En primer lugar, en un programa de educación nutricional en la escuela se deberían formular objetivos concretos para cada nivel educativo, Seguidamente, se deberían distribuir los contenidos a lo largo del curriculum del alumnado, a nivel cognitivo (conocimientos, información), afectivo (valores y actitudes) y de habilidades psicomotoras. Es importante que se trabaje como un eje transversal, en diferentes áreas y que se implique todo el profesorado así como los monitores del comedor escolar.
Las propuestas metodológicas deben abarcar diferentes aspectos:
- Conocer los grupos de alimentos según sus características nutricionales.
- Conocer el origen de los alimentos en general y de los alimentos autóctonos del país, sobre todo de los menos consumidos.
- Conocer el proceso que sigue el alimento desde su origen hasta el consumo; por esta razón se realizarán visitas didácticas a granjas, huertos, puertos pesqueros, mercados, industrias, etc.
- Enseñar las características de una alimentación equilibrada, saludable.
- Realizar actividades para fomentar la aceptación del propio cuerpo.
- Enseñar conceptos básicos de técnicas culinarias para un mayor aprovechamiento de los nutrientes.
- Enseñar a confeccionar platos de la gastronomía del país
- Enseñar la importancia realizar una buena distribución de los alimentos durante el día, dando una gran importancia al desayuno.
- Enseñar mediante diferentes actividades a disfrutar del acto de comer.
- Realizar actividades para entender las estrategias de la publicidad.
- Realizar actividades para realizar una buena compra: lectura del etiquetado, reconocimiento de productos frescos.
- Conocer las nuevas tecnologías aplicadas a la industria alimentaría.
Todas estas propuestas deben tratarse con diferentes estrategias metodológicas: incorporando el juego, los títeres, las encuestas, las representaciones teatrales, las dinámicas de grupos, las visitas, las prácticas culinarias, la realización de trabajos manuales, el debate entre otros. Es muy importante que el niño crea en la necesidad de modificar su conducta alimentaria y que sea consciente de las repercusiones negativas que puede tener si se alimenta de forma incorrecta.
El comedor escolar es un medio idóneo y necesario para poder contribuir en la labor educativa, los monitores deben participar también en que los escolares adquieran hábitos saludables. Fomentar menús equilibrados e introducir poco a poco alimentos que no son aceptados, es una de las labores principales de la restauración colectiva escolar.
Para completar la intervención es aconsejable realizar una serie de intervenciones en el marco familiar. Por una parte se podrían realizar trípticos y circulares informativas donde se les explica en que consiste la alimentación equilibrada.
También organizado por las asociaciones de padres y madres sería conveniente realizar charlas y talleres de cocina saludable para explicar a la familia del alumnado técnicas y preparaciones culinarias para fomentar menús sanos y equilibrados.
Para completar la acción educativa sería muy aconsejable diseñar material itinerante donde se indiquen las actividades que está trabajando el niño en la escuela. Este material circularía por las diferentes familias paralelamente a la intervención escolar. Así padres y maestros actúan conjuntamente para mejorar los hábitos alimentarios.
Por último, también se ha de tener en cuenta la colaboración de la prensa, radio, Internet, televisión local que pueden ayudar a divulgar mediante sus reportajes y entrevistas programas de educación alimentaria y nutricional.