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Miquel Bonet. Profesor, abogado y autor del libro ¡Búscate la vida!
Nadie pone en duda que la comunicación constituye la competencia clave, no sólo en el mundo profesional, sino en la propia vida, probablemente porque la verbalización de nuestros pensamientos nos permite en la mayoría de casos, no siempre, entendernos entre nosotros, y argumentar, persuadir, expresar o defender nuestras ideas.

Si trasladamos esta competencia clave al proceso de formación universitaria o profesional, no sólo estamos experimentando un hábito que nos va a permitir influir sobre la gente , sino que además nos permite expresarnos con palabras, la conexión de ideas propias, que es  uno de los signos de la inteligencia en acción.

La idoneidad de incorporar el conocimiento de otras lenguas además de la propia para acceder un día al mundo profesional en los tiempos en que vivimos, me parece tan obvio, como saber ir en bicicleta o comprender las luces de los semáforos, o sea necesario para subsistir.

¿Por qué? Pues porque desde que existe internet y  con la globalización, el mundo se nos hace pequeño y debemos tratar que nuestros hijos y alumnos, tengan unos mínimos de formación que les permitan enfrentarse a este nuevo escenario virtual, no es por casualidad que mientras aquí no llegamos al 20% de universitarios que hablan inglés, en la India, que se supone es un país del 3º mundo, aunque emergente, lo hablan el 100% de universitarios.

Los idiomas, siguen siendo una asignatura pendiente en este país, como muchas otras, claro está que con la mayoría de currículums de carreras, entroncados en el siglo XIX, es fácil comprender, que la polémica de los idiomas, en un país divido como el nuestro, se reduce a criticar la inmersión lingüística o quejarse sobre el "siseo" andaluz, o la dificultad del euskera.

Si es grave que la mitad de escolares no entienda lo que lee (inf.Pisa) y acabe el grado, escribiendo con faltas de ortografía, o sin saber explicarse en público, habiendo pagado entre todos los contribuyentes más del 80% de la formación pública, no es admisible este  inmovilismo -aquí nadie va a buscar trabajo a 20 km de su casa- tampoco que no tengan un dominio de una lengua extranjera, naturalmente usándola, que les permita explotar los conocimientos adquiridos y demostrar su talento, que al fin y al cabo, es la finalidad más importante de su formación.

He trabajado durante mis últimos 25 años  en el sector de RRHH y especialmente preparando y buscando gente, digamos "empleable", en un mercado de ofertas de trabajo cada vez más competitivo y creo honestamente, que si quieres trabajar necesitas simplemente tres cosas:

Conocimientos, los que tengas uniendo tus habilidades, formación adquirida básicamente informática e idiomas, capacidades y no te importe la cantidad que poseas de talento, sino como sepas jugarlo en tu vida, pero sobre todo descubre que es lo que sabes hacer mejor.

Cuida tus valores, reapréndelos si hace falta, en un mercado muy competitivo, las empresas, no buscan al mejor si no al más adecuado y siempre a las "buenas personas", capaces de trabajar con otros, empáticos, proactivos, conciliadores, con cultura del esfuerzo y el respeto.

Por último, actitud, importa lo que quieres hacer, por ello no es tanto lo que sepas, sino lo que quieras hacer, tu compromiso, recuerda que la palabra "agua" no moja y eso es hablar cristiano.
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