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La formación profesional para el empleo: un reto y una oportunidad

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Antònia Pascual Moreno. Responsable de Formación Profesional de la Secretaría de Socioeconomía de CCOO de Catalunya
La formación profesional (FP) la entendemos como la suma de la FP inicial más la que conocemos como "formación para el empleo", es decir, la formación continua y la ocupacional.

Desde CCOO de Catalunya hemos hecho propuestas desde hace años para el desarrollo y avance de la FP. Disponemos actualmente de acuerdos de carácter tripartito, entre la administración catalana, las organizaciones sindicales y empresariales más representativas de nuestro país que se han plasmado en el primer y segundo Pla General de la Formació Professional y el Pla General d’Ocupació de Catalunya y l’Acord estratègic, en los que se contemplan medidas específicas para el desarrollo, entre otras, del Sistema de información y orientación y el de la Evaluación y acreditación de competencias. Dos aspectos clave para el desarrollo de la formación profesional en su conjunto. Si bien hemos de reconocer que se han hecho avances, queda todavía mucho camino por recorrer.

Recientemente, el mes de julio de 2009 firmamos un acuerdo de políticas activas de empleo anticrisis, los agentes económicos y sociales y el Departament de Treball, entre las cuales había el de la creación de la Red de orientación e información. Más recientemente, el mes de diciembre de 2009, la firma del documento de 30 compromisos per a l’ocupació, el teixit econòmic i el desenvolupament social de Catalunya, para hacer frente a la crisis, en el que se contemplan medidas para reforzar las políticas activas de empleo y la formación profesional, entre otras, la creación de la Comisión del Sistema de Formación y Cualificación profesional de Cataluña.

En todos los acuerdos, pretendemos que se de respuesta a las necesidades de la población en general, con medidas sociales y específicamente en relación con la integración de la formación profesional; la orientación y la acreditación y reconocimiento de la experiencia laboral, para que las personas con bajo nivel de cualificación, que no han podido seguir una formación dentro del sistema reglado, tengan oportunidades de mejorar profesionalmente, además de los beneficios que comporta para la mejora de la competitividad de las empresas al disponer de trabajadoras y trabajadores mejor formados.

La actual situación de crecimiento continuado del desempleo a Cataluña, con 604.038 personas en situación de desempleo a finales de marzo, que representa un incremento interanual del 21,2% respecto del 2009, requiere de un fuerte compromiso por parte del Govern de Catalunya, especialmente de los Departamentos de Trabajo y Educación, para dar un salto cualitativo en la puesta en marcha de las medidas acordadas, en beneficio de las personas y las empresas.
  • El gran reto actual de la formación profesional para el empleo es la integración real y efectiva de la formación profesional en su conjunto.
A Cataluña se ha comenzado la integración en la Xarxa FP.Cat, que pretende establecer una red de centros, denominados "centros FP.Cat", en los que se pueda ofrecer formación profesional de carácter integrado, es decir, que incluya tanto la de FP inicial como la FP para el empleo, así como orientación y acreditación de competencias.

Desde la publicación de la Ley 5/2002 de Cualificaciones y de Formación profesional; así como del Real decreto 395/2007 de Formación para el empleo, se sentaron las bases legales para la integración de la formación profesional. No ha sido así en la práctica ya que hasta la fecha las ofertas formativas de cada "sistema" funcionan de forma independiente, igual que los procedimientos.

Para CCOO de Catalunya, la concreción de medidas que permitan avanzar en la integración real es clave. Prueba de ello ha sido la creación de la mencionada Comisión del Sistema de Formación y Cualificación profesional de Cataluña, mediante un Programa interdepartamental, con la finalidad de impulsar las medidas acordadas con los agentes sociales. Entre los objetivos establecidos, se encuentra: la mejora del acceso y la participación en la formación a lo largo de la vida; potenciar el reconocimiento de la formación profesional; así como la consolidación de un Sistema integrado de formación profesional y cualificación.

La oferta de formación para el empleo ha de estar basada en los Certificados de Profesionalidad para que, de esta forma, tenga una posibilidad de continuidad, cuando el Sistema integrado esté acabado, teniendo efectos inmediatos en la acreditación de competencias de las personas y, especialmente, en la promoción profesional dentro y fuera de la empresa ya que adquirirá un valor que ahora no tiene.
  • La oportunidad se encuentra en la evaluación, reconocimiento y acreditación de la experiencia laboral y de la formación para el empleo, para darle valor real y que esta sirva para seguir un itinerario profesionalizador, tanto en formación como en el empleo.
En relación con este tema, decir que en agosto de 2009 se publicó el Real Decreto 1224/2009, de evaluación, reconocimiento y acreditación de competencias adquiridas mediante la experiencia laboral, que está pendiente de desarrollo en Cataluña, para su aplicación. Decir también que en l’Institut Català de Qualificacions se ha trabajado mucho desde su creación, para realizar el reconocimiento de competencias a determinados colectivos, a los el proceso ha permitido "visualizar las competencias ocultas" de las personas que han participado, tanto las que se han acreditado como las que no.

Además, a Cataluña se ha puesto en marcha el programa Qualifica’t, desde el Departamento de Educación, que permite validar la formación para el empleo y la experiencia laboral para seguir un itinerario de FP reglada.

Hay que decir que el proceso es lento, desde que se publicó la Ley 5/2002 de Cualificaciones y formación profesional hasta hoy, tanto el tema de la evaluación y acreditación como el de la orientación siguen en espera de desarrollo, máxime cuando no hay una única administración responsable, lo que incide en las dificultades que de por sí ya tiene el sistema para su concreción.
  • En el centro de estas dos vertientes se encuentra la orientación profesional. Fundamental para que haya un encaje entre las necesidades de empleo y formación de las personas, la oferta formativa existente y las necesidades de cualificación de las empresas.
Queda pendiente el establecimiento de un Sistema de orientación profesional de carácter integral, que contemple el proceso desde el final de la etapa de educación obligatoria y durante toda la vida laboral de la persona, y más allá si fuese preciso.

CCOO defendemos un modelo de orientación que tenga las siguientes características:
  • Un sistema único que sirva tanto para el sistema educativo como para el laboral.
  • Un modelo integrado y cercano que permita el acceso a los servicios de orientación desde muchos puntos, facilitando a los usuarios y usuarias recibir una acción de orientación en el momento en el que la necesita, dando respuesta a las diferentes necesidades de las personas.
  • Un modelo integral que contemple la orientación como un proceso continuo a lo largo de la vida de las personas, con la perspectiva de inserción laboral, pero también de carrera profesional y personal, teniendo en cuenta la formación y la acreditación de competencias como indispensables para el desarrollo social y profesional de los y las jóvenes y de las personas en situación de desempleo y ocupadas.
  • Accesible durante todo el año para que la persona que lo necesite pueda recibir orientación en cualquier momento y se le derive hacia la actividad que sea más adecuada el su caso.
  • Un servicio personalizado y de calidad que ha de disponer de profesionales que, a su vez, dispongan de herramientas que les permita realizar su tarea de la mejor forma posible.
Finalmente, decir que el gran reto que tenemos como sociedad es conseguir eliminar los déficits estructurales en materia de competencias que arrastramos del pasado, cuando la formación y titulación obtenida era importante pero el mercado de trabajo no la exigía en todos los segmentos de la producción, especialmente en los intensivos en mano de obra, con escasos requisitos de cualificación.

Si recordamos que nuestro país está muy por debajo de la media de la Unión Europea, en cualificación de nivel medio y que estamos muy por encima en el nivel bajo, la respuesta es clara. Los cambios se han de hacer ya. Tenemos la norma general; tenemos los acuerdos entre administración y agentes sociales; tenemos las demandas de las empresas y las personas; solo falta que la administración agilice todas las medidas previstas para que se haga realidad.

Si utilizamos un símil, el ritmo de concreción de la integración de la formación profesional ha de ser a "velocidad del AVE" i no de "cercanías" como hasta ahora.
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