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El Espacio Europeo de Educación Superior: un ejemplo de cómo se construye europa

Artículo de opinión


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Frederic J. Company i Franquesa, Asesor del Equipo Rector de la Universitat Ramon LLull para el proceso de convergencia europea. Profesor de la Facultat de Psicología, Ciències de l'Educació i de l'Esport Blanquerna
Europa dispone de un capital importante en materia de educación superior y universitaria : Unos 4000 centros - 3.300 en la UE - entre los que se cuentan 700 universidades que acogieron 12, 5 millones de estudiantes según datos del año 2000 ( frente a 9 millones durante el año 1990). Con una media de gasto anual por estudiante de 8600 Euros. Un millón y medio de profesores de enseñanza superior y entre ellos 200.000 profesores universitarios.

Al amanecer del s. XXI este nivel de enseñanza atraviesa un época de profundas mutaciones y por tanto se interroga sobre el papel que ha de desarrollar en la sociedad actual . Durante largo tiempo dividida entre su vocación humanista, de docencia e investigación y su compromiso para preparar para el ejercicio de las profesiones, parece que actualmente, bajo la presión de las exigencias de una eficacia cada día mayor y de una competitividad exacerbada a nivel internacional, ha llegado la hora de la síntesis y de la reconciliación entre estos dos polos de tensión . La Declaración de Bolonia , firmada el 19 de junio de 1999 por 30 países europeos, aborda esta doble dimensión del papel de las universidades subrayando tanto su contribución a la empleo de sus diplomados como la necesidad de mejorar su competitividad y excelencia a escala mundial. En el desarrollo de esta declaración se van percibiendo poco a poco las señales de dos evoluciones fundamentales de la enseñanza superior europea : por una parte se trata de un sector cada vez mas integrado en las políticas económicas como factor clave de la competitividad de los diplomados en el seno de la sociedad del conocimiento y de los estados y regiones en el marco de la globalización y por otra parte define su dimensión europea midiendo su pertinencia y su calidad cada vez más en función del marco social y del bien público europeo que del nacional. El proceso de modernización de la enseñanza superior y universitaria en Europa ha empezado y se ha puesto en marcha la construcción de un espacio europeo de este sector. Este es otro ejemplo de cómo de construye Europa.

La universidad es la fuente de la creación y de difusión de conocimientos y de competencias basadas en éste porque forma la élite del conocimiento y es productora de la excelencia. La docencia universitaria junto con la investigación son los primeros en ser emplazados a la necesidad de una mayor apertura al mundo y al deber de exponerse a la competitividad internacional. Es bajo esta presión y ante la gran heterogeneidad de sus estructuras y modelos de funcionamiento que la creación de un espacio europeo de enseñanza superior se ha revelado como un objetivo irrenunciable y mas urgente que nunca.

Tras varios siglos de falta de debate la reflexión y la acción se han ido alternando en este proceso que ya cumple seis años de vida. Las decisiones políticas y su desarrollo legislativo han ido surgiendo en buena parte de la visión de futuro y de las iniciativas y desarrollo de buenas prácticas de los principales actores de este proceso : los profesores. Se busca la transparencia, la coherencia, la competitividad y el atractivo tanto para los estudiantes europeos como para los estudiantes y universitarios de otros continentes. Se requiere la complicidad de muchos agentes : estudiantes, asociaciones profesionales, empresas y sindicatos, etc. Este proceso toma las raíces del terreno fértil de mas de 20 años de cooperación comunitaria en materia de enseñanza superior : movilidad de profesores y estudiantes promocionada por la acción Erasmus desde 1987, acciones en materia de calidad, créditos europeos y proyectos transnacionales …, pero con un valor añadido : la pretensión de superar una frontera no cruzada, la de la convergencia de las estructuras y de su reforma en común.

En estos seis años se han sucedido declaraciones comunes de los ministros europeos de enseñanza superior cada dos años ( Praga 2001, Berlin 2003 y la próxima cita en Bergen 2005), reuniones de conferencias de rectores y asociaciones de universidades ( Salamanca 2001, Graz 2003 y la más reciente en Glasgow 2005 ), informes sobre las tendencias ( "Trends” 1,2,3 y 4 realizadas con la ayuda de la Comisión Europea por parte de la EUA - European University Association ) de innovaciones desarrolladas y experiencias piloto surgidas de la iniciativa de equipos rectores y grupos de profesores.

El compromiso de Bolonia para el año 2010 se ha ido concretando en diez líneas de acción:

1. La adopción de un sistema que facilite la transparencia y la comparación de los títulos universitarios.,
2. La adopción de un sistema basado esencialmente en dos niveles formado por el primer ciclo: Grado y el segundo ciclo Postgrado ( Master y Doctorado )
3. El establecimiento de un sistema de créditos.
4. La promoción de la movilidad
5. La promoción de la dimensión europea de la enseñanza superior
6. La promoción de la cooperación europea en materia de garantía de la calidad
7. La contribución al aprendizaje a lo largo de toda la vida
8. La autonomía y el compromiso de los establecimientos y de los estudiantes de enseñanza superior
9. La promoción de la atractivo del espacio europeo de la enseñanza superior
10. El espacio europeo de la enseñanza superior y el espacio europeo de la investigación como los dos pilares de la sociedad del conocimiento.

Las implicaciones que este proceso conllevará para los centros universitarios, los estudiantes y los profesores son múltiples; algunas de ellas ya se han definido recientemente en nuestro marco legislativo y otras se van perfilando a través de diversas experiencias de innovación en los programas y metodologías educativas de las universidades de toda la geografía europea. Sin ánimo de abarcar toda la riqueza de este debate - acción pasamos a comentar algunas de las consecuencias más significativas .

Es inevitable y por otra parte esencial para un crecimiento y desarrollo continuados que se mantenga la diversidad y la autonomía universitaria pero también es necesario que se establezcan marcos comunes de referencia que faciliten el desarrollo académico y profesional a nivel de la evolución de la carrera de cada estudiante ( cambio de estudios, adaptación, formación continuada, etc. ) y a nivel transnacional ( reconocimiento de estudios realizados en otros países a efectos tanto académicos como profesionales, docencia e investigación en otras universidades por parte de los profesores, etc.), es decir, la movilidad académica y profesional en su sentido más amplio son uno de los objetivos fundamentales de este nuevo espacio europeo de la enseñanza superior y por tanto una de las consecuencias más importantes para toda la comunidad universitaria.

Ello conllevará en las universidades la experiencia que ya hace unos años ha empezado a percibirse de una mayor heterogeneidad de su público estudiantil. Los estudiantes no tendrán ni la misma edad, ni las mismas capacidades de base, ni el mismo interés por aprender como sucedía cuando acogían solamente una élite representativa de la población nacional. Su edad, su experiencia, su origen sociocultural así como sus necesidades por razón de sus situaciones familiares y laborales serán mucho mas diversas. En una Europa que promueve activamente la movilidad de los estudiantes a través de los programas Sócrates-Erasmus y Leonardo da Vinci, el sistema de transferencia y acumulación de créditos capitalizables (ECTS) i la armonización de la estructura de los títulos de grado i postgrado, el número de estudiantes extranjeros que participarán en los intercambios será cada vez más numeroso y tendrá la necesidad de recibir la respuesta adecuada por parte del profesorado. También ello será una consecuencia de los "programas conjuntos” de grado y de masters europeos que aunque hoy aún son poco comunes en nuestro país, el desarrollo de la legislación prevista habrá de apoyar progresivamente.

Por otra parte esta heterogeneidad que se traduce en un número creciente de adultos con años de experiencia en la vida laboral entre el estudiantado conllevará como consecuencia la adopción de estrategias que permitan itinerarios más flexibles en función de sus necesidades pedagógicas y de sus objetivos profesionales. Estos itinerarios individualizados harán mucho mas compleja la relación entre las formaciones y el mercado de trabajo y requerirán por otra parte el uso racional e intensivo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación para alternar la presencia en las clases con la formación a distancia o virtual.

Estas nuevas situaciones llevarán a un profundo cambio en el papel del profesor que cada vez hará mas necesaria y pertinente su función de guía y de tutor. La presión ejercida por estas nuevas circunstancias hará que la Universidad deba abrirse mucho más a la sociedad y que la orientación educativa se complemente con la orientación profesional para despertar en los estudiantes diversas competencias en materia de gestión de su propia carrera y de su empleabilidad permanente. Es de esta manera como la introducción de las prácticas en el currículo se ha venido generalizando en los estudios dispensados por las Universidades de toda Europa y la acción tutorial ha adquirido nuevas responsabilidades de relación y seguimiento mediante convenios y acuerdos con la realidad empresarial e institucional de su entorno. Es de esta manera como ha ido creciendo y aumentará en el futuro la transferencia de recursos humanos y de tecnologías entre la universidad y la sociedad.

Un nuevo paradigma de la enseñanza-aprendizaje centrado en el estudiante cobrará día a día importancia entre las universidades como señala el proyecto europeo TUNING ( "Armonización de estructuras educativas en Europa” ), coordinado por las Universidades de Deusto - ES y Groninguen - NL . .

El proyecto Tuning ha hecho posible la constatación de la viabilidad de la construcción de este espacio europeo de la educación superior al que invita la Declaración de Bolonia y su desarrollo . "Las universidades son expertas en trasmitir el conocimiento de las diferentes disciplinas. Los empleadores, los graduados y los académicos están de acuerdo en ello. Cierto es, sin embargo, que los requisitos de una sociedad en constante proceso de cambio son tales, que los estudiantes, cualquiera que sea su edad, necesitan desarrollar capacidades generales junto con los conocimientos más especializados. Necesitan asimismo, desarrollar capacidades personales que les permitan seguir aprendiendo a lo largo de sus vidas, enseñar y comunicarse con los conocimientos que poseen y aplicar lo aprendido de formas tan diversas que nosotros hoy en día solo podemos imaginar vagamente”.

Si los programas de las universidades llegan a incluir, como lo recomendamos nosotros, el estímulo y la acentuación de capacidades que no son específicas de una disciplina, o aún de cualidades específicas a cada disciplina que van a ser útiles en un contexto más general como en el acceso al empleo y en el ejercicio de la ciudadanía responsable, deberán usar las potencialidades del proceso Bolonia para promover la calidad en la enseñanza y el aprendizaje, definir con precisión los resultados que se esperan de éste y señalar la manera de lograrlos. De aquí que deban dedicar cuidadosa atención a sus enfoques de enseñanza y aprendizaje.

Cuando se desea explicar los enfoques de enseñanza y aprendizaje usados en la actualidad en los diversos sistemas nacionales o en universidades consideradas separadamente, se ve con claridad que cada una ha desarrollado una mezcla de técnicas y diversidad de ambientes de aprendizaje. Cuando todo esto se discute en foros internacionales se presta a menudo a confusión porque se da el mismo nombre a métodos diferentes (por ejemplo, "seminario", "conferencia", "tutoría"), o por el contrario, diferentes nombres corresponden a las mismas actividades. Por esta razón, para lograr la transparencia a nivel europeo, otra consecuencia de este proceso consistirá en elaborar una terminología nueva, una terminología acordada entre todos y basada en el concepto dinámico de desarrollo de competencias basadas en el conocimiento. Si examinamos lo que hay detrás de las palabras, encontraremos que en cada país y en cada tradición, las universidades y su personal docente han desarrollado -espontáneamente por así decirlo - una variedad de estrategias para lograr los resultados deseados en este sentido . De aquí que cada sistema tenga un grado de coherencia interna que no puede simplemente abandonarse a favor de uno o más ‘modelos' nuevos.

Los resultados de Tuning han manifestado que las universidades no sólo transfieren el conocimiento consolidado o desarrollado -su esfera reconocida de especialización - sino también una variedad de competencias genéricas. Esto implica que deben elaborar una mezcla novedosa de enfoques de enseñanza y aprendizaje para estimular -o permitir que se desarrollen - cualidades tan valiosas como la capacidad de análisis y síntesis, la independencia de criterio, la curiosidad, el trabajo en equipo y la habilidad para comunicarse.

El cambio de enfoques y objetivos de enseñanza y aprendizaje implicará también los cambios correspondientes en los métodos de evaluación. Estos deberán considerar no sólo el conocimiento y los contenidos sino también las habilidades y destrezas generales que deberá adquirir el estudiante.

Todo ello está relacionado con el cambio de rol del profesor que ha de ser quien:

- colabore a la estructuración del saber entre los ciudadanos
- supervise y dirija el trabajo del estudiante
- asesore al estudiante y lo guíe en la gestión de sus conocimientos
- haga de mediador entre la educación, la formación y su aplicación en el desarrollo social y el mercado laboral.

Institucionalmente hablando habrá que hacer frente también al reconocimiento de conocimientos y competencias adquiridas en ámbitos no formales/ no - académicos para diseñar los métodos y procedimientos de cara al acceso a los distintos niveles de la enseñanza superior.

La condición de Bolonia de que los títulos de Grado ( primer nivel ) tengan referencia directa con el mercado laboral deberá también ser motivo de diálogo con las asociaciones profesionales , administraciones públicas y empresas y también de información y la orientación a los estudiantes, a fin de que se reconozca su potencial profesionalidad en aquellos casos en que el nuevo título no tenga tradición en el país.

Cuando hace 20 años se empezaron a dar los primeros pasos de la cooperación europea en educación y formación nadie hubiera podido imaginar los progresos realizados hasta ahora y los desafíos que supone haber decidido la construcción de una sociedad del conocimiento como una de las grandes prioridades de la construcción europea . Otros retos han recibido o están recibiendo respuestas mas o menos acertadas en este largo proceso ( Mercado interior, Euro, Cooperación para desarrollo, Constitución … ) . El Proceso de Bolonia es otro ejemplo de cómo se construye Europa, no lo veamos como una amenaza sino como una gran oportunidad para promocionar el rostro humano de nuestro continente, su influencia positiva ante los grandes problemas de la humanidad y su contribución a la cohesión social y al desarrollo económico.
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