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La innovación, factor fundamental para emprender con éxito

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Gaëlle Schaefer, directora de Hexagone Language Solutions (Madrid)
¿Qué importancia tiene la innovación en el contexto de la emprendeduría? ¿Es imprescindible ser innovador para tener éxito?

La innovación es un dato fundamental a la hora de emprender, es lo que nos permitirá distinguirnos del resto de nuestra competencia. Tener un producto o servicio distinto, novedoso es sin duda una ventaja competitiva y un argumento de venta muy llamativo para el cliente final. Pues al fin y al cabo, en el sinfín de propuestas comerciales, el cliente se dejará impactar por las empresas o marcas que le resulten más atractivas, y en este sentido el concepto mismo de innovación adquiere todo su sentido.

Por ejemplo si somos una academia de idiomas, tenemos que proponer algo más que las típicas clases presenciales. Todo depende también por supuesto del sector en el que la empresa desarrolla su actividad, del estado de la competencia y de los recursos propios de la compañía. En todo caso, es un aspecto tan relevante que tendría que ser parte de la estrategia general.

Pero con innovación no solamente se refiere uno al producto o servicio que propone. La innovación puede declinarse en muchos aspectos en los que la empresa desarrolla su actividad, en la forma misma en la que se gestiona. Se puede innovar en temas de recursos humanos, de seguimiento de calidad, de facturación incluso.

Eso se ve claramente en las ferias profesionales que se organizan, las hay para cada área empresarial, a la vez que por sector, porque todos los sectores tienen puntos de mejoría y posibilidades para innovar.

Ser innovador por supuesto es imprescindible sin embargo pueden darse casos de éxito  de empresa que no son innovadoras. Pero aquí hay que tener en cuenta dos cosas: primero que un trabajo bien hecho es la base misma de cualquier proyecto empresarial, no basta con ser innovador a coste de otros factores. Segundo, si bien una empresa puede triunfar sin ser innovadora, tan sólo porque ofrece un servicio de calidad, hay que tomar en consideración el factor tiempo: hoy me va bien, pero mañana por no ser innovador y vivir de lo que sé hacer y hago bien, puede que ponga mi empresa en peligro.
Cualquier empresa pertenece a un sector dinámico, que evoluciona, donde aparecen actores nuevos, donde se dan cambios (tecnológicos, económicos etc). Si no soy visionario, existe un riesgo real de que la empresa se quede sencillamente atrás.

¿Es necesario ser un "cazador de tendencias" para emprender con éxito?

Es bueno antes de emprender o iniciar un proyecto informarse a fondo del estado del sector que nos interesa: el público objetivo, la competencia, los partners, los datos económicos etc. Y por supuesto las tendencias, es decir lo que se hace, lo que no se hace y lo que tiene más éxito. Este conocimiento es el que nos permitirá establecer nuestra estrategia empresarial. Este trabajo previo por lo tanto es imprescindible ya que nos da una visión del estado de nuestro mercado en un momento determinado.

Sin embargo, las tendencias en cierta medida no dejan de ser modas por lo tanto son muy evolutivas, y hay que tener muy claro lo que significa eso: lo que hoy da buenos resultados, mañana a lo mejor estará obsoleto.

Cazar tendencias no es una tarea fácil, pero digamos que es parte de la higiene de vida de un buen empresario. Por supuesto luego es fundamental tener capacidad analítica, para apostar por las tendencias con las que tenemos afinidades y descartar otras. No se trata de seguir todas las tendencias a la vez, sino elegir las que por nuestros recursos (capacidad de inversión o equipo humano por ejemplo) nos dan más seguridad. Más que caza se trata de una vigilia activa. Eso se traduce por asistir a ferias sectoriales, conferencias, networking, leer la prensa de nuestro sector, etc. Lo importante en definitiva es mantener al día el saber y saber hacer del sector en el que pretendemos ser expertos, a la vez que centrarse en su proyecto.

Luego hay que tener indicadores claros de la pertinencia económica de cada proyecto para ver si realmente identificamos una tendencia prometedora o bien si no fue el caso.

De cualquier manera, no hay que obsesionarse con las tendencias: la intuición y el saber reaccionar a tiempo son realmente los puntos fuertes  de un buen empresario. Una cosa es ver una tendencia, otra es saber surfear en ella, por eso es tan importante el tema de los indicadores: nos dirán si el fallo es nuestro (falta de inversión en publicidad, error en la definición de mi público objetivo etc) o si la tendencia está evolucionando y tengo que volver a establecer una nueva estrategia.

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