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Ser innovador no es clave de éxito

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Walter González, Consultoria i Estudis de la Fundació Pere Tarrés (Barcelona)
Ser innovador es un factor muy importante a la hora de poner en marcha un proyecto. Sin embargo, hay otros muchos elementos que posiblemente sean mucho más imprescindibles y que, a menudo, no suelen valorarse tanto.

Ser atrevido a la hora de tener la valentía para materializar un sueño o proyecto, sería un factor muy importante. También trabajar en colaboración, ya que es básico darse cuenta que difícilmente se llega a buen puerto sin un buen equipo o personas que lo apoyen. La prudencia seria otro elemento clave. Aunque parezca contradictorio, creemos que es necesario cierta reflexión y prudencia, es decir, emprender con cabeza. Y finalmente, otros factores como el esfuerzo, persistencia y la pasión deberían tenerse muy en cuenta a la hora de iniciar un proyecto.

Estas conclusiones son resultado del aprendizaje que hemos obtenido trabajando conjuntamente con institutos de secundaria en proyectos basados en proyectos participativos. De hecho, el fomento de la cultura y las actitudes emprendedoras entre los jóveneses uno de los aspectos que más trabajamos puesto que consideramos, que muchos de los valores asociados al emprendimiento propician un reconocimiento de los propios talentos que amplían sus posibilidades vitales y laborales.

Precisamente, uno de los retos que encontramos en el proyecto se sitúa en las primeras sesiones, concretamente, cuando hablamos con los jóvenes sobre el concepto que tienen de éxito y de fracaso. Realizamos dinámicas para identificar que atributos tienen las personas con éxito y las respuestas más frecuentes se relacionan directamente con dinero, fama, reconocimiento social, etc. Tan solo después del trabajo de reflexión, aparece la idea que tener éxito está relacionado conel alcance de tus objetivos y con la capacidad de superar los propios límites.

Estos valores son trabajados en el aula, junto con otros aspectos, para promover una cultura del emprendimiento entre los jóvenes inspiradora pero a la vez realista. Emprender sin estar preparado tiene riesgos, y hay que ser consciente de ello. Un compañero me contaba la anécdota de un joven que se había quedado en el paro y decidió capitalizar la prestación por desempleo. Casi la totalidad del dinero lo invirtió en adquirir una motocicleta de altas prestaciones para reinventarse como mensajero, dejando de lado una previsión de riesgos, tiempo para conocer las posibles empresas interesadas en sus servicios, en pensar cómo iba a publicitarse, etc. Al final, su aventura  empresarial no tuvo éxito.

El gobierno y las políticas europeas de los últimos años han planeado estimular el emprendimiento en la sociedad, como necesidad para salir de la crisis y como mecanismo de creación de empleo. Ser emprendedor está de moda. Y más aún si eres innovador. Pero ¿es oportuno alentar el emprendimiento sin capacitar adecuadamente a los futuros emprendedores?

Susana Pérez de Pablo en un artículo en El País alertaba que aproximadamente, un 90% de las empresas que se crean no sobreviven a los 4 años. Son datos para la reflexión.

A nuestro parecer, la cultura del emprendimiento puede transmitir valores de gran utilidad entre los jóvenes que les ayuden a ampliar sus posibilidades vitales y laborales.Pero debemos trabajar para cambiar la concepción de éxito y de fracaso y crear una cultura del emprendimiento que favorezca la colaboración, la auto-superación, la constancia y la pasión por aquello que haces. La innovación es un elemento más, pero no condición de éxito.
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