Las ventajas de la formación profesional en alternancia superan los inconvenientes. Entre las más significativas están las metodológicas y las motivacionales: Alternando teoría y práctica el profesorado puede combinar equilibradamente los aspectos cognitivos con los aplicados, de modo que el tiempo dedicado a la práctica no se quede como para el final de la enseñanza. El aspecto motivador más interesante para el alumnado es que éste encuentra significado al estudio (teórico y práctico) al comprobar su utilidad en el mundo del trabajo. Los inconvenientes son obvios, sobre todo en lo que se refiere a la organización y administración de los planes. La alternancia ha de ser producto de una entente entre empresa, escuela y organizaciones sindicales, como mínimo, y esa estructura es difícil de coordinar en un país como España, tan burocratizado. Esa complejidad, conlleva, además, una gran dificultad en la evaluación de los resultados y de la eficacia de las instituciones implicadas.Todo el mundo sabe de primera mano que las prácticas programadas en los estudios de formación profesional a cualquier nivel no tienen nada que ver con la formación en alternancia. Las prácticas muchas veces están desconectadas con la formación, las empresas no profesan la misma filosofía que los políticos de la educación y no existen recursos adecuados para realizarlas con garantía de rigor y solvencia. Además, son cortísimas. Se detecta la falta de buena coordinación entre el Departament d'Ensenyament y las pymes, por ejemplo. Siempre he dicho que España se salvará cuando la formación profesional haya alcanzado nivel europeo.
