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La cultura del emprendimiento en el sector de "hospitality"

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Carlos Díez de la Lastra, Director General de Les Roches Marbella
Los proyectos de emprendimiento, en cualquier nivel y sector productivo, resultan particularmente interesantes en un entorno económico como el actual, caracterizado por su enorme dinamismo, la aparición y desaparición de nichos de mercado y la constante mejora de los niveles de competitividad y rentabilidad, entre otros aspectos de singular relevancia.

Tal consideración es aplicable por completo a la industria de 'hospitality' (es decir, la que engloba las actividades de turismo, hotelería y restauración, considerando la totalidad de la cadena de valor de todas y cada una de ellas), debido fundamentalmente a dos circunstancias: en primer lugar las singularidades de dicho sector; y, en segundo término, sus prometedoras expectativas de futuro.

Con relación a lo primero, en gran medida la singularidad de la industria de 'hospitality' se sustenta en su carácter marcadamente global. Dicha globalidad es perceptible tanto en la política estratégica desarrollada por parte de las empresas oferentes, presentes en todos los mercados mundiales, como en los clientes demandantes de esta clase de servicios, cuya acción traspasa las tradicionales barreras geográficas. Surgen así, de manera tan súbita como sutil, constantes oportunidades de negocio a disposición de aquellos emprendedores que cuenten con la suficiente sensibilidad para detectarlas y la necesaria decisión para afrontarlas.

En lo que se refiere a las expectativas de futuro en el ámbito de 'hospitality', distintos estudios y análisis apuntan a una trayectoria ascendente en el corto y medio plazo. Si examinamos el último informe del World Travel & Tourism Council correspondiente a 2013, las cifras manejadas resultan verdaderamente significativas. Según esta institución, a lo largo de esta próxima década el sector generará uno de cada diez puestos de trabajo en todo el mundo lo que, en términos totales, implica más de 3.200 millones de empleos brutos, con un crecimiento por encima del 4 por ciento anual hasta llegar a suponer el 10 por ciento del Producto Interior Bruto mundial. No obstante el crecimiento variará en función de las áreas geográficas: por ejemplo, China se convertirá en 2023 en el principal país por volumen de ingresos generados por parte de su industria de 'hospitality'.

Tal realidad es plenamente aplicable al caso español según el propio WTTC. Durante la próxima década el sector generará en España alrededor de 25 millones de puestos de trabajo (entre empleos directos, indirectos e inducidos) y supondrá el 14 por ciento del Producto Interior Bruto para el año 2023, fecha en que se pronostica la llegada de alrededor de 65 millones de visitantes procedentes del extranjero. En uno (internacional) u otro (nacional) caso lo verdaderamente relevante es la constante generación de yacimientos de empleo que aguardan a los emprendedores.

No obstante, para aprovechar este conjunto de oportunidades el emprendedor debe disponer de determinados elementos de formación que faciliten la puesta en marcha de sus proyectos. ¿Cuáles serían los principales de dichos elementos? Sin menoscabo de otros, a mi juicio radicaría en la combinación de dos aspectos: por una parte, conocimiento de un conjunto de capacidades técnicas, administrativas y gerenciales específicas del sector; y, por otro lado, el fomento de lo que podríamos denominar una actitud emprendedora.

Lo primero implica aspectos como el desarrollo y exposición de un plan de negocio, la gestión integrada de finanzas, marketing y recursos humanos, la comprensión sobre cómo beneficiarse de las evoluciones y oportunidades del mercado o la capacidad para poner en marcha un plan de viabilidad diseñado para atraer inversiones y capital externo. También debería incluir la implementación de estrategias empresariales en el día a día del negocio, la necesaria potenciación de los recursos humanos para alcanzar los objetivos en el entorno de trabajo o el aprendizaje en cuanto a la toma de decisiones en el ámbito directivo con rapidez y flexibilidad. Y, por supuesto, todo ello sustentado en métodos docentes y procesos de aprendizaje suficientemente contrastados (por ejemplo, el estudio de casos reales resulta especialmente interesante y útil).

En lo que atañe a la actitud emprendedora, considero que incluye elementos como la superación de las experiencias difíciles y las situaciones de estrés a partir de la auto-motivación, así como centrarse en objetivos concretos de negocios haciéndolos viables. Además, el emprendedor debe desarrollar habilidades de comunicación, negociación, ventas y creatividad y ser capaz de mejorar de forma constante esos niveles de creatividad tanto a escala individual como en procesos colaborativos conjuntos.

Por consiguiente, la dinámica del mercado nos indica que los emprendedores van a estar en buenas condiciones para aprovechar los yacimientos de empleo y negocio que se van a generar en el sector de 'hospilitality' durante los próximos años. Recibir una formación teórico-práctica de excelencia en el ámbito del emprendimiento constituye la fórmula más acertada y eficaz para facilitar el éxito de los proyectos que se pongan en marcha a partir de una visión global conforme a las demandas del mercado.
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