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Participar en la reducción del abandono escolar: un análisis desde el mundo empresarial

Artículo de opinión

  • 03/07/2019

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Elena Massot, Presidenta de la Fundació d'Empresaris de Catalunya (FemCAT) (Catalunya)
El abandono escolar temprano, es decir, la proporción de jóvenes de entre 18 y 24 años que han terminado como máximo la primera etapa de Educación secundaria (ESO) y no continúan estudios reglados, representa el 17,1% del total en Catalunya y el 17,9% en España. Ciertamente, es una cifra muy inferior a la del año 2008, que superaba el 30%, pero dista mucho del 10% de media en la Unión Europea.
 
Los jóvenes que abandonan tempranamente la escuela tienen más probabilidad de tener ingresos inferiores o de encontrarse en el paro, y se prevé que las necesidades futuras de habilidades harán que solo 1 de cada 10 puestos de trabajo serán accesibles para este perfil. Según diversos informes, el abandono escolar no solo supone una pérdida de oportunidades individuales, sino también de potencial económico y social, poniendo en riesgo las posibilidades de desarrollo socioeconómico de un país, y al mismo tiempo los propios fundamentos de la cohesión social.

La preocupación por esta problemática está presente en el colectivo empresarial, puesto que, además de la responsabilidad social de les empresas, afecta directamente a los perfiles profesionales de los que pueden disponer y los puestos de trabajo que se ofrecen. Por ello, FemCAT dedicó su último Fòrum a analizar la cuestión y a poner propuestas sobre la mesa.
 

Factores "pull" y "push"

 
El abandono escolar temprano se explica por múltiples factores, atribuidos principalmente al sistema educativo ("push") pero también al mercado de trabajo ("pull").  En cuanto a los factores push, la profesora Aina Tarabini[1] puso de manifiesto en su estudio la desconexión entre los centros educativos y el contexto social y laboral inmediato: las posibilidades que tienen los alumnos y alumnas de experimentar sus competencias en diferentes áreas de conocimiento, o de acceder a la gran diversidad de conocimientos y habilidades valorados fuera del ámbito escolar, son limitadas. En este sentido, habría que ayudar a cada estudiante a encontrar su propia vocación y formarse a consciencia, ya sea a través del Bachillerato, los Ciclos Formativos y, dado el caso, la Universidad.
 
El mundo empresarial también tiene parte de responsabilidad en el abandono escolar temprano. Si las empresas están dispuestas a contratar a jóvenes sin la ESO o solo con la ESO, una parte del alumnado decidirá abandonar sus estudios. Según el economista Miquel Puig[2], ello se ve claramente por ejemplo en territorios donde existe una gran actividad turística, resultando más atractivo para algunos jóvenes la inmediatez de ganar un sueldo que seguir formándose. En un estudio publicado en 2016, el mismo autor concluía que es el mercado laboral el factor determinante del nivel de abandono escolar en una sociedad. La existencia de un mercado laboral sin requisitos de formación actuaría como factor "pull" y haría crecer el nivel de abandono, mientras que las circunstancias personales y la calidad del sistema educativo determinarían qué alumnos abandonan, no cuántos.
   
"El mundo empresarial también tiene parte de responsabilidad en el abandono escolar temprano. Si las empresas están dispuestas a contratar a jóvenes sin la ESO o solo con la ESO, una parte del alumnado decidirá abandonar sus estudios."
 

Compromisos necesarios

 
Las conclusiones del X Fòrum FemCAT, que reunió a más de 120 empresarios y expertos del sector educativo, son elocuentes: una colaboración más estrecha entre el sistema productivo y el educativo debería generar profesionales con mejores opciones de futuro.
 
La orientación educativa y profesional de los alumnos debería mejorar e iniciarse lo antes posible, en edades más tempranas. "Si buscamos que el alumno no abandone, no le enseñemos solo su día en día como trabajador, mostrémosle todo el potencial de su trayectoria en la empresa", destacó Tatiana Soler, jefa de estudios de formación profesional del INS Joan Brossa.
 
En este sentido, es importante que las empresas dispongan de herramientas para anticipar sus necesidades de personal y las den a conocer al sistema educativo, y también que se impliquen en la formación a lo largo de la vida de sus trabajadores. Asimismo, y si bien ya se han realizado algunos avances notables, es necesario prestigiar la formación profesional a través de los diferentes agentes implicados: profesorado, empresariado y medios de comunicación.
 
La Formación Profesional Dual o en alternancia debería convertirse en la opción mayoritaria para la Formación Profesional y para ello, es importante disponer de un contrato de aprendiz regulado y con una retribución apropiada. Al mismo tiempo, para que esta formación funcione, es necesario que empresa, centro educativo, alumnos y familia estén alineados y coordinados mediante una comunicación fluida entre tutores de centro y empresa.
 

Proyectos para acercar escuelas y empresas

 
Si la estructura del sistema productivo de un país guarda relación con las tasas de abandono escolar, en la medida en que actúa como incentivo o freno para la permanencia en las aulas, las empresas deberían implicarse para cambiar los mensajes que reciben los jóvenes.
 
Desde FemCAT impulsamos diversos proyectos que acercan escuela y empresa. No se trata de completar ni corregir la tarea educativa, más bien de acortar la enorme distancia que existe entre una y otra. No conocer la empresa, no entender el tejido empresarial local, no estar informados sobre cómo son y qué hacen las empresas que dan trabajo a las familias de los alumnos, que les proveen las necesidades básicas o productos y servicios avanzados, no puede ser bueno para nuestros jóvenes. Entender mejor el mundo que les rodea – las empresas forman parte de este mundo – sólo puede ayudarles.
 
Por este motivo FemCAT promueve, desde el curso 2009-2010, el programa Escola i Empresa. Con una participación muy destacada (15.000 alumnos cada año, casi 90.000 desde su inicio), proporciona al alumnado un contacto directo con personas empresarias, que dialogan con los jóvenes y las jóvenes sobre su actividad, su contexto y sus motivaciones y satisfacciones. El objetivo del programa, necesario según corrobora año tras año el profesorado que solicita las sesiones para su centro, es permitir al alumno o la alumna que entienda el papel de la empresa en la sociedad, el día a día en la dirección de las empresas y las habilidades que requiere. Durante la conversación, los estudiantes pueden entender las tareas que los empresarios realizan y aquellas que delegan, visualizando así también elementos del organigrama de dirección.
 
"La FP Dual no es en sí misma una solución para el abandono escolar, pero su despliegue demuestra que las empresas pueden y quieren participar en el esfuerzo formativo."

Así como Escola i Empresa aporta un impacto que deseamos que llegue a tantos estudiantes como sea posible, FemCAT se compromete también con la Formación Profesional Dual, que articula la posibilidad de implicar las empresas en la formación y empleabilidad de los jóvenes, en un período de contacto mucho más largo e intenso. La FP Dual no es en sí misma una solución para el abandono escolar, pero su despliegue demuestra que las empresas pueden y quieren participar en el esfuerzo formativo, más allá de las prácticas empresariales obligatorias que están plenamente consolidadas en la FP y se están popularizando en los grados universitarios.
 
Esta implicación, y en este caso sí como respuesta al abandono escolar, se demuestra también en los programas de mentoría empresarial. Se trata de iniciativas impulsadas desde entidades sociales o colectivos empresariales, cuyas metodologías tienen puntos en común con la Mentoría Social y se dirigen tanto a colectivos vulnerables como a cualquier tipo de jóvenes en edad de estudiar. Diversos programas – por ejemplo, los de la Fundació Impulsa y la Fundación Exit – multiplican las tasas de éxito en los alumnos participantes. El énfasis se sitúa en mejorar el conocimiento sobre el mundo de la empresa (a qué se dedica, qué perfiles emplea, cómo se estructura). En algunos casos, se dirigen a alumnado con trayectorias correctas, pero que la escuela identifica como en riesgo, o personas que han abandonado y están buscando un nuevo camino.
 
Las llamadas Escuelas de Nuevas Oportunidades incluyen las estancias en empresas como herramienta de motivación de los y las jóvenes. Así, la relación - ya sea breve o en forma de prácticas - de los jóvenes con la empresa, demuestra ser una buena herramienta de motivación para el retorno a las aulas. Entonces, ¿por qué no la hemos incluido en mayor medida en las trayectorias de formación del alumnado que aún no ha presentado algún problema con el sistema?
 
En FemCAT defendemos una mayor proximidad entre escuela y empresa. Especialmente, creemos que hay que fomentar la implicación del tejido empresarial más próximo al entorno de los estudiantes, para poner en contexto y demostrar la aplicación práctica de las habilidades y competencias que la escuela transmite. Animamos a todas las empresas a buscar entidades de referencia en su territorio para participar en programas como los mencionados. Animamos, también, a las escuelas a buscar los impactos, contenidos y contactos que mejor encajen con sus circunstancias, para proporcionar a los estudiantes un mejor conocimiento sobre las empresas que les rodean.
 
[1] Tarabini-Castellani, Aina (2017)  "Un problema no resolt: com abordar l'abandonament escolar prematur?", Reptes de l'educació a Catalunya. Anuari 2015, Fundació Jaume Bofill
[2] Puig, Miquel y Vilalta, Josep M. (Dir), (2016) "Abandonament escolar prematur: més pull que push", Reptes de l'educació a Catalunya. Anuari 2015, Fundació Jaume Bofill.
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