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Internet que ya llegó

Artículo de opinión

Internet punto de encuentro; evidente. Internet punto de encuentro interpersonal; por supuesto. Internet punto de encuentro entre producto y consumidores; comodidad. Internet punto de encuentro en educación; indispensable.


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Mª Ángeles Portabella de Nadal, Fundema Institut Químic de Sarrià IQS
Sin embargo, la misión de la educación formal, al hablar de nuevas tecnologías de la comunicación, alcanza mayor compromiso que un "punto de encuentro".

La educación formal, entre sus funciones, incluye la de preparar a los alumnos para su incorporación al entorno social y al mundo laboral. ¿Puede alguien imaginar los recursos humanos de las empresas del futuro (un futuro que ya está aquí) intentar acceder a un puesto de trabajo sin la necesaria alfabetización digital; sin haber desarrollado competencias suficientes en materia de tecnologías de la comunicación y la información? ¿Qué pasaría si al cumplir la mayoría de edad, se sorprendieran ante un voto electrónico, ya tan cercano?

Hablamos de competencias. La filosofía que sustenta el sistema educativo actual plantea la necesidad de formar a los alumnos en la capacidad de "aprender a aprender". Visto así, en el siglo XXI, la base ha de ser el dominio del entorno comunicativo creado por Internet. Los centros de formación deben preparar a sus alumnos en conceptos, procedimientos y actitudes que respondan a la realidad del sistema de comunicación vigente.

Sin embargo, de nada servirá ser un excelente usuario de la Red si no se incide en la necesidad de desarrollar otras destrezas, como pueden ser: las capacidades de análisis, relación, síntesis, asimilación o la curiosidad intelectual.

El sistema de educación formal es responsable de iniciar a los alumnos en las diversas disciplinas del conocimiento, así como de transmitir el poso cultural de las diferentes mentalidades colectivas que la humanidad ha ido adquiriendo; pero también debe comunicar el deseo y la inquietud por el saber, por el aprender a aprender.

Se trata, en definitiva, de adquirir una base sólida que conduzca a la voluntad y el reconocimiento de la necesidad de la formación a lo largo de la vida. La formación continua y permanente que permite a las personas moverse con autonomía y facilidad en el entorno social y laboral en el que están inmersos y evitar, así, el posible menoscabo profesional.
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