La toma de decisiones sobre unos estudios es una tarea compleja que involucra estar informado sobre la oferta formativa existente y la situación del mercado laboral, y tener un conocimiento profundo de uno mismo, en cuanto a habilidades, intereses y preferencias. No obstante, elegir qué estudiar puede ser más complicado en la adolescencia, un periodo en el que los estudiantes no se conocen mucho a sí mismos, según una reciente investigación de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
Prueba de lo anterior es que las elecciones explícitas del 55% del alumnado de la ESO sobre su futuro académico y profesional no coinciden con sus intereses implícitos, es decir, con las materias o campos que más lo motivan. A esa conclusión ha llegado el estudio de la UAB, Evaluación de intereses implícitos a través de una tarea informática discreta. Sus relaciones con la decisión de carrera, la ansiedad y los rasgos de personalidad.El informe, publicado recientemente en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health, desvela que solo el 25% de los estudiantes presenta una coincidencia total entre las elecciones explícitas sobre sus estudios y sus intereses implícitos.
Asimismo, el informe indica que el número de estudiantes que sufren indecisión a la hora elegir sus estudios es moderado, apenas un 3,9%, pero casi el 31% de los adolescentes que no están indecisos no incluyen sus intereses implícitos en sus elecciones.
El objetivo del estudio, elaborado por investigadores del Departamento de Psicología Básica, Evolutiva y de la Educación de la UAB, ha sido medir de manera independiente los intereses vocacionales implícitos de los explícitos en los estudiantes a la hora de decidir unos estudios, así como su conexión con la ansiedad y sus rasgos de personalidad. Para ello, se ha desarrollado un conjunto de herramientas informáticas, validadas por expertos de diferentes campos, y se han aplicado a 300 estudiantes de 4º de la ESO (155 chicos y 149 chicas) de Barcelona.
La ansiedad que genera una toma de decisiones vocacional que no involucra intereses implícitos amenaza la satisfacción con la vida del alumno o alumna y, a pesar de lo óptimo de su elección, perturba componentes actitudinales, como su involucramiento en lo que estudia, advierte la investigación. De ahí la importancia de establecer herramientas que permitan al alumnado conocerse a sí mismo a fondo.
Al respecto, Ramon Cladellas, uno de los investigadores del estudio, explica que las pruebas que se utilizan en la orientación académica y profesional suelen ser "muy evidentes en su objetivo de elegir un trabajo o una carrera y esto, conscientemente o no, puede animar los jóvenes a omitir sus verdaderas preferencias -de las que pueden tener poca conciencia- y a ajustar su respuesta a aquello que es presumiblemente deseable o socialmente muy valorado".
"Esta falta de coherencia sugiere que los factores externos tienen una fuerte influencia en las elecciones explícitas y que las verdaderas preferencias no se tienen en cuenta en muchos casos. Esto nos lleva a pensar que las medidas tradicionales declarativas no pueden ser consideradas una buena forma de valorar los intereses implícitos", ha añadido Antoni Castelló, otro de los autores de la investigación, a través de un comunicado.
Nuevas herramientas de orientación para identificar los intereses implícitos del alumnado
Entre las herramientas de orientación desarrolladas por los investigadores de la UAB para identificar los intereses implícitos del alumnado se encuentra PrUnAs (Preferences Unobtrusive Assessment). Parecida a un portal de internet, la aplicación se basa en 30 temas específicos, y no en estudios, por los que los estudiantes navegan durante 20 minutos. Dado que no incluye respuestas opcionales, el alumnado no puede intuir lo que se está midiendo, lo que facilita la detección de sus verdaderos intereses y dificulta que falsee la información que proporciona.Asimismo, el programa informático registra diferentes parámetros del proceso de navegación y de acceso a la información, como el tiempo y ritmo de exploración, y considera de interés aquellos ámbitos que son explorados al menos durante 3 minutos. El estudio de los datos permite a los investigadores analizar y dar significado al comportamiento de cada usuario.
La segunda herramienta desarrollada por los investigadores permite la evaluación de las elecciones explícitas del alumnado, ya que puede elegir por orden de preferencia hasta cinco carreras o grados profesionales de un total de 120. Y un tercer programa consiste en una prueba de autoconocimiento.
Asimismo, los estudiantes consultados han realizado una prueba tradicional para medir la tendencia a la ansiedad (cuestionario STAI), que permitió a los investigadores confirmar que el programa para evaluar los intereses implícitos también predice la ansiedad, relacionándola con el grado de indecisión de los alumnos, en la franja de edad estudiada.
Los intereses implícitos, claves para tomar decisiones académicas y profesionales
Los investigadores aseguran que tanto el enfoque metodológico de su propuesta como los resultados constituyen una innovación relevante en el campo de la orientación y señalan la utilidad de las herramientas desarrolladas en cursos anteriores de la ESO y en la toma de decisiones relacionadas con los estudios de cualquier nivel."Cuando solo se consideran los intereses explícitos, se suele razonar en términos de ingresos o prestigio de la profesión, mientras que los intereses implícitos repercuten en la satisfacción por el trabajo y la dedicación a la misma", señala Castelló.
Para los investigadores, los resultados de su estudio ponen de manifiesto que no evaluar los intereses implícitos del alumnado a la hora de elegir su proyecto de vida y profesional puede llevarlo a tomar decisiones equivocadas. "Tomar conciencia de cuáles son estos intereses y sus efectos a largo plazo tiene que ser un objetivo fundamental para todo tipo de estudiantes. Es un cambio importante, especialmente para los que muestran dificultades para tomar una decisión vocacional", explica Ramon Cladellas.
Así, el informe asegura que reducir la indecisión y aumentar el peso de las preferencias implícitas a la hora de decidir unos estudios aumenta la posibilidad de hacer una buena elección, tanto a corto como largo plazo. "Y esto supondrá beneficios, tanto para su salud mental y bienestar emocional como por su competencia profesional", concluyen los investigadores.
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