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El aprendizaje como asignatura permanente

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Juan José Azcárate, Director General de CCC
Aprender se ha convertido en una asignatura permanente. Atrás quedaron los tiempos en los que la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades se reservaba, únicamente, a los años de la juventud. En la sociedad actual, no es sólo conveniente, sino imprescindible, actualizarnos y ponernos al día en una, cada vez más, amplia variedad de materias.

Por todo ello, el aprendizaje debe ser reconocido como una experiencia enriquecedora y un instrumento fundamental para el desarrollo de las personas en todas las etapas de su vida. Pero no todos tienen las mismas necesidades y objetivos. Mientras que unos pretenden promocionarse en el trabajo en el que ya están, otros buscan abandonar su situación de paro.

También nos encontramos con aquellos estudiantes que desean acceder a titulaciones técnicas; otros requieren necesidades educativas especiales; los mayores constituyen un grupo cada vez más interesado en seguir aprendiendo (la Universidad de Mayores está funcionando muy bien); el conocimiento del inglés, por ejemplo, hace que personas de más de cuarenta años se sientan "necesitados” de mejorar la asignatura pendiente de este idioma; los inmigrantes se están incorporando con gran fuerza al mundo académico y sus demandas de estudios son cada vez mayores, etc. Internet está resultando un medio elemental para orientar libremente sobre las alternativas de formación disponibles.

En este contexto, la educación a distancia ha aumentado, notablemente, su prestigio en los últimos años y, hoy en día, supone la ‘gran respuesta' para todos esos colectivos que he citado, necesitan formarse y no desean acudir, físicamente, a las aulas.

Orientación
En los últimos años, los centros educativos han potenciado la información y el marketing hacia el alumno, con el objetivo de aumentar la orientación de éste a la hora de elegir los estudios más adecuados a sus perspectivas, así como el proceso posterior de formación y aprendizaje permanente, que le servirá de guía a lo largo de toda su vida.

En esta situación, es muy importante adaptar los programas formativos a las necesidades específicas de los diversos grupos de personas, según los objetivos y perspectivas que éstos se hayan planteado.

Esta orientación que ofrecen los centros, debería completarse con el apoyo de las Administraciones públicas y con la potenciación de oficinas de información, que orientaran a cualquier persona sobre las posibles vías que existen para la formación.

Por otra parte, muchos trabajadores y muchas empresas desconocen, o no utilizan suficientemente, las posibilidades que ofrece la "Formación Continua” y las ayudas disponibles.

Esta información haría más accesible la educación permanente.
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