Encuentra tu curso ideal

9%

¿Qué quieres estudiar?

Rankings universitarios para mejorar y para destacar

Editorial

Los rankings universitarios son herramientas de comparación que permiten a los gestores comprender en qué aspectos pueden mejorar y, a su vez, son armas de marketing para dar a conocer los puntos fuertes de un centro docente. Evaluar es comparar.

  • 03/05/2010

  • Valora

  • Deja tu comentario
Enric Renau. Editor
La evaluación de la calidad es una obligación en cualquier institución que ofrezca un servicio público, puesto que es una forma de rendir cuentas a la sociedad que lo sufraga y los usuarios que lo disfrutan. En el caso de los centros educativos y, en particular, universitarios, la calidad puede medirse de distintas formas, pero lo principal es que afecte a las características de la docencia, de la investigación y de los otros servicios prestados al alumnado.

En el momento que se crea una metodología compartida y consensuada para la evaluación de la calidad universitaria, pueden empezarse a comparar los centros.

La creación de rankings universitarios, por ejemplo, ha supuesto una herramienta de comparación que permite a los gestores educativos comprender en que aspectos pueden mejorar y, a su vez, es un arma de marketing para dar a conocer los puntos fuertes de un centro docente. Evaluar es comparar.

Como indican Buela-Casal, Sierra, Quevedo-Blasco y Castro, investigadores de la Universidad de Granada, cualquier ranking tiene que basarse en algunos principios y buenas prácticas que merecen ser destacados para no convertirse en una burda trampa hecha a la medida de determinados intereses.

El primer principio es que el nombre sea un claro descriptor del contenido del ranking.

El segundo principio es que los criterios elegidos para la evaluación de la calidad deben discriminar y explicar la situación presente. No pueden ser criterios históricos sino actuales y deben tratar aspectos centrales y no marginales de los centros educativos.

En el momento de establecer un ranking es central comprender el valor de cada indicador, lo que determina el resultado y el enfoque del comparador.

También es relevante tener en cuenta el tipo de institución evaluada. Por ejemplo, la función que pretenden ejercer en la sociedad que las ha creado y mantenido. Su ubicación geográfica, su dimensión, etc.

Un ranking también debe explicitar sus fuentes de información, que deberían ser públicas y accesibles, y concretas, es decir, medir una dimensión y no mezclar criterios que puedan confundir. Un ranking debe tener una periodicidad concreta y conocida.

Personalmente pienso que vale la pena trabajar en el sentido de la evaluación institucional y realizar comparativas, rankings o benchmarks para comprender en que aspectos se diferencia un centro o un curso de otro. DEP Instituto de estudios sociológicos realiza este tipo de análisis.

Creo también que los resultados de los estudios pueden y deben ser divulgados, con transparencia, claridad y rigor. No es de la ocultación de datos que una universidad será mejor o peor, sino del aprendizaje de los puntos débiles en relación con otras instituciones de educación superior y de su capacidad de modificar las dinámicas anteriores

Enric Renau
Editor


Deja tu comentario