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El e-learning para adaptarse a Bologna y mejorar la interactividad

Editorial

Las universidades, en lugar de ofrecer "formación sin asistir a clase” tendrían que aprovechar el e-learning para adaptarse a las exigencias de Bologna. Los gestores de las empresas y los profesionales deberían pedir al e-learning unos contenidos y una metodología propia pensada para un proceso de formación distinto al tradicional. Se trata de aprovechar los retos para mejorar la oferta educativa, no de considerar el e-learning como una excusa TIC para ahorrar costes.


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Enric Renau, Editor
Según el informe Bioeduca 2005 del Observatorio Español de Internet, alrededor de 350.000 ciudadanos cursarán algún tipo de estudio por Internet. De ellos, 180.000 son universitarios (un 10% del total de alumnos universitarios de grado o postgrado). Según el estudio ”La demanda de formación continua en España 2004-2005” realizado por DEP Consultoría Estratégica unas 200.000 personas realizan su actividad de formación continua sólo a través de Internet, y 112.000 de forma semipresencial, lo que representa un volumen de negocio de 412 millones de euros. Todo ello no representa más que el 11,5% del total de la formación continua en España. Un 60% de los estudiantes universitarios y un 43% de los profesores usan plataformas de docencia virtual.

Son cifras importantes aunque pueden crecer los próximos años si la formación on-line se esfuerza por llegar a los profesionales empleados en PIMES que, aceptando que en su empresa no se apuesta por la formación, con su esfuerzo, tiempo y dinero, deciden mejorar su carrera profesional por su propia cuenta.

Las universidades y sus docentes, en lugar de ofrecer "formación sin asistir a clase” tendrían que aprovechar el e-learning para adaptarse a las exigencias de Bologna en cuanto a una formación en competencias y habilidades profesionales, más práctica y más vinculada a la profesión.

Los gestores de formación de las empresas y los profesionales con voluntad de formarse on-line tampoco deberían pedir al e-learning que reproduzca los parámetros de la formación tradicional. Sería bueno que exigiesen unos contenidos y una metodología propia pensada para un proceso de formación distinto, interactivo y participativo.

Se trata de aprovechar los retos para mejorar la oferta educativa, no de considerar el e-learning como una excusa TIC para ahorrar costes.

editor@educaweb.com

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