El profesional flexible en la sociedad del conocimiento -proyecto REFLEX- ha analizado la situación laboral de los egresados universitarios de hace cinco años en 13 países europeos, a partir de su opinión, en relación con sus orígenes sociales y sus estudios académicos.Aunque hay algunos problemas de tipo muestral, la investigación coordinada por la ANECA evidencia algunas diferencias entre España y otros estados de la OCDE. Por un lado, el rápido crecimiento de la población universitaria y el menor nivel de estudios de sus padres, expresión del retraso histórico, explica algunas cosas de un país que se ha enriquecido de forma muy rápida y en sectores con poco valor añadido.
Factores culturales y socio-estructurales como el retraso en la emancipación juvenil entre los egresados y su falta de movilidad internacional e intraterritorial también diferencian la población universitaria egresada en España e Italia del resto de Europa.
Si a ello le añadimos 600 euros brutos menos de media entre los titulados con 5 años de experiencia europeos y españoles, no es de extrañar que, en términos generales, los graduados españoles sean los menos satisfechos con los estudios universitarios proseguidos.
La satisfacción de los titulados españoles con el trabajo actual es, a pesar del sueldo, similar respecto a Europa; lo que no es necesariamente positivo, porqué los aspectos a los que los titulados otorgan mayor importancia en un trabajo son la estabilidad laboral, la motivación y el desarrollo profesional o la disponibilidad de tiempo libre al margen del dedicado a la jornada laboral. Parece, pues, que ha habido una armonización del mercado de trabajo. Pero, ¿ocurre lo mismo con la satisfacción respecto a los estudios universitarios recibidos?
España es el país donde los titulados destacan con mayor rotundidad la escasa utilización, en el puesto de trabajo, de las competencias adquiridas.
Otro de los aspectos donde más diferencias se observan entre sistemas educativos son la dedicación, excesiva en tiempo, a los estudios universitarios (actividades académicas y de estudio), junto con Francia.
El énfasis en una enseñanza eminentemente teórica, con niveles bajos comparativamente hablando en lo concerniente a la enseñanza práctica, hacen que el modelo de aprendizaje de la universidad española diste sustancialmente del equilibrio presente en sistemas universitarios globalmente reconocidos de otros países.
El poco interés en la formación universitaria de los líderes políticos con posibilidades de ganar en las elecciones generales no es un buen augurio.
Enric Renau
Editor
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