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La adaptación de Másters y Postgrados a las necesidades del mercado laboral

Artículo de opinión

  • 29/01/2010

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Pere Mora Ticó. Director académico de Másters y Postgrados propios de la Escuela Universitaria de de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés / Universidad Ramon Llull
Las principales razones que intervienen en la decisión de cursar un Máster o un Postgrado, además de ampliar conocimientos, son las de mejorar su currículum académico, establecer contactos profesionales con otros alumnos y ser más competitivo a la hora de encontrar empleo. Una adecuada formación es imprescindible para conseguir una buena carrera profesional, esto lo tienen claro las empresas y, cada vez más, también las universidades. Ambas son conscientes de que tienen que establecer vínculos para que se logre el objetivo de que los Másters y Postgrados sirvan para mejorar la empleabilidad de los estudiantes y que las empresas puedan cubrir los puestos de trabajo principalmente en aquellos sectores emergentes, como las nuevas tecnologías de la comunicación o de la gestión de empresas. Por lo tanto, es evidente que todavía queda un largo camino por recorrer en el proceso de adecuación de las materias y metodologías de aprendizaje de Másters y Postgrados a las necesidades reales de las empresas. En esta línea, observamos cómo aumentan los foros de empleo en los cuales las empresas contactan con los candidatos más cualificados para el primer empleo o cómo las universidades están potenciando las bolsas de trabajo como un elemento fundamental para la búsqueda de empleo tanto para los estudiantes recién licenciados como para aquellos que acaban de cursar un Máster o Postgrado.

Desde nuestra experiencia en la Escuela Universitaria de Trabajo Social y Educación Social Pere Tarrés de más de 15 años formando a profesionales de la acción social, hemos constatado que para los alumnos estudiar un Máster o un Postgrado significa una ayuda fundamental en la elaboración del currículum, principalmente entre los más jóvenes. Para las personas de mediana edad, la experiencia sumada a la formación actualizada y orientada a la especialización es una garantía de empleo y de mejora de su posición en la empresa. La formación de Máster y Postgrado ayuda a presentarse en mejores condiciones a los estudiantes que acceden al mercado laboral por primera vez y facilita la gestión de la carrera profesional de las personas con una trayectoria profesional consolidada.

El nuevo concepto del aprendizaje continuo


El mercado laboral ha experimentado en los últimos años un cambio espectacular de paradigma. Ha aparecido un nuevo concepto, el de "aprendizaje a lo largo de la vida", que implica que la carrera profesional es un concepto dinámico que debe mejorarse y actualizarse, siempre en función de las necesidades del mercado laboral y de las empresas. Por este motivo, es necesario mejorar de forma continuada las competencias y capacidades profesionales en situaciones laborales complejas en las que las empresas evalúan a sus empleados en función del cumplimiento de sus objetivos. Por este motivo, los Másters y Postgrados deben tener en cuenta que los nuevos perfiles profesionales que demanda el mercado laboral van más allá de los conocimientos específicos. Y es que cada vez tienen más que ver con una serie de habilidades personales, frecuentemente intangibles, como la responsabilidad, la motivación, la adaptabilidad al entorno, la orientación a satisfacer las necesidades del cliente, la capacidad de aprendizaje, la capacidad de análisis, el trabajo en equipo, la autonomía, o el hecho de saber tomar decisiones. El éxito de la formación de un Máster o postgrado dependerá en gran medida de que las universidades sepan aplicar estas cualidades en sus contenidos y metodologías de aprendizaje.

Las aportaciones del nuevo marco universitario europeo

El Espacio Europeo de Enseñanza Superior (EEES) ha significado un cambio de mentalidad en la concepción de la enseñanza y del aprendizaje mediante un modelo de formación con una orientación eminentemente profesionalizadora, que permite la integración en el mercado laboral de los estudiantes y que parte de unos perfiles profesionales nacionales y europeos. Potencia las metodologías activas con programaciones centradas en el proceso de aprendizaje basadas en enseñanzas teóricas y prácticas en las que se busca una coherencia global en el diseño de itinerarios formativos de los grados, Másters Universitarios y la formación continua.

Los Másters Universitarios se han estructurado sobre la base de la especialización, ya sea de tipo profesionalizadora o de profundización intelectual, con una estructura flexible y de reconocimiento que facilita el acceso desde diversas formaciones. Se trata de un proceso centrado en el aprendizaje del alumno con asignaturas diseñadas por competencias con una tipología de enseñanza dirigida, supervisada y autónoma que tiene como eje vertebrador las prácticas empresariales, el estudio de casos y la movilidad internacional. Estos cambios se complementan con un modelo de evaluación continuada con un feedback sobre la consecución de objetivos, la propia autoevaluación del alumno y la diversidad de instrumentos de evaluación.

Esta nueva estructura académica tiene como objetivo fundamental la inserción laboral de los estudiantes y postgraduados. La importancia de las prácticas en este nuevo modelo significa una adecuación a los nuevos perfiles que demandan las empresas. Éstas necesitan una formación más práctica y abren el debate sobre cuál ha de ser el papel de la universidad en este contexto profesionalizador y así mismo tienen una influencia decisiva en la capacitación del profesorado.

Este modelo "profesionalizador" está afectando a la organización interna de la universidad ya que el Espacio Europeo de Enseñanza Superior (EEES) significa la implementación de sistemas de evaluación de la calidad que obligarán a ésta a rendir cuentas de sus resultados de su modelo de gestión y de los índices de empleabilidad de sus alumnos. ¿Puede significar Bolonia que las universidades tengan que aplicar sistemas de gestión de tipo empresarial basadas en la orientación a las necesidades del cliente y de adaptación al entorno social y económico? ¿Puede provocar la pérdida del carácter academicista que ha caracterizado a la universidad? Lo que está claro es que se trata de una buena oportunidad para la universidad de mejorar la calidad de su oferta formativa, de abrirse a la sociedad y de que la formación de Másters y Postgrados esté más valorada en el currículum del alumno en la búsqueda de un puesto de trabajo.

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