuras la entidad cuenta con un centro con unas dimensiones de 1.232,33 m2. Este espacio es accesible para personas con movilidad reducida.
Se trata de una planta baja y cuenta con un elevador en el único tramo de escaleras que hay. Asimismo, contamos con un baño adaptado. Por lo tanto, nuestro local dispone de los medios suficientes para que personas con discapacidad puedan acceder cómodamente. Obviamente, estas instalaciones cumplen las
condiciones óptimas de luz natural, espacio y salubridad que establece la vigente normativa en prevención de riesgos.
El local:
− Dispone de 18 aulas, donde se imparten diferentes actividades y talleres.
− Cuenta con nueve despachos equipados para realizar entrevistas personales.
− Tiene cinco oficinas de trabajo con soporte informático y bases de datos indispensables para el trabajo en red de los profesionales.
− Incluye tres almacenes para el archivo y para guardar material diverso.
− Alberga dos servicios higiénicos, suficientes y adecuados a la capacidad del centro, uno adecuadamente equipado con tres inodoros y el otro con cuatro (uno de ellos adaptado a personas con movilidad reducida), y lavabos para las manos.
− Cuenta con un espacio de secretaría-recepción, donde se atienden en primera instancia a las personas que acuden al centro para informarse o realizar trámites.
También hay que mencionar que en el marco del Taller de Nuevas Tecnologías, en concreto, se realizan trabajos de campo consistentes en visitar instalaciones y servicios que han incorporado herramientas telemáticas.
En cuanto al material didáctico para la realización de las diferentes actividades y con una clara apuesta por los métodos audiovisuales (que facilitan la comprensión de los conceptos y conocimientos que se dan), contamos con buen número de ordenadores portátiles, cañón proyector, televisor, reproductor de DVD, retroproyector, proyector de diapositivas, videocámara, etc.
Por último, el material fungible a utilizar es el más habitual: papel blanco, cartulinas, carpetas, bolígrafos, lápices, goma de borrar, rotuladores, clips, grapadoras, libretas, tijeras, etc. También se utiliza la consulta de prensa diaria y revistas especializadas en formato papel.
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Evaluación de los resultados e impacto
Se evalúan todos los aspectos relativos al proyecto, tanto la evolución del participante dentro de su itinerario como el sistema de intervención, ajuste y diseño del programa y los resultados obtenidos. Así, a lo largo de nuestra intervención trabajamos a partir de una evaluación continua y consensuada con la persona, lo que sirve tanto para valorar su evolución a partir de los objetivos planteados inicialmente como para determinar la adecuación del itinerario (actividades, método, medidas, etc.), permitiendo modificarlo según sus necesidades y cubriendo así los déficits detectados.
Se establece, también, una evaluación al fin de la intervención, que sirve para medir los resultados del proceso en relación a los objetivos que nos habíamos planteado. Para esta evaluación, valoramos las siguientes dimensiones:
- Evolución de las características personales del usuario: sociabilidad, responsabilidad, tolerancia, seguridad, autoestima, participación.
- Relación con el técnico-tutor: colaboración, respeto hacia su trabajo, necesidad de tutela.
- Evolución de los factores de empleabilidad: interés por encontrar trabajo, participación activa en la búsqueda de trabajo, flexibilidad y adaptación. A la vez hay que evaluar también los contactos establecidos con el mundo empresarial, la prospección de mercado, la vinculación de las empresas, y también la cooperación y coordinación con la red de servicios sociales de la ciudad, con el establecimiento de los protocolos.
En cualquier caso, el registro de datos es fundamental. Centramos, pues, el proceso de evaluación y su sistemática en ciertos elementos de registro que se utilizan
durante la ejecución del proyecto. Así pues, desde el principio todas las acciones desarrolladas por el servicio quedan recogidas en la base de datos de usuarios de inserción, en lo que se denomina seguimiento del usuario, y en la base de datos de seguimiento de empresas. Los datos recogidos en estas bases permiten su
sistematización para evaluar continuamente la intervención, de modo que pueda ir incorporando las modificaciones necesarias para optimizar la intervención de inserción y orientación laborales.
Cabe decir, por último, que la entidad cuenta con un sistema de gestión de calidad que cumple con la norma internacional ISO 9001:2008, en la que está certificada desde 2001 gracias al esfuerzo de todo su equipo.
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