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Claves para que la orientación contribuya a la justicia social

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Los orientadores y las orientadoras deben acompañar a las personas a desarrollar competencias que les permitan superar las barreras sociales, como las desigualdades y la exclusión, y a que pongan en valor que sus proyectos de vida y profesionales inciden en toda la sociedad

  • 04/12/2018

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Mayra Bosada, Redacción de Educaweb
La orientación en todas sus vertientes juega un rol determinante para liderar e impulsar investigaciones e intervenciones que contribuyan a promover la justicia social.  Así lo ha manifestado en reiteradas ocasiones la Asociación Internacional para la Orientación Educativa y Vocacional (IAEVG, por sus siglas en inglés).
 
Acompañar para que las personas desarrollen competencias que les ayuden a concebir su proyecto de vida y profesional como parte de un todo, y que incluya el beneficio de toda la sociedad, es una de las tareas que los orientadores deberían aplicar en sus intervenciones.
 
En base a estas ideas, Educaweb busca reflexionar a través de este monográfico sobre la orientación como estrategia para lograr una mayor justicia social y cómo debería llevarse a cabo para contribuir a la misma, acompañando a las personas en la tarea de superar las barreras que provocan las desigualdades educativas y laborales, así como la exclusión social.
 

Los orientadores, claves para construir una sociedad más justa

 
La IAEVG hace un llamamiento a los profesionales de la orientación para que sean capaces de "abogar por la igualdad de oportunidades para diversos grupos de usuarios cuando ellos soliciten encontrar su camino en este mundo que camina en forma apresurada y rápida", afirmaba la presidenta de esta entidad, Suzanne Bultheel, en un comunicado. 
 

Esta idea es compartida por diferentes profesionales de la orientación que investigan sobre el tema y que coinciden en que la orientación puede contribuir a la justicia social, dado que ayuda a las personas a poder superar los obstáculos que generan las desigualdades a la hora de acceder al mundo educativo y laboral.

 
Por ejemplo, Barrie Irving, catedrático de la Universidad Charles Sturt (Australia), asegura en una entrevista a Educaweb que los orientadores deben ayudar a concienciar a los estudiantes sobre la injusticia social y acompañarlos en la búsqueda de "alternativas de vida y carrera profesional para ellos mismos, sus familias, sus comunidades y la sociedad en su conjunto".
 
Por su parte, Tristam Hooley, coautor y editor del libro Career Guidance and Social Justice, afirma en entrevista a Educaweb que "todos los profesionales de la orientación profesional deberían considerar la justicia social como un valor clave que sustenta su trabajo".
 
Los orientadores que no aplican esta premisa en sus intervenciones y que afrontan su trabajo "desde un punto de vista meramente tecnocrático, incluso humanista, ignorando las implicaciones políticas de su tarea, pueden reforzar y reproducir desigualdades inconscientemente", indica por su parte Ronald G. Sultana, profesor de Sociología y Educación comparada en la Universidad de Malta, en un artículo publicado en el libro Orientación profesional. Fundamentos y estrategias.[1]
 
La orientación constituye pues un instrumento estratégico que puede influir en el logro de la igualdad social y de oportunidades, según Elías Amor, presidente de la Asociación Española para el Fomento de las Políticas Activas de Empleo y las Cualificaciones, AFEMCUAL, quien recuerda en su artículo que en la Ley Orgánica 5/2002 del 19 de junio se definen las bases de un Sistema Nacional de Cualificaciones y Formación Profesional que aún no se ha desarrollado del todo para permitir su definitiva implementación. Si esta ley se cumpliera, afirma, habría accesibilidad del servicio de orientación a todos los ciudadanos, abriéndoles oportunidades académicas y laborales, lo cual podría revertir las injusticias sociales.
 

Desarrollar competencias a favor de la justicia social

 
¿Qué competencias tendrían que desarrollar las personas, con apoyo de la orientación académica y profesional, para que puedan superar las barreras que dificultan su inserción laboral y para que tengan en cuenta el bienestar social en sus decisiones sobre su vida académica y profesional?
 
Responder esta cuestión ha sido uno de los objetivos de la investigación Impacto de la orientación profesional de jóvenes en el desarrollo de competencias para acceder al mercado laboral y transformarlo, realizado por Educaweb, DEP Institut, la International Foundation for Interdisciplinary Health Promotion y dirigido por el investigador Màrius Martínez de la Universitat Autònoma de Barcelona.
 
A través de este estudio se han identificado barreras que dificultan la inserción y la transformación del mercado laboral: el modelo económico, la crisis económica, las políticas socioeconómicas derivadas de la crisis económica, estereotipos y discriminación por razón de edad, género, etnia, origen, religión y orientación sexual, desigualdad socioeconómica, carencias en el sistema educativo y en la orientación profesional.
 
"La lucha contra estos obstáculos por parte de la orientación, en una perspectiva de justicia social, de participación, de colaboración, de trabajo en red en el territorio, de empoderamiento de personas y colectivos, impacta en el logro de un mundo más igualitario o equitativo porque recupera las oportunidades para muchas personas que, por capacidad y talento las tendrían, y no las tienen por las razones ya apuntadas", explica Màrius Martínez en un artículo para Educaweb.
 
"Esta idea se concreta en acciones y programas de orientación dirigidos a personas, grupos y comunidades que, de una manera colaborativa y progresiva, permiten tomar conciencia de la propia realidad y de las barreras, pero también de las oportunidades formativas, de participación y empoderamiento que tienen a su entorno", añade.
 
El estudio también ha identificado las 20 competencias que se deberían promover entre el alumnado para romper dichas barreras y propiciar una transformación social, las cuales son: análisis crítico, capacidad para hablar en público, diálogo y escucha activa, expresión y comprensión de textos complejos, uso de las TIC y de las redes sociales, identificación y uso de canales, recursos e información para la protección de derechos, autogestión social, resiliencia, autonomía y autoorganización, gestión de las emociones, emprendimiento para la reducción de barreras para la ocupación, autoexigencia, empatía, obertura de miras, gestión de conflictos, aprender a aprender, creatividad e innovación, iniciativa y liderazgo, trabajo en equipo y colaboración, comprensión y respeto por la diversidad.
 
Como parte de la investigación, en la que participaron más de 650 centros educativos y más de 800 empresas, se crearon guías dirigidas a docentes y orientadores que contienen actividades para trabajar con el alumnado las 20 competencias identificadas a través de la investigación, las cuales, según los investigadores, propician el empoderamiento de los jóvenes para transformar el mercado laboral y, por ende, benefician a la justicia social.
 

Propuestas para encaminar la orientación hacia la justicia social

 
Para encaminar las intervenciones de los orientadores hacia la justicia social, Tristam Hooley, coautor del libro Career Guidance and Social Justice, explica cinco propuestas que los orientadores pueden aplicar para ayudar a que las personas tomen decisiones socialmente justas sobre su vida académica y profesional.
 
  1. La orientación profesional necesita construir la conciencia crítica de las personas y animarlas a pensar profundamente sobre el mundo en el que viven y cómo funciona.
  2. Los orientadores deben ayudar a las personas a nombrar o ser conscientes de la opresión o las injusticias cuando las ven.
  3. La orientación profesional puede influir para que las personas se den cuenta de que la forma en que las normas y relaciones de poder se presentan actualmente no son las que siempre tienen que ser.
  4. Los orientadores pueden ayudar a las personas a construir valores de solidaridad y propiciar acciones colectivas. "Vincular a las personas con otras personas que tienen problemas y problemas similares a ellos las empleará y abrirá oportunidades que les ayudarán a desarrollar su carrera", afirma Hooley.
  5. Finalmente, los profesionales de la orientación han de trabajar en un rango de niveles desde lo individual a lo global. Esto significa, por ejemplo, que deben ayudar a las personas a encontrar un empleo cuando han sido despedidos, pero también ayudarles a organizarse políticamente para desafiar las causas del desempleo.
 
Promover la justicia social en las intervenciones implica entonces lograr que los orientados entiendan que, más allá de la profesión elegida, tendrán la responsabilidad compartida de hacer crecer a la organización o comunidad de la que formen parte, explica por su parte Silvia Gabriela Vázquez, directora académica de la Red Latinoamericana de Orientadores y directora de la cátedra de Responsabilidad social de la Universidad de la Marina Mercante (Argentina), en su artículo para este monográfico.
 
 

Aprendizaje-servicio para propiciar decisiones que contribuyan a la justicia social

 
La metodología educativa aprendizaje-servicio (ApS) constituye una buena práctica sobre cómo la orientación puede incidir en el desarrollo de competencias que influyan en la toma de decisiones socialmente justas de las personas, en cuanto a su proyecto de vida y profesional. El ApS combina objetivos de aprendizaje y objetivos de servicio a la comunidad para mejorar los aprendizajes, desarrollar competencias cívicas y transformar la sociedad.
 
En su tesis doctoral El desarrollo de la orientación educativa en el aprendizaje- servicio. Un estudio de caso en un instituto de educación secundaria de la Comunidad de Madrid [2], María de Lourdes García López explica que los orientadores de un centro han propiciado el desarrollo de un proyecto ApS, con ayuda de toda la comunidad educativa, el cual ha incidido en la mejora de la visión que el alumnado tiene sobre la aportación que su vida académica y profesional puede ofrecer a la sociedad.

Como conclusión, la autora propone que los orientadores educativos incorporen propuestas metodológicas innovadoras a los ámbitos considerados tradicionales de la orientación educativa, como el ApS, para poder desarrollar en el alumnado competencias que le permitan poner en valor que sus decisiones académicas y profesionales pueden incidir en toda la sociedad.
 
 
[1] Manzanares Moya, A.; Sanz López, C. et al. (2016) "Orientación profesional. Fundamentos y estrategias" Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).
 
[2] García López, M.L. (2016) El desarrollo de la orientación educativa en el aprendizaje- servicio. Un estudio de caso en un instituto de educación secundaria de la Comunidad de Madrid. Departamento de Didáctica y Teoría de la Educación Facultad de Formación de Profesorado y Educación Universidad Autónoma de Madrid.
 
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