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Primer trienio de Formación Profesional Dual

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Benito Echeverría Samanes, Catedrático Emérito de "Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación" en la Universidad de Barcelona
Ha transcurrido un tiempo prudencial desde la promulgación del RD 1529/2012, que estableció las bases de la formación profesional dual (FPD). Si el gobierno promotor hubiese cumplido los artículos 16, 24, 25 y sobre todo el 34 sobre el seguimiento y evaluación de los proyectos iniciados, ahora podríamos hacer un balance contrastado de resultados. Desgraciadamente no es así. La información oficial sobre su desarrollo prácticamente se reduce al escueto informe de la Subdirección General de Orientación y Formación Profesional (2014)2, elaborado a partir de los datos proporcionados por las CCAAs.

En él se constata que desde el curso 2012-2013 ha ido aumentando la participación de centros hasta llegar en el 2014-2015 a poco más de 700, la de empresas a casi 5.000 y la del alumnado en torno a 16.000. Si se tiene en cuenta, que el número de matriculados en FP durante el curso 2014-2015 eran 793.000, los implicados en FPD son en torno al 2%, bastante distante del promedio de la UE (14%) y más aún del porcentaje de Alemania (42%). Y más insignificante es aún la participación de empresas, que según el Directorio Central de Empresas era en España de 3.114.361, a 1 de Enero de 2014. Además, la repartición de centros formativos y empresas colaboradoras por la geografía nacional es bastante desigual. Los primeros se concentran en Cataluña, Euskadi, Andalucía y Comunidad Valenciana, mientras que el mayor número de empresas se aglutina sorprendentemente en Castilla la Mancha (500), doble que Cataluña (226) y muchas más que Madrid (143) y Euskadi (140).

Uno de los pocos estudios, que va más allá de estas cifras, es el de "Evaluación, gobernanza y financiación de los sistemas de Formación Profesional Dual", dirigido por Felix Rauner de la Universidad de Bremen, en colaboración con entidades como NOTUS-ASR, bajo la coordinación Oriol Homs. Permite identificar factores y condiciones que favorecen el establecimiento y/o desarrollo de la FPD y otras formas similares de aprendizaje. A la vez, proporciona pautas de actuación y propuestas de cambio en algunos Estados comunitarios con exigua o inexistente implantación de este sistema formativo como España, Italia, Lituania, Portugal y Suecia, frente al prototipo de Alemania. Todo ello desde un desde un enfoque de investigación-acción, en el que más de 40 expertos nacionales de diversos ámbitos, pero todos interesados en el desarrollo de la FP, participamos activamente en la evaluación de las estructuras de gobernanza existentes y de escenarios futuros en dos talleres de trabajo (Barcelona 26.06.2014 y Madrid 29.10.2014).

Requisitos

Una de las mayores deficiencias detectadas ha sido el grado de incoherencia del marco legal, hasta casi poderse afirmar que en España hay 17 modalidades distintas de FPD por la forma "sui generis" de interpretar cada CCAA el sistema3 Se puede comprobar con una simple consulta de la página web Todo FP.es4.

Sin embargo, existe un reparto equilibrado de funciones entre el MECD y las autoridades de las CCAAs. A pesar de que las cualificaciones profesionales, los perfiles ocupacionales y programas de estudio se definen y establecen a nivel nacional, los centros formativos gozan de cierta autonomía para adaptar los contenidos formativos a sus contextos específicos.

Más críticos se muestran los expertos respecto al grado de participación / integración de los órganos encargados de coordinar las relaciones entre centros formativos y empresas. Consideran que las cámaras de comercio locales se deberían involucrar más y/o que las administraciones regionales habrían de esforzarse más en la búsqueda de empresas colaboradoras, mientras no existan instituciones reconocidas a nivel nacional, para coordinar la selección de empresas colaboradoras.

Aún es mayor la visión negativa de los expertos sobre la garantía de calidad y estrategias de innovación del sistema. La mayoría coinciden en que se deben adecuar, mejorar y extender mecanismos de evaluación, sobre aspectos claves relacionados con la formación en el lugar de trabajo, los itinerarios profesionales del alumnado o la tasa de deserción de los mismos. Insisten especialmente en que existe poco conocimiento acerca de cómo las empresas capacitan a los aprendices, ni cómo los tutores desarrollan su función, ni sobre la competencias profesionales exigidas para ejercerla.

Tras reconocer que existe un cierto equilibrio entre la orientación de entrada y de resultados, reclaman acuerdos de financiación / costos, beneficios y calidad, aunque no coinciden en la forma de alcanzarlos. Algunos consideran que ha de ser el Estado el principal responsable de la financiación, como en la FP tradicional, si bien las empresas deberían asumir algunos costos mediante contratos de trabajos. Otros argumentan que el alumnado recibe pequeños ingresos en algunas CCAAs,  asumiendo por tanto parte de los gastos. Cada una de ellas afronta la financiación del sistema a su forma y manera, al no estar claro el modelo a seguir, puesto que la normativa nacional no fija claramente la relación entre el alumnado y la empresa.

En síntesis, estos expertos reconocen que estamos avanzando en la valoración social de la FP en general y del sistema dual en particular, pero es preciso superar obstáculos como los de presupuestos restrictivos, pequeño tamaño de las empresas colaboradoras, bajo nivel de confianza entre interlocutores sociales y el gobierno, inconsistencia del marco legal y gran diversidad territorial.

Medidas

Ante esta situación, es imprescindible potenciar al máximo el desarrollo de investigaciones evaluativas sobre el cúmulo de experiencias implementadas a lo largo y ancho del territorio nacional. Es a partir de estos resultados, como es más correcto proceder a la revisión de la regulación actual, hasta alcanzar acuerdos globales sobre las reformas a introducir y los objetivos a lograr en los próximos años, contando con la participación de los principales actores -estado, CCAAs, agentes económicos y sociales.

Algunas de estas reformas del RD 1529/2012 se vienen solicitando desde la misma publicación en el BOE, como la necesidad de: a) Clarificar el concepto de FPD, a la luz de requerimientos como los del Comunicado de Brujas, de la Alianza Europea de Aprendizaje, CEDEFOP, etc..; b) Relacionar mejor el contrato con los programas de formación en aprendizaje, para asegurar la consecución de las titulaciones y de la cualificación correspondiente; c) Regular a través de convenios colectivos sectoriales las condiciones de trabajo del periodo de estancia formativa en la empresa; d) Reglamentar la formación de los tutores de empresa, etc. 

Después de tres años de experimentación, es esencial lograr un marco jurídico coherente, aprobado a nivel nacional y coexistente con las estructuras de gobierno autónomas, que permita actuar con la mayor flexibilidad posible en un entorno "glocalizado", donde cada vez es más necesario pensar globalmente y actuar localmente.

Dentro de este marco y con este espíritu es prioritario: a) Conseguir un sistema formativo de calidad y equitativo, que homogeneice la relación de las empresas con el alumnado en todo el Estado, independientemente de su tipo y tamaño; b) Determinar adecuadamente la financiación del sistema con las contribuciones de las CCAAs y empresas al aporte fundamental del Estado; c) Estimular la participación de las empresas, especialmente la de las Pymes, estableciendo incentivos fiscales en el impuesto de sociedades, que permitan desgravar sus inversiones en formación; d) Lograr la mayor implicación posible de los interlocutores sociales tanto en el diseño como en el desarrollo del sistema, donde la negociación colectiva sectorial debería desempeñar un papel destacado.

Ahora bien, de poco servirán todas estas medidas, sin un amplio conocimiento y posterior respaldo de la FP en general y de la Dual en particular, en una sociedad de hidalgos como la española, partidaria del "white collar" y bastante desorientada sobre la configuración actual de las profesiones. Más que nunca, es preciso potenciar al máximo el esclarecimiento de posibilidades con futuro, mediante la elección de alternativas acordes al potencial y proyecto vital de cada persona y contrastadas con las ofertadas por el entorno.

Concretamente necesitamos disponer de procesos bien elaborados de orientación profesional coordinada5, como viene reclamando el Consejo y los Representantes de los Gobiernos de los Estados de la UE desde la Resolución6 de 2008, que en su principio cuarto insta: a) Desarrollar una cultura común –particularmente de garantía de calidad– a los distintos servicios competentes a nivel local, regional y nacional; b) Fomentar mecanismos de coordinación y cooperación; c) Introducir un elemento de orientación en las estrategias nacionales de educación y formación, así como en las del mercado de trabajo, según la configuración elegida por cada Estado miembro.

En síntesis, apremia sentar las bases de un sistema integrado de información y orientación7 accesible, cercano a todos y con garantía de calidad, que asegure su control y mejora permanente. Un sistema en el que sus agentes y los distintos tipos de servicios compartan una misma cultura de la orientación, donde se coordinen planes de acción funcionales, eficientes y eficaces, desarrollados por profesionales con adecuada formación inicial, continua y específica para los servicios que prestan.

Notas al pie:

1. Echeverría, B. y Martínez Clares, P. (2015). Sistema Integrado de Orientación. REIFOP, 51 (18,2)
http://www.aufop.com/aufop/uploaded_files/revistas/142928288611.pdf
2. SGOFP (2014). Seguimiento de Proyectos Formación Profesional Dual: Curso 2013-2014. MECD
http://www.mecd.gob.es/prensa-mecd/dms/mecd/prensa-mecd/actualidad/2014/01/20140113-fpdual-bankia/informe-seguimiento-fpdual.pdf
3. Echeverría, B. (2013). Aprendizajes profesionales en España. En CIFO (Eds.) Formación para el trabajo en tiempos de crisis: Balance y prospectiva. (pp. 37-48) Tornapunta Ediciones. 
https://www.researchgate.net/publication/260901264_Aprendizajes_Profesionales_en_Espaa
 Echeverría, B. (2014). Formación Profesional Dual. Conferencia inaugural de II Jornadas de Orientación e Intermediación Laboral. Universidad de Murcia
http://tv.um.es/video?id=59921&cod=a1
4. MECD http://www.todofp.es/todofp/sobre-fp/informacion-general/formacion-profesional-dual/proyectos-fp-dual-espana.html
5. Echeverría, B. y Martínez Muñoz, P. (Adapt.= (2014). Guía de Orientación Profesional Coordinada. Barcelona: Fundación. Bertelsmann.
http://www.todofp.es/dctm/todofp/biblioteca/docs-orientacion/guia-orientacion-fundacion-bertelsmann.pdf?documentId=0901e72b81b23587
6. CE (2008). Incluir mejor la orientación permanente en las estrategias permanentes de educación y formación permanente.  (2008/C 319/02).
http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:42008X1213(02)&from=ES
7. Echeverría, B. y Martínez Clares, P. (2015). Sistema Integrado de Orientación. REIFOP, 51 (18,2)
http://www.aufop.com/aufop/uploaded_files/revistas/142928288611.pdf
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