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Los elementos clave de una política pública de orientación educativa y laboral

Artículo de opinión

La orientación permite a los individuos y a la sociedad alcanzar sus objetivos educativos, de empleo, sociales y económicos, afirma en su artículo John McCarthy, Director del International Centre for Career Development and Public Policy


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John McCarthy, Director del International Centre for Career Development and Public Policy
La orientación educativa y laboral constituye un instrumento político que permite a individuos, grupos y la sociedad en general alcanzar sus objetivos educativos, de empleo, sociales y económicos. En términos políticos, ambos tipos de orientación son un medio para un fin, no un fin en sí mismo. Por lo tanto, resulta necesario encontrar los elementos clave que forman una política pública de orientación educativa y laboral dentro de los ámbitos mencionados anteriormente, y no tratarlos forma independiente. Es decir, que dentro de cada ámbito (educación, empleo, economía y sociedad) se tendrían que incluir los siguientes elementos políticos relacionados con prestación de servicios de orientación educativa y laboral:
 
  • La justificación de incluir la orientación en un determinado ámbito político (por ejemplo, la razón para formar parte de este ámbito político), incluyendo los enlaces de los objetivos de la política pública y los valores dentro del ámbito en concreto.
 
  • El público objetivo (por ejemplo, el alumnado) y/o las prioridades de este.
 
  • El programa de ejecución (por ejemplo, cómo se puede ofrecer realmente una orientación educativa y laboral al público objetivo, cómo se accede al servicio o a los requisitos institucionales).
 
  • Los recursos (nuevos y existentes, ya sean financieros, físicos, materiales, humanos, formativos, tecnológicos, y los necesarios para ejecutar el programa).
 
  • La participación de otras partes interesadas (por ejemplo, los empresarios, los sindicatos, el servicio público de ocupación, familias o jóvenes).
 
  • Los enlaces con otros programas políticos (por ejemplo, la carencia de talentos; los estudios de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas —conocidos por las siglas STEM, en inglés—; el abandono escolar; la inclusión social, y la ocupación).
 
  • El aseguramiento de la calidad en la prestación de orientación (por ejemplo, criterios de calidad, mecanismos de inspección, opinión del usuario del servicio).
 
  • La evaluación del impacto político (es decir, la recopilación de datos básicos: el uso del servicio, los clientes, las intervenciones, los resultados y el producto).
 
  • La revisión de la política, su ajuste o rediseño.
 
  • El nuevo ciclo político.
 
No hay un estándar único de desarrollo político que sirva para todos los países en cuanto a la prestación de orientación educativa y laboral. Cada país parte de diferentes criterios, como pueden ser su historia, economía, valores sociales, grupos de interés, estructuras sociopolíticas o prioridades nacionales.

La mayoría de los países no tienen un sistema de orientación nacional, sino un conjunto de subsistemas basados principalmente en los ámbitos de la educación y la ocupación, que a menudo actúan aisladamente uno del otro.

En la última década, muchos países de la Unión Europea han creado foros nacionales o comités consultivos de orientación para ayudar a superar los retos del subsistema fragmentado. Hay pocos países, como Escocia, Gales y Nueva Zelanda, que tienen un organismo nacional dedicado a la orientación educativa y laboral, que funciona a través de los ámbitos de la educación, la formación y la ocupación, y que aporta más coherencia a la política, a los programas y al acceso a la orientación.

Algunos países, como Francia o Corea del Sur, legislan específicamente la prestación de servicios de orientación educativa y laboral, lo cual proporciona una base jurídica para elaborar políticas y programas. Otros países proporcionan orientación educativa y laboral como parte de la ejecución de programas de educación, formación y programas de ocupación.
 
Las TIC y las redes sociales ofrecen grandes oportunidades para mejorar el acceso a la orientación educativa y laboral y a métodos de aprendizaje combinado, como pueden ser el aprendizaje experimental y otras formas de aprendizaje. También pueden suponer un impulso para instaurar una cooperación más estrecha entre los subsistemas, pero eso sí, ¡no pueden sustituir un instrumento de política pública!

 * Este artículo se halla incluido dentro de la publicación Una década posant en valor l'orientació acadèmica i professional. Premis Educaweb 2008-2017, editada por Educaweb con motivo del décimo aniversario de los Premios Educaweb de Orientación Académica y profesional
 
Imagen: International Centre for Career Development and Public Policy
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