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Orientación para docentes

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Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb.com
Durante los últimos años el paradigma de la orientación en Europa ha cambiado, pasando de ser considerada como algo útil sólo en momentos de transición a convertirse en una necesidad permanente a lo largo de toda la vida.

En este marco, queda claro que la orientación debe acompañar a la persona durante su trayectoria académica y laboral, favoreciendo el autoconocimiento y poniendo a su alcance toda la oferta formativa y profesional.

Los profesionales de la educación no están al margen de este proceso, al contrario, son una parte fundamental en la orientación académica y profesional de su alumnado y son más conscientes que nadie de la necesidad de formación continua y reciclaje permanente. Pero, ¿qué ocurre con la trayectoria profesional de los docentes? ¿Qué acciones se pueden llevar a cabo para orientarlos y contribuir a construir su plan de carrera?

En el monográfico 155 sobre Orientación Académica y Profesional de Educaweb.com, se ha ofrecido la posibilidad a los expertos de reflexionar sobre este tema y de compartir sus propias experiencias.

Ser profesor: la orientación universitaria como punto de partida

Antes de analizar las posibilidades y alternativas que tiene un profesional de la educación a lo largo de su trayectoria, es importante conocer el punto de partida, o lo que es lo mismo, analizar qué orientación ha recibido antes, durante y después de cursar su carrera universitaria.

En general, los centros son conscientes de la importancia de la orientación a la hora de elegir unos estudios superiores, pero, cuando se accede a la universidad, el concepto de orientación a lo largo de toda la vida, a menudo se pierde a favor de la orientación profesional. Actualmente, muchos profesionales optan por la docencia al no conocer bien las salidas laborales de su carrera.

Para hacer frente a esta situación María Luisa Rodríguez propone en su artículo que las facultades de Ciencias de la Educación, además de los cursos sobre técnicas y estrategias didácticas, deberían organizar un módulo para concienciar a los futuros docentes sobre qué significa enseñar y formar a los demás.

De esta forma, el futuro docente sería capaz de asumir las responsabilidades que comporta enseñar a personas diversas y de diferente condición social, intelectual y afectiva y conocería la necesidad de estar constantemente actualizado y de dominar las TIC. En este sentido, resulta fundamental una sólida formación psicopedagógica para todo aquél que vaya a dedicarse a la docencia.

Esta formación coincide con la intención del Ministerio de Educación de diseñar en los próximos años unos planes de carrera para los docentes, que sirvan para motivar el profesorado, potenciar la formación continua y favorecer la innovación.

Ante esta buena noticia, Gema Fonseca y Juan Antonio Moreno afirman que estos planes deben ofrecer al profesorado herramientas y recursos que los ayuden a implementar iniciativas de innovación y de mejora de la calidad de su actividad docente. Para ello, los mismos planes deberían proporcionar una formación pedagógica inicial que facilitara el desempeño de la labor docente y fomentar la formación permanente.

La trayectoria profesional del docente

Hasta aquí queda claro que existen buenas intenciones para los profesores que se incorporan al mercado laboral, pero, ¿qué ocurre con aquellos que ya ejercen su profesión? Una vez el profesor inicia su trabajo es cuando aparecen las dudas sobre su trayectoria profesional.

Los docentes, a menudo, desconocen las perspectivas laborales que ofrece la profesión y tienden a encasillarse en el perfil de profesor. Los expertos en orientación académica y profesional consultados por Educaweb.com, han enumerado diferentes acciones que pueden llevar a cabo los docentes a lo largo de su trayectoria profesional. Entre ellas, destacan las siguientes:

- En primer lugar, proponerse objetivos y retos. Es importante informarse de todas las opciones, así como de las propuestas de formación continua y de los cursos de reciclaje que existen.

- Conocer las competencias laborales del docente y explorar las posibilidades de desarrollarse en otros campos.

- Participar en la creación de proyectos prácticos para el aula, proyectos de trabajo para los alumnos, proyectos interdisciplinares, etc.

- Participar en la redacción y asesoramiento de libros de texto y materiales educativos en general.

- Participar en proyectos que contribuyan a la intengración del alumnado y la sociedad. Dinamizar grupos de trabajo de integración social, de jóvenes en riesgo de exclusión social, etc.

- Elaborar actividades de orientación académica y profesional para aplicar en clase. Explorar todas las posibilidades de desarrollo que ofrece la orientación.

- Diseñar y dirigir cursos de formación virtual o presencial dirigidos a alumnado y a profesorado. Participar en blogs, páginas web, wikis, proyectos de intercambio de materiales didácticos, etc.

Por último, es importante destacar que todas estas opciones son accesibles a partir de una buena tarea de orientación profesional. Como muy bien dice Ana Cobos en su artículo, las acciones que pueden llevarse a cabo para orientar a los docentes en el desarrollo de su trayectoria profesional, pasan, por la formación y actualización permanente, por el reconocimiento del valor de la experiencia para la formación teórico-práctica de los noveles, por la incorporación del profesorado en planes y proyectos de investigación que resuelvan problemas de la práctica y los reconcilien con la teoría educativa para seguir reflexionando.
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