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Llenar el jarrón de agua cuando está roto

Artículo de opinión

  • 30/06/2020

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Francisco Jesús Fuentes Siminiani, Profesor de Dibujo en un IES de la Comunidad de Madrid
Como profesor de Secundaria en uno de los Institutos de la Comunidad de Madrid, este año he podido experimentar los efectos de Urano, a través de un despliegue tecnológico aplicado a las aulas virtuales, como nunca había yo visto en mi corta, pero intensa, vida profesional. Si bien soy de la opinión de que el trabajo realizado por el profesorado, en general, ha sido muy meritorio, adaptando el entorno educativo a las circunstancias del confinamiento, creo que quien mejor pueden evaluar nuestro esfuerzo es el alumnado, ya que, al fin y al cabo, son ellos los beneficiarios (o perjudicados, según se vea) de nuestras iniciativas de innovación.

De nada sirve quejarnos por la falta de medios materiales o formativos que la Consejería de Educación nos ha puesto al alcance: sí, sin duda educamadrid no estaba preparada para tal cantidad de accesos simultáneos, el correo corporativo ha dado problemas y el Aula Virtual no ha respondido, en ocasiones, como se esperaba. Dirán muchos que es imposible suministrar un mínimo de calidad educativa cuando no se dispone de los medios apropiados; puede que sea como intentar llenar un jarrón de agua cuando este está roto, que no hay forma posible de contenerla, porque se escapa por las fisuras.

En todo caso, me gustaría dar aquí voz a mis alumnos y hacer públicas sus impresiones de cómo funcionó el sistema, en lo que a la adaptación del entorno educativo a la situación de aislamiento se refiere.

He aquí los resultados de una encuesta realizada a una población de muestra de 158 alumnos de los cursos de ESO (1º y 2º) y Bachillerato (1º y 2º): del total de participantes, un 78% pertenece a Secundaria (40%, de 1º ESO; 38%, de 2º ESO) y un 22% cursaban Bachillerato (15%, de 1º Bachillerato; y 7%, de 2º Bachillerato).

Dado que este estudio no tiene validez ni fiabilidad alguna, se aportan, como único criterio que pueda avalarlo, la contestación a las preguntas relacionadas con la asignatura (Educación Plástica y Dibujo) y el profesor que las impartió (yo mismo):
  • La valoración general de la asignatura ha sido: a) muy buena (33%), buena (38%), normal (16%) y mala (13%).
  • Los propios alumnos consideraban que su nivel de aprendizaje había sido muy alto (49%), bastante (24%), escaso (18%) y nulo (10%).
  • En cuanto a la motivación de las clases, 39% las encontraron muy motivadoras, 44% consideraban que eran "normales" y 17% marcaron la opción "ir a clase nunca es motivador".

Hablando de los aspectos de la materia
 
  • Prefieren trabajar mediante proyectos (46%), a través de láminas o actividades del libro (28%), mediante investigación propia con un cuaderno de artista (13%) o de manera libre (13%).
  • ¿Qué cosas cambiarían, de cara al próximo curso? El 40% incrementaría la parte de dibujo artístico, el 30% no cambiaría nada, el 17% desearía más recursos materiales y el 12% solicita un mayor número de horas de Plástica a la semana.

En cuanto al profesor (teniendo en cuenta que mi actitud dista mucho de ser serio y que me comporto de modo acaso demasiado cercano, para favorecer un más fácil acceso a la materia):
 
  • Preguntándoles por el sentido del humor en un profesor: el 52% lo consideró muy importante, el 39% opinó que es importante pero sin pasarse y un 8% prefiere que no exista dentro del ámbito de la clase, porque puede confundir para aprender.
  • Sobre el respeto que tienen al profesor: 50% considera que le respetan mucho, 39% bastante, 5% poco y 6% nada.
  • En cuanto a las explicaciones: el 61% considera que explica con claridad, el 19% indica que se repite demasiado, el 11% señala que se explica fatal, pero que, al conocerle, le entiende ya mejor y el 8% marcó que el problema no era del profesor, sino de ellos, que no escuchaban.

Sirvan estos datos para contextualizar el alumnado, la materia y la relación entre profesor-alumnado. A continuación, las preguntas relativas a los cambios en la metodología de enseñanza derivados del estado de alarma, fruto del COVID-19:
 
  • La última evaluación ha resultado: diferente (66%), más divertida (14%), más complicada (11%) y más larga (10%).
  • El sistema de clases online: lo estiman peor que el presencial (37%), les ha servido para organizarse mejor (31%), les resultó difícil amoldarse a él (18%) y lo agradecieron mucho (14%).
  • Cambiar el sistema de evaluación para ponderar menos la tercera evaluación lo vieron: mejor (46%), peor (42%), no creen que afecte a la nota (12%).
  • Las videoconferencias ayudaron a organizarse al 53%, las consideraron un lío (31%), las consideraron demasiado cortas – siendo de 40 minutos – un 6% y consideraron que había demasiada gente (9%).
  • La supervisión del profesor la consideran: suficiente (67%), insuficiente (8%), nula (8%), consideran que ya sus padres les supervisan suficiente (17%).
  • En cuanto al sistema de entrega de trabajos, el 52% prefiere el sistema online, a través de Google Classroom, frente al 48% que prefiere el tradicional mediante carpetas.
  • El ritmo de trabajo en el confinamiento lo consideraron más estresante que el habitual (47%), menos estresante (33%), igual de estresante (20%).
  • Como ventajas del sistema de trabajo online: el 66% menciona que le permite organizarse como quiere, el 22% alude al ahorro de tiempo para ir al instituto, el 8% indica como cualidad el feedback que recibe del profesor por la plataforma y el 4% señala que ha ayudado a que sus padres se involucren más con los deberes.
  • De cara a la reincorporación en septiembre: el 39% prefiere continuar con clases online, el 26% prefiere el sistema de clases presenciales y el35% se decanta por la modalidad mixta.

Por último, y para conocer si estarían interesados en continuar con la materia, una vez acabado el período lectivo, se les preguntó:
 
  • Elige una de las opciones para el período extraordinario de junio: el 35% escogió un taller sobre la carta natal, el 23% un concurso de RAP, el 8% el diseño de una baraja y el 33% irse de vacaciones a descansar.
  • En cuanto a la posibilidad de realizar un taller extraescolar al año siguiente, independientemente de la materia de Plástica: 60% respondió que no se apuntaría y el 40% dijo que sí.

Hasta aquí los datos de la encuesta realizada. Saquen ustedes sus propias conclusiones. No seré yo quien haga la interpretación, para no caer en (posibles) errores, como pueda ocurrirle al portavoz del Gobierno.

Lo que sí me gustaría apostillar es que, más allá de las medidas que se puedan tomar desde la Consejería de Educación o por las Direcciones Territoriales o incluso por las jefaturas de cada centro, es de vital importancia conocer el sentir de las familias. Si algo nos puede haber enseñado este período es a reflexionar sobre nuestras vidas, el sistema imperante y las normas pre-establecidas.

No creo que el camino sea esperar que "los de arriba" decidan la solución, ni creo que harían bien "los de arriba" en tomar decisiones sin haber consultado al pueblo. Esta era una encuesta que he querido hacer pública para que las voces de los alumnos se oigan; ahora solo queda que los escuchemos…
 
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