La nueva Ley de Formación Profesional (FP), publicada en 2022, introdujo interesantes novedades en la ordenación e integración del Sistema de FP de nuestro país. No solo jerarquizó los distintos niveles formativos para hacerlos integrables y progresivos (algo que se vislumbraba necesario hace años), sino que además creó una nueva figura que permite a los titulados de los ciclos de FP continuar con su trayectoria académica: los cursos de especialización.
Con una duración bastante acotada, y dirigidos a titulados de ciclos formativos de grado medio o superior, estos cursos (llamados ‘máster' cuando continúan un grado superior) están diseñados para complementar y profundizar en áreas específicas del conocimiento previamente adquirido. Por supuesto, representan una valiosa oportunidad para actualizar competencias, incorporar nuevas tecnologías o formarse en sectores emergentes, en sintonía con las demandas del mercado laboral.
De este modo, se impulsa la empleabilidad de los titulados y se facilita su inserción y adaptación en un entorno profesional cada vez más dinámico y competitivo.
Cursos de especialización: ¿una alternativa a los másteres universitarios?
Es, hasta un punto comprensible, que se compare este tipo de formación con los másteres universitarios, que, como sabemos, pueden ser tanto reglados como no.
Ambas opciones comparten un alto grado de especialización y el uso común del término "máster". Sin embargo, los cursos de especialización de FP parten de una premisa muy distinta: no buscan tanto una profundización teórica del conocimiento, sino una actualización técnica, práctica e inmediatamente aplicable al entorno laboral.
Son programas totalmente reglados, diseñados específicamente para titulados de FP que desean avanzar en su itinerario profesional sin salir del marco de la FP.
En Linkia FP los entendemos como una vía alternativa de formación tras un ciclo de FP, orientada a cubrir nichos concretos del mercado que requieren perfiles altamente cualificados y actualizados en tecnologías o metodologías emergentes. De forma adicional, complementamos el perfil del titulado con soft skills como trabajo en equipo o comunicación, muy valoradas por las empresas, y que se desarrollan a través de metodologías activas como Aprendizaje Basado en Proyectos o Método del Caso con entregas de evidencias por parte de los estudiantes. Por decirlo de otra forma: en nuestra lógica siempre seguimos una marcada orientación al empleo.
Ventajas para los centros: conexión con el tejido productivo
Gracias a la estrategia educativa ya mencionada, nuestra apuesta por este tipo de formación nos ha permitido, como centro educativo, potenciar los vínculos con nuestras empresas colaboradoras y el entorno profesional de los titulados. Si bien los ciclos formativos ya nos exigen cierto seguimiento del mercado laboral para complementar los contenidos establecidos por la normativa, en los cursos de especialización damos un paso más allá: los responsables académicos y docentes trabajan constantemente en la actualización de los contenidos y mantienen una comunicación fluida con las empresas del sector.
El objetivo es garantizar una alta empleabilidad para los titulados. Si queremos realmente especializar a los estudiantes, no existe otra vía más efectiva que potenciar los canales de comunicación y el feedback con los empleadores.
En nuestro caso, cuando nos propusimos el desarrollo de másteres de FP, teníamos muy claro que queríamos formar talento especializado a través de programas muy cercanos a la realidad laboral. Una de nuestras estrategias fue apoyarnos en empresas y profesionales de renombre para la impartición de contenidos mediante masterclasses y workshops, una colaboración que además ha permitido incorporar recursos complementarios de gran valor para la formación.
Beneficios para las empresas: talento actualizado, adaptable y alineado con las necesidades reales
Desde el punto de vista de las empresas, los cursos de especialización de FP suponen una gran oportunidad para incorporar trabajadores cualificados y perfectamente alineados con los desafíos reales del entorno productivo. Sus titulados cuentan con una base técnica desarrollada a través del grado de FP inicial, y además han adquirido competencias avanzadas y específicas en ámbitos clave como la digitalización, la sostenibilidad, la ciberseguridad o la inteligencia artificial.
Pero eso es solo una parte de las ventajas que ofrecen. ¿Qué otros beneficios presentan?
- Sin lugar a duda, permiten acortar los tiempos de integración y adaptación en la empresa.
- Son perfiles operativos desde el primer día, capaces de aportar valor añadido desde una perspectiva técnica y resolutiva porque han trabajado de forma práctica y actualizada durante toda su etapa formativa.
- Posibilitan una participación activa de las empresas en tareas académicas como la definición de contenidos, la impartición de sesiones o el desarrollo de proyectos reales, que a todas luces supone un win-win tanto para el centro educativo como para el tejido empresarial.
Desafíos y oportunidades: integración, reconocimiento y adaptación
Por desgracia, los cursos de especialización siguen siendo los grandes desconocidos de nuestro sistema educativo, tanto para las empresas como, sorprendentemente, para muchos de los propios estudiantes. Nadie cuestiona su valor ni su potencial, pero aún queda camino por recorrer para que sean reconocidos como la opción formativa sólida y competitiva que son.
También es necesario garantizar la flexibilidad de estos programas, permitiendo su compatibilidad con la actividad profesional y personal de los estudiantes, especialmente adultos en proceso de reciclaje o mejora profesional.
En Linkia FP abordamos este reto mediante una modalidad online, que permite estudiar desde cualquier lugar, con un acompañamiento cercano y continuo por parte del equipo docente.
Por último, el desarrollo de una oferta diversificada y vinculada a sectores estratégicos del país será clave para consolidar estos programas en el futuro. La implicación de las administraciones, centros educativos y empresas debe ser unánime y colaborativa, si queremos que se conviertan en una opción real de lifelong-learning (formación a lo largo de la vida) y, consecuentemente, en una auténtica palanca de transformación y competitividad.