El concepto de competencia tiene cuatro componentes indisociables pero a su vez diferentes. La dimensión técnica (los conocimientos o saberes), la metodológica (el saber hacer o la capacidad de aplicar los saberes), la participativa (saber estar) y la personal (saber ser).Recomiendo especialmente el artículo del doctor Benito Echevarría en el que, con un tono de ilusión realista, recomienda una apuesta pedagógico hacia la evaluación de competencias básicas del alumnado que se fije más en sus competencias de acción que en su inteligencia. Que ayude a progresar al alumnado –evaluación educativa- en lugar de sentenciarlo mediante una prueba que sólo mida sus conocimientos. Que ayude a los centros educativos a mejorar y no que los etiquete o clasifique según una nota.
Cada instrumento de evaluación tiene su función.
Sin embargo, el impacto de los informes PISA y sus secuelas estatales o autonómicas afecta a la percepción que la sociedad tiene de la eficacia de la acción educativa y las políticas públicas en la materia. No se puede obviar y hace su función.
La apuesta pedagógica de las competencias básicas, en el marco de la Cumbre de Lisboa, no sólo tiene que aportar criterio común en el seno de los centros de Europa, si no que debería poderse "tocar", es decir, hacerse tangible, para que pueda comprenderse como se evoluciona, donde estamos bien, donde fallamos y que diferencias existen territorialmente.
Enric Renau
Editor
