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¿Qué es un Médico rehabilitador?

El médico rehabilitador o la médica rehabilitadora es el profesional de la medicina especializado en el diagnóstico y tratamiento de las afecciones físicas y funcionales que afectan al movimiento, la autonomía y la calidad de vida de personas de todas las edades.

Su trabajo se centra en recuperar o mejorar la capacidad funcional perdida a causa de lesiones traumáticas, intervenciones quirúrgicas o enfermedades del sistema nervioso, musculoesquelético, respiratorio o cardiovascular.

Estos profesionales, también conocidos como “fisiatras”, valoran el estado funcional de cada paciente y crean un plan de tratamiento personalizado, que puede incluir terapias físicas, ocupacionales, del lenguaje o el uso de prótesis y ayudas técnicas a la movilidad.

Además, realizan el seguimiento del paciente y coordinan equipos multidisciplinares de rehabilitación.

Los fisiatras pueden ejercer en hospitales, centros de rehabilitación, unidades de daño cerebral, consultas externas, mutuas laborales o centros de atención sociosanitaria. También pueden desarrollar tareas docentes, de gestión o de investigación.

La medicina física y rehabilitación es una profesión regulada. Para ejercerla es necesario cursar el Grado en Medicina. Finalizados estos estudios, se deberá realizar la formación MIR (Médico Interno Residente) y optar por la especialidad de medicina física y rehabilitación.

Funciones de un Médico rehabilitador

Las funciones de una médica rehabilitadora son:

  • Realizar valoraciones funcionales integrales de los pacientes para identificar déficits motrices, sensoriales o posturales.
  • Interpretar los resultados de pruebas diagnósticas y funcionales, y solicitar exploraciones complementarias (electromiografía, imagen, estudios neurológicos) cuando sea necesario.
  • Diagnosticar alteraciones funcionales o discapacidades transitorias o permanentes derivadas de enfermedades, lesiones traumáticas, procesos neurológicos o intervenciones quirúrgicas.
  • Diseñar y aplicar planes de actuación terapéutica individualizados con enfoque rehabilitador, que incluyan terapia física ocupacional, del lenguaje o adaptación postural.
  • Prescribir tratamientos físicos, como electroterapia, ultrasonidos, fuentes de calor radiante o láser, así como programas de ejercicio terapéutico.
  • Evaluar el riesgo de complicaciones como rigidez articular, escoliosis, alteraciones neuromusculares o de deglución y aplicar medidas preventivas.
  • Realizar seguimiento del tratamiento del paciente, ajustando el plan rehabilitador en función de la evolución.
  • Orientar a pacientes y familiares sobre el proceso rehabilitador, pautas de ejercicio, autocuidados, prevención de complicaciones y adaptación del entorno.
  • Coordinar el tratamiento con otros profesionales como fisioterapeutasterapeutas ocupacionaleslogopedas o servicios de enfermería para una intervención integral del paciente.
  • Redactar y complementar informes o historiales clínicos o funcionales con la información del paciente en el programa de gestión de datos del sistema de salud pertinente.
  • Contribuir a la formación de médicos residentes, estudiantes y personal de rehabilitación y equipos interprofesionales en el ámbito de la especialidad.

Perfil profesional de un Médico rehabilitador

Intereses

Las personas que ejercen la especialidad de medicina física y rehabilitación suelen tener los siguientes intereses:

  • Comprender en profundidad el funcionamiento del cuerpo humano, especialmente en relación con el movimiento, la fuerza y la coordinación.
  • Colaborar con otros profesionales sanitarios en equipos multidisciplinares orientados a la mejora integral de pacientes con patologías incapacitantes.
  • Contribuir a la mejora del bienestar social, laboral y familiar de las personas con limitaciones funcionales o discapacidades.
  • Promover la recuperación emocional y la autonomía de los pacientes.

Competencias

Un médico rehabilitador debe contar con diferentes habilidades, conocimientos y competencias técnicas:

  • Conocimiento sobre anatomía, fisiología, biomecánica y neurofisiología del cuerpo humano.
  • Conocimiento profundo de los mecanismos de recuperación funcional tras lesiones o enfermedades.
  • Dominio de los procedimientos de valoración funcional, exploración física y escalas clínicas empleadas para medir fuerza, movilidad, equilibrio, sensibilidad y autonomía del paciente.
  • Habilidad para interpretar pruebas diagnósticas complementarias como electromiografías, radiografías, resonancias o tomografías.
  • Conocimientos sobre fisiopatología de las discapacidades motoras, neurológicas, reumatológicas, respiratorias y musculoesqueléticas.
  • Conocimiento técnico para el uso de máquinas de termoterapia, electroterapia, magnetoterapia o ultrasonidos.
  • Conocimientos sobre el uso, indicación y adaptación de prótesis, órtesis, ayudas técnicas y productos de apoyo a la movilidad o a la autonomía personal.
  • Habilidad en la coordinación de equipos multidisciplinares.
  • Dominio del lenguaje técnico para elaborar informes clínicos, partes funcionales y documentación médica.
  • Capacidad para proporcionar asesoramiento especializado a pacientes y sus familias sobre servicios de rehabilitación, productos de ayuda a la movilidad o ejercicios para la recuperación de movilidad.

Además, es conveniente poseer las siguientes competencias transversales:

  • Análisis y resolución de problemas.
  • Trabajo en equipo.
  • Liderazgo.
  • Aprendizaje permanente.
  • Escucha activa.
  • Toma de decisiones.
  • Inteligencia emocional.
  • Planificación y organización.

Rasgos de personalidad

Por otro lado, los aspectos de personalidad que caracterizan a estos profesionales son:

  • Meticulosidad.
  • Compromiso.
  • Responsabilidad.
  • Amabilidad.
  • Tolerancia al estrés.
  • Paciencia.
  • Constancia.
  • Empatía.
  • Motivación.
  • Prudencia.

Estudios para ser Médico rehabilitador

A continuación se relacionan algunos de los estudios que permiten ejercer esta profesión. Hay que tener en cuenta que, dependiendo del ámbito de especialización, es posible que se tenga que complementar la formación con otros cursos más específicos del sector. La formación continua es un aspecto clave para la mejora profesional.

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