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Orientación y fractura social. Apuesta por la igualdad de oportunidades

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Oscar Martínez Rivera, Profesor de las Escuelas Universitarias de Trabajo Social y Educación Social Pere Tarrés de la Universitat Ramon Llull (URL). Coordinación de Pràcticum, Bolsa de Trabajo y Programa Universidad-Empresa de la URL
El Consejo de la Unión Europea insiste en la importancia de la orientación a lo largo de toda la vida mediante el proyecto de resolución (18-05-2004). Habrá que analizar la respuesta económica que se realiza al respecto en la Europa incierta pero a la vez en plena constitución.

Especialmente los sectores más desfavorecidos han tenido que depender hasta ahora de partidas presupuestarias con paquetes limitados en el tiempo, hace falta ver que respuesta se dará a partir de ahora y de que manera se planificará la rotura y distancia de clases sociales cada vez más alejadas las unas de las otras.

La adecuación y la adaptación a la sociedad de la información cada vez toma más partido en cuanto a marcar estas diferencias. La orientación profesional debe asumir un papel equilibrador e igualador de todos los sectores sociales para evitar una fractura todavía mayor que llegue a extremos donde poco se pueda hacer más tarde. Así pues, la corrección de desigualdades sociales es, sin duda, una de las características del orientador en la actualidad tal como describe Isus (2000)(1) .

Se hace evidente que se deben potenciar las ayudas económicas en proyectos destinados a evitar una fractura social más grande que puede traer consecuencias importantes y la consecución de la caída definitiva de los modelos de Estado del Bienestar.

Es por eso que la orientación debe verse reflejada en acciones concretas a nivel escolar, por donde todo el mundo está obligado a pasar, donde el orientador haga un trabajo a nivel de formación continua y a nivel laboral:

Por lo que respecta a la formación continua, en las escuelas debe transmitirse como una necesidad de cualquier profesional para poder dar respuestas que son cambiantes sea cual sea la profesión. Se debe hacer un importante ejercicio para generar predisposición y concienciación de la importancia de este aspecto.

Esto viene marcado por un mercado laboral también mutante en cualquiera de sus profesiones, donde la adaptabilidad y la flexibilidad son la base para una inserción laboral adecuada.

El reto de la orientación, por otra parte, pasa por realizar una formación continua por parte de los profesionales de la acción orientadora y, simultáneamente, por la creación de una acción de intervención desde una visión de "personas multidimensionales” tal y como describe Planella (¿?)(2) en "Los hijos de Zoticos: una antropología de la educación social”. En este documento se describe la persona (en este caso a orientar) desde la corporalidad, la intelectualidad, la emotividad, la sociabilidad y la espiritualidad.



Basándome en que "los profesionales (…) no pueden recorrer el camino por nadie, pueden recorrer el camino con alguien, pero no en su lugar” (Planella 2003: 20)(3) , apostaría por el protagonismo de la persona orientada. Y es que en la medida en que ella adquiera éste protagonismo nos podemos acercar más a la autorrealización, que es posiblemente, la meta más importante de la orientación profesional. Planella hace esta afirmación apostando por una pedagogía del acompañamiento social, que pasaría por una intervención que garantizase la autonomía de la persona. Nos basaremos en la transmisión de elementos que se transformen en herramientas para el orientado y, también, para poderse adaptar a las situaciones que le resulten en relación a su vida profesional.

Todo esto pasa por la figura del orientador que tiene en cuenta la terminología de la ayuda, pero desde el punto de vista de la mediación en todo el proceso que conlleva la orientación. Este proceso se lleva a cabo desde una fase de conocimiento propio de la persona que desea ser orientada hasta que se encajan las piezas a nivel formativo o laboral.

Por un lado, se hace obvia la necesidad del trabajo personal, donde se procura el autoconocimiento que va más allá de las virtudes y desea también visualizar las limitaciones. A la vez, se procurará paralelamente potenciar las primeras y por otro lado, con las segundas, dar una respuesta con herramientas para superarlas o bien procurar que no afecten significativamente a la vida laboral.

Desde "La República” Platón y "El Árbol de la Ciencia” de Ramon Llull ya han pasado siglos, pero esos orígenes de la orientación profesional nos llevan hoy, en definitiva, a la apuesta por el equilibrio entre determinantes sociales y personales, teniendo en cuenta el proyecto de vida de cada persona, así como sus necesidades, estimulándola y acompañándola en el proceso de toma de decisiones que finalice en un objetivo final de autorrealización (Isus, 2000).


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Notas

(1) Sofía Isus lo describe en el punto "La orientación profesional en el siglo XX: características generales” en la publicación que hace UOC para la asignatura de Orientación Profesional coordinada por Benito Echevarría del año 2000 y publicada en Barcelona.

(2)Los hijos de Zoticos: una antropología de la educación social, es un documento personal de trabajo del Dr. Jordi Planella de próxima publicación.

(3) PLANELLA, J. (2003) Fonaments per a una pedagogia de l'acompanyament en la praxi de l'educació social. En Revista Catalana de Pedagogia vol. 2 (2003), p. 13-33. Ed. Societat Catalana de Pedagogia.
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