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El antes y el después del estudio, ¿tarde? ¡Nunca!

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Salvador Boro Romero Campos, gerente de la Fundación para la Formación de Altos Profesionales (FUFAP)
Tarea ardua, la explicación en pocas palabras de la necesidad del ser humano que tiene de ‘saber', antes de aplicar una técnica eficaz de estudio que permita hacer buen uso de los distintos instrumentos intelectuales de que se dispone, deberemos tener en cuenta otros factores, sin dejar nuestro objetivo ‘saber' para lo que deberemos ‘aprender', en este artículo no entraré a evaluar algo tan importante como estado físico, sueño y descanso, hábitos, deformaciones de la costumbre, y otros muchos factores que van a influir de modo decisivo en el aprendizaje.

El enriquecimiento cognoscitivo servirá para guiar y ayudar en la constante toma de decisiones en todos los ámbitos sociales, por ello, el aprendizaje es el eje sobre el que gira todo el entorno social del ser humano.

Escuchamos con demasiada frecuencia "yo no puedo, soy mayor, es muy tarde para mí” nunca es tarde, siempre y por muy bajo que sea nuestro estado previo, podremos superarnos; con este tipo de afirmaciones tan solo dañamos nuestra autoestima, y nos impide apreciar que tan sólo nos separa del éxito el tiempo, dedicación, ilusión, esfuerzo y sistema correcto aplicado para el aprendizaje.

El adulto, tiende a estabilizar su vida y provocar con ello un retroceso, al igual que quien deposita un dinero bajo un ladrillo e intenta utilizarlo diez años después, con toda seguridad su capacidad de adquisición se habrá visto mermada por diferentes factores, a su vez, atendiendo a nuestras propias experiencias, sabemos que almacenar información y no tener instrumentos para saber utilizarla tampoco sirve de mucho.

Entrando en el objetivo de este artículo y habiendo hecho hincapié en la importancia de nunca decir ‘no' al aprendizaje, veamos los aspectos generales que deben tenerse en cuenta cuando hablamos del aprendizaje del adulto.

Las experiencias personales, en la mayoría de los seres, llevan a la costumbre, y hábitos que se adquieren cuando se realizan repetidamente actos, en el aprendizaje, y mucho más en las técnicas aplicables al mismo, será importante la forma, y mucho más tener en cuenta el origen, cuando una persona adulta desea incorporarse o continuar un estudio, lo hace por varios motivos, necesidad, continuidad, o complacencia, si el motivo es la continuidad no existen demasiados problemas, puesto que durante su continuo estudio ha generado y adoptado las técnicas que mejor se adaptan a su disponibilidad de horario y a su que hacer diario, al igual que en el caso de la complacencia, e incluso mejor en este segundo, debido a que la mejor motivación es la que expresa nuestro propio yo, los problemas o necesidades de sistemas de aprendizaje en los adultos vendrán generados normalmente por los casos en que la necesidad es el motivo de la incorporación al estudio, en estos casos, habrá que considerar diversos factores, a saber:

Es imposible la aplicación de una regla general, por lo que deberemos atenernos en la primera fase, a la procedencia tanto en su modo cuantitativo, como cualitativo, deberemos aplicar técnicas más especificas al caso concreto, dependiendo del nivel educativo del que se precede y de la edad del sujeto, al ser dos variables que afectan directamente a la capacidad y la calidad del aprendizaje, siendo dispar a pesar de proceder del mismo nivel educativo, el haber estado anclado en él, 10 ó 30 años, porque la costumbre habrá generado hábitos que deberemos desmembrar y reconducir.

Sin olvidar el apartado anterior, la velocidad de aplicación de las técnicas, es directamente proporcional al resultado de las mismas, no deberá importarnos la prontitud que requiera la necesidad, deberá aplicarse en los plazos necesarios para la reprogramación mental del sujeto.

La elección y control del tipo de aplicación para el óptimo rendimiento, asignando pautas y tiempos de control, de modo que si las variables no son las óptimas o deseadas, deberá ser sustituida la pauta. No es un medicamento y por ello, necesitamos la máxima colaboración de la persona que deberá desear aprender, principalmente atenderemos durante todo el proceso la actitud para generar aptitud.

Nos encontramos con la necesidad del cambio de hábito, a pesar, de haber conseguido nuestro objetivo, incluso una satisfacción total del individuo no será suficiente para una verdadera culminación, debiendo aplicar practicas de habitualidad, para generar el hábito del estudio, basado generalmente en el hábito de la lectura, para no perder en poco tiempo lo conseguido, y volver al estadio inicial; sí, en otro nivel, pero, estancado como estuvo cuando se inició.

El aprendizaje, es un proceso sin fin, un proceso en el que deberemos de algún modo, subyugarlo a nuestra vida, para conseguir estar "actualizados” con y para nuestro entorno social, claro que Ortega diría que hablo de las ideas y no de las creencias, pero, solo concibo la vida desde la perspectiva del continuo estudio y la continua superación, sin necesitar para ello competir, buscando únicamente la realización como persona, al igual que la Constitución Española, que lo reconoce como un derecho fundamental.

En resumen, seguiremos las pautas necesarias para incorporar en la persona el aprendizaje, de modo que se consiga entender y no sólo memorizar, creando hábito y placer donde existía precariedad y obligación, disponiendo de armas como la constancia, técnica y materiales, sobre todo la tecnología actual, y unido de forma inherente a las armas, serán necesarias la perseverancia y sinceridad del individuo para llevar a buen fin nuestro cometido.
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