Encuentra tu curso ideal

9%

¿Qué quieres estudiar?

El mapa mental como estrategia de apoyo en el proceso de toma de decisiones vocacionales

Artículo de opinión


  • Valora

  • Deja tu comentario
Mª Ángeles Caballero Hernández-Pizarro. Profesora el Departamento de Métodos e Investigación y Diagnóstico en Educación de la Universidad Complutense de Madrid
Tomar decisiones es una tarea difícil y compleja a la que debemos enfrentarnos continuamente, lo que no significa que estemos preparados para afrontar correctamente este proceso. Un equipo de profesores de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid, compartiendo este principio de ayuda, hemos diseñado una experiencia de aprendizaje utilizando como estrategia de ayuda el "mapa mental”. La experiencia se ha desarrollado con un grupo estudiantes de 4º curso de la ESO (15 años), en un Instituto de Educación Secundaria de la Comunidad de Madrid.

¿Qué es y por qué utilizar el mapa mental?

Los mapas mentales forman parte del conjunto de estrategias que nos ayudan a organizar nuestro pensamiento, facilitando la identificación de conceptos relacionados, el establecimiento de asociaciones y conexiones entre conceptos (ideas), la elaboración de categorías y el establecimiento de jerarquías. El mapa mental consiste en la representación gráfica de nuestro proceso de pensamiento (visualización de nuestras ideas). Su estructura intenta emular el funcionamiento de nuestro cerebro, proceso que se conoce como "pensamiento radiante”. El mapa mental es definido por sus autores como una expresión del pensamiento radiante, entendido como "aquellos procesos de pensamiento asociativo que proceden de un punto central o se conectan a él” (Buzán y Buzán, 2001: 67). Un mapa mental simula o funciona como nuestro cerebro, de ahí su utilidad. Para explicar de forma rápida y concisa estos cuatro elementos configuradores de un mapa mental, lo mejor es utilizar otro mapa mental.



La elaboración de un mapa mental parte de la identificación de un núcleo o foco radiante, que nos puede ayudar a definir el problema o nudo del proceso de toma de decisiones vocacionales. El pensamiento radiante facilita el establecimiento de conexiones entre conceptos, por lo tanto nos ayuda a generar alternativas y a establecer relaciones entre ellas.

Desarrollo del proceso de intervención
La intervención se ha desarrollado con un grupo de 17 estudiantes de 4º de la ESO de un Instituto de la Comunidad de Madrid, donde ejerce como orientador uno de los miembros del equipo investigador. El proceso de intervención con mapas mentales se desarrolló en 4 sesiones, programadas al final del año académico (meses de mayo y junio), como colofón del trabajo orientador realizado durante todo el curso en las sesiones de tutoría. El contenido de las sesiones fue el siguiente:

1º día: presentación de los mapas mentales. Presentar el concepto de mapa mental y justificar su utilidad en el proceso de toma de decisiones. Responder a un Cuestionario Inicial sobre el nivel de toma de decisiones.

2º día: aprender a hacer mapas mentales. Explicar el concepto de mapa mental y realizar un ejemplo sobre un tema académico, aprovechando que los alumnos tenían un examen de historia.

3º día: Hacer un mapa mental sobre el proceso de toma de decisiones. El núcleo del mapa es: para tomar una decisión sobre mi futuro profesional necesito…

4º día: Responder al Cuestionario Final. En este cuestionario se recoge información sobre los mapas mentales (dificultades de aprendizaje y utilidad), sobre el nivel de decisión en relación al futuro profesional (decisión a largo plazo), y sobre la decisión profesional vinculada con el próximo año (abandonar los estudios, formación profesional, opción de bachillerato).

Mapa mental elaborado por un estudiante.



Reflexión sobre los resultados obtenidos

Los datos obtenidos, dado el tamaño de la muestra (17 alumnos), no permiten extraer conclusiones generalizables, pero nos aportan información relevante sobre las posibilidades de esta estrategia. A modo de conclusión, podemos señalar que la experiencia desarrollada con los mapas mentales ha sido positiva. La mayoría de los alumnos (66%) no ha tenido ninguna dificultad para aprender a realizar mapas mentales. La utilizad de los mapas mentales ha sido confirmada con rotundidad por los estudiantes (86% de los estudiantes). Aunque sólo un 6% responde directamente que es útil en la toma de decisiones, al reconocer su utilizad en el desarrollo de habilidades vinculadas con la toma de decisiones - aclarar ideas, ampliar información, resolver problemas-, se admite indirectamente su utilizad en este proceso. Por último, se han valorado los cambios en el nivel de decisión tras el trabajo realizado con los mapas mentales. En ambos casos se ha constado un descenso en el nivel de decisión, más acusado en la decisión que afecta al futuro profesional; el descenso es del 12,5% al 6,7%. Esto significa que alumnos que ya habían tomado una decisión, después de haber trabajado con los mapas mentales manifiestan que dudan, e incluso se replantean la situación sin haber podido llegar a tomar una nueva decisión. Aunque en un primer momento se puede pensar que un descenso en el nivel decisión es un efecto negativo del uso de mapas mentales, puede sin embargo significar una importante mejora cualitativa, revelando que se ha producido en el alumno un replanteamiento de su decisión, que le hace ser más consciente de la complejidad de este proceso. Para valorar esta hipótesis, sería necesario recoger nueva información, realizando una sesión de entrevistas con cada sujeto. Los resultados obtenidos invitan a continuar en esta línea de trabajo.
Deja tu comentario
Ver comentarios