Bajo la denominación «Master» proliferan multitud de programas intensos de formación. Muchos de ellos se refieren a maestrías relativas a un sector empresarial o a un área funcional concreta, con gran acento en las informaciones y herramientas específicas de cada una. Oscilan entre la transmisión compactada de conocimientos académicos y la capacitación en el manejo de herramientas de índole práctica, formando buenas mentalidades técnicas. En determinados momentos y circunstancias de la vida profesional, la necesidad que se plantea una persona no es la de acumular más conocimiento técnico, saber más cosas, sino ser capaz de hacer más cosas y hacerlas mejor. Sin embargo, el MBA de origen sajón -Master in Business Administration- tiene características básicas diferentes: desarrolla sólidas habilidades directivas generales mediante el uso intensivo de la metodología del caso, concitando participantes de múltiples sectores y gran variedad de titulaciones universitarias básicas. Este es el caso del MBA que desarrollamos, tanto en la modalidad presencial como en la online. El efecto formativo fundamental de este método radica en la asimilación por parte del participante de una metodología para afrontar el estudio de problemas; para detectar los hechos relevantes y diferenciarlos de los superfluos; comprender situaciones complejas y encontrar soluciones viables. Como se aprecia, pretende que el participante aprenda por vía del descubrimiento propio, fruto del razonamiento y la aplicación del sentido común, a desarrollar capacidades de análisis y síntesis, generar alternativas viables, tomar decisiones e idear su puesta en práctica. El método del caso, y esto es fundamental, no pretende prioritariamente incrementar conocimientos, sino desarrollar habilidades para actuar como directivo, y facilitar el trasvase de experiencias propias entre los participantes, que siempre eleva y enriquece el contenido de las sesiones en que se utiliza.
Un caso es la descripción de una situación real acontecida en una empresa concreta, en un momento determinado del tiempo o en una sucesión de ellos. Como tal descripción, contiene una información (estructural, financiera, económica, humana, comercial...) que se transmite a lo largo del texto. Dicha información puede ser o no relevante, a efectos que el caso plantea, y, al igual que sucede en la vida real, limitada. Hay que observar, que la cualidad pedagógica del caso no reside en la información que contiene.
Un caso puede contener más de un problema y es tarea del participante tanto detectarlos como priorizarlos. En resumen, se puede decir que es una «fotografía» de la empresa o una serie de asuntos que afectan a la totalidad o parte de ésta, y que configuran la preocupación fundamental de sus directivos. Como acontece en la vida real, no existe una única solución válida o «mejor»; y de hecho, al participante no se le evalúa por «acertar» en la solución que el profesor considere más apropiada, sino por la consistencia del proceso de análisis y del argumento que le han llevado a su «solución».
La resolución del caso es clave en el aprendizaje. Enfrenta a la persona a resolver problemas análogos a los que se le presentan en la vida profesional, aquí lo hacemos en un laboratorio que trata de reproducir condiciones análogas. La información no siempre es completa, y quizá no tenemos todos los conocimientos teóricos que nos gustaría para afrontar el problema... Se nos pide que tomemos partido y propongamos soluciones sacando lo mejor de nosotros y en un tiempo limitado. Se dijo anteriormente que nuestra enseñanza es más práctica que teórica; y aquí tenemos una muestra de ello. Práctica, pero no practicona: hay ciencia, pero la que precisa una persona de acción, distinta a la que busca un investigador científico.
El IEB viene desarrollando este método con gran éxito en la red -modalidad online- el desde octubre de 2003, donde se concitan participantes de numerosos países y ya lo han finalizado con éxito más de 300 personas, que comunican su mejoría profesional en numerosas comunicaciones.
