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Las competencias de un buen gestor de centro educativo

Artículo de opinión

El modelo de dirección de los centros debe evolucionar teniendo en cuenta las exigencias sociales, incorporando nuevos roles, nuevas habilidades y nuevas competencias, entre las que podemos considerar el liderazgo pedagógico, la evaluación del centro y de la docencia, etc. ¿Qué otras competencias debe incorporar un buen gestor de centro? ¿Han evolucionado debido a la crisis? Para dar respuesta a estas cuestiones hemos recopilado interesantes artículos este monográfico.


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Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb
Las funciones de los directores y gestores de centros se han ampliado en los últimos años. Actualmente, es difícil definirlas en un decálogo, especialmente si tenemos en cuenta las cuestiones "transversales" en un centro u organización educativa: la aplicación de las nuevas tecnologías, la atención a la diversidad, la gestión administrativa y del personal, etc y las nuevas necesidades de los centros educativos, como la comunicación y el marketing educativo.

En el monográfico 261, Josep Serentill, Presidente del Fórum Europeo de Administradores de la Educación (FEAE), reconocía que el modelo de dirección de los centros debe evolucionar teniendo en cuenta las exigencias sociales, incorporando nuevos roles, nuevas habilidades y nuevas competencias, entre las que podemos considerar el liderazgo pedagógico, la evaluación del centro y de la docencia, entre otros. La crisis económica exigirá a los centros educativos nuevas adaptaciones.

¿Cuáles son las competencias que debe incorporar un buen gestor de centro? ¿Han evolucionado debido a la crisis? Para dar respuesta a estas cuestiones hemos recopilado interesantes artículos en el monográfico sobre gestión de centros 2013.

Las funciones de los gestores de centros educativos

Los responsables de la gestión de un centro educativo, universitario o de formación deben ser profesionales de doble vertiente. Por un lado, buenos profesores y, por otra parte, buenos gestores. Los expertos consultados coinciden en afirmar que, cada vez más, los directores o gestores deben hacer hacer frente a una mayor variedad y cantidad de situaciones, que además, muchos de ellos requieren formación y conocimientos específicos:
  • Gestión de equipos. El director debe asumir el liderazgo y coordinación del equipo de profesores, el personal de administración y servicios.
  • La relación con el entorno. La relación con las familias y el alumnado se ha hecho más compleja con los años. El diálogo para dar respuesta (o no) a las demandas, la exigencia de que esas respuestas se den con calidad, la diversidad de esas demandas, etc. exigen que el equipo directivo tenga un bagaje formativo específico que no tiene por qué haber adquirido en su labor como docente.
  • Las relaciones con la administración. El desarrollo de una amplia normativa escolar, la exigencia de supervisión de determinadas áreas de la gestión, la realización y divulgación de numerosos documentos de organización… exigen que el equipo directivo tenga unos determinados conocimientos, actitudes y domine los procedimientos.
  • Funciones propias de la docencia y la administración de recursos. El equipo directivo, a pesar de todo lo anteriormente mencionado, no debe olvidar que lo que justifica la existencia del centro es el proceso de enseñanza y aprendizaje.
  • La comunicación y el marketing educativo. Muchos centros educativos están incorporando técnicas de captación de alumnado, comunicación en redes sociales y acciones de marketing educativo a su realidad. En este contexto, se requiere una estrategia planificada y sin improvisación.
Estas funciones son solo una aproximación a todo el proceso de gestión de los centros educativos, que resulta cada vez más complejo. Un gestor debe ser capaz de planificar, organizar, ejecutar y evaluar las respuestas a las necesidades educativas. En este contexto, las competencias de los gestores abarcan aspectos técnicos, jurídicos y de recursos humanos que tradicionalmente no están incorporados en la formación inicial del docente. ¿Es precisa una formación específica complementaria? No hay duda.

Competencias del gestor de centros educativos

Para Silvia Gabriela Vázquez, directora de la Diplomatura en Responsabilidad Social y Resiliencia en la Universidad de la Marina Mercante (UDEMM) (Argentina), las organizaciones educativas -del mismo modo que cualquier otro tipo de organización- sólo consiguen progresar cuando logran detectar sus errores, investigar cuáles son sus causas y tomar decisiones en consecuencia. Precisamente, ser competente en el campo profesional consiste en saber resolver problemas y situaciones del trabajo de forma autónoma. No basta con los conocimientos aprendidos en las etapas de formación, es necesario contar con habilidades, conocimientos y aptitudes que permitan desempeñar las tareas propias del gestor o director de centro. ¿Cuáles son estas competencias? A continuación te citamos las 5 principales:
  • Capacidad de adaptación al cambio. Esta es la competencia fundamental para hacer frente al nuevo modelo de dirección y gestión que ha propiciado la crisis. Para Carlos Díaz, director de Campus Training, lo que ha acontecido es que todos hemos aprendido a sacar más partido al esfuerzo y sobre todo nos ha enseñado que debemos reinventarnos continuamente. Esta capacidad resulta útil tanto para los gestores de centros públicos como privados, universidades, institutos, centros de formación continua…
  • Eficiencia en el uso de los recursos. Relacionado con el punto anterior cobra fuerza la gestión eficaz de los recursos, tanto materiales como humanos y tanto si se han visto mermados como incrementados. Para Carles Armengol, Secretario General Adjunto de la Fundació Escola Cristiana de Catalunya, además, resulta necesario contemplar la búsqueda de nuevos recursos, por decir de algún modo, atípicos. Especialmente en la escuela concertada, esto supone buscar la forma de rentabilizar las instalaciones del centro u ofrecer otras actividades o servicios complementarios que permitan márgenes económicos para el sostenimiento general del centro.
  • Liderazgo. Los directores y directoras deben ejercer liderazgo para mejorar la calidad de la enseñanza. Por eso, es fundamental compartir la visión hacia la que se encamina el centro a la comunidad educativa, orientarse hacia unos objetivos concretos y dar sentido a las funciones y actividades de cada miembro del equipo directivo.
  • Resolución de conflictos. Para Juanjo Fernández, Consultor Pedagógico de la Fundación Escuela Cristiana de Catalunya, un buen gestor inspira respeto; un mal gestor, temor. Y muchas veces el temor lo genera un mal gestor que se "encasquilla" en discusiones absurdas sobre pequeñeces, trabas burocráticas, generalizaciones injustas y ofensivas... En el contexto educativo, resulta fundamental ser capaz de solucionar los conflictos o por los menos, ofrecer las herramientas que facilitan su resolución. Un buen gestor debe ser firme en sus decisiones, justo y tener la capacidad de mediar.
  • Formación de formadores. Teresa Vallès y Enric Vidal, decanos de la Universitat Internacional de Catalunya (UIC) consideran que un buen gestor debe tener la competencia para formar a las personas. Desde su punto de vista, es tarea del gestor de centro crear el entorno laboral y humano adecuado para el desarrollo de los talentos de cada uno mediante su implicación con su entorno, es decir, a través de su relación con otras personas que también necesitan el clima adecuado para su crecimiento personal y profesional. El verdadero logro del proyecto educativo se da con el de las personas, porque el crecimiento individual y el del bien común son dos caras de la misma moneda.
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