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La formación del profesorado en TAC: algunos retos pendientes

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Cristina Martí Úbeda. Licenciada en Pedagogía. Miembro de la Red de Expertos del Col·legi de Pedagogs de Catalunya
La progresiva incorporación de Tecnologías del Aprendizaje y del Conocimiento (TAC) a la educación supone diversos retos; uno de los más evidentes se encuentra en cómo el profesorado lleva a cabo su tarea con las TAC y cómo optimizar sus resultados. Este aspecto pasa por una etapa de profundos cambios, tanto en el uso de nuevos medios en la educación, como en el uso de metodologías y estrategias que se adapten a este nuevo escenario.

Nos encontramos en la sociedad del conocimiento, donde las nuevas tecnologías tienen un peso específico fundamental, en un contexto en que los alumnos las utilizan habitualmente en su vida cotidiana, en sus relaciones sociales, etc. Así también, la aparición de Internet y su libre e universal accesibilidad, tal y como explica J. Salinas(1), ha provocado importantes cambios tanto en los modelos educativos, como en los usuarios de la formación o en los escenarios de aprendizaje, que nos llevan a un replanteamiento metodológico.(2)

En este contexto, el rol de docente cambia sustancialmente; de un modelo en el que es un transmisor de conocimientos, pasa a convertirse, según M. A. Zabalza(3), en un facilitador del aprendizaje, ya que el acceso masivo a la información que facilita Internet provoca la necesidad de que los alumnos aprendan a decodificar, asimilar y aprovechar esa información. El cómo hacer que la información sea aprendida y pase a ser conocimiento individual y colectivo sigue siendo un desafío que es investigado desde distintas perspectivas, y que, aún con una mirada interdisciplinaria, es un tema complejo y con muchos interrogantes.(4)

De esta manera, el docente requiere de nuevas competencias que le permitan guiar al alumno en el uso de las TAC, como potenciar y dirigir el aprendizaje autónomo, potenciar el entendimiento y la colaboración entre los estudiantes, etc. Estas funciones, en algunos casos, responden de alguna forma a las nuevas directrices del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES); este nuevo modelo se otorga máxima importancia a la adquisición de competencias y al proceso de aprendizaje, mediante el cual el alumno "aprende a aprender", "aprende a hacer" y "aprende a ser".

En este nuevo escenario, la formación del profesorado de cualquier nivel en las TAC adquiere una nueva dimensión y se sitúa como un elemento clave para garantizar el éxito en este nuevo modelo educativo. En éste, aparecen nuevos interrogantes de la labor docente:

1. ¿Qué papeles deben jugar docente y discente en este nuevo contexto educativo?
2. ¿Son aplicables todas las nuevas tecnologías que van apareciendo a la educación?
3. ¿Es necesario un cambio metodológico, o únicamente una adaptación?
4. ¿Es necesario un cambio de estrategias?
5. ¿Es imprescindible el uso de la web 2.0?

Debido a esto, la formación del profesorado adquiere un papel estratégico y fundamental, donde éstos y otros interrogantes pueden ser resueltos. Y es precisamente en estas nuevas competencias de las que hablábamos anteriormente en las que se debe basar la formación del profesorado. Hasta el momento, ésta se ha centrado en exceso en la dimensión tecnológica: web 2.0, redes sociales, videopresentaciones, móviles, wikis, blogs, videoconferencia, plataformas de teleeducación, pizarra digital, etc., son temas recurrentes que parecen llenar ese espacio formativo hasta ahora pero, ¿qué hay de la metodología a implementar y de las estrategias didácticas a llevar a cabo? Es necesario recuperar el acento en la dimensión pedagógica. Todas esas herramientas enumeradas anteriormente no dejan de ser sino nuevos medios. Es el uso de esas tecnologías como medios didácticos lo que realmente nos dará una perspectiva de la práctica, es decir, el cómo implementar esos nuevos medios con lo que contamos en el aula, con el grupo de alumnos, las estrategias, la metodología aplicar, etc. No se trata de pues, de hacer del docente un experto tecnólogo en las herramientas que continuamente, y cada vez con más velocidad, van apareciendo, sino de hallar espacios de colaboración y de diálogo que permitan la interacción y el intercambio de experiencias, de manera que se produzca un flujo de información más bien orientado a la práctica.

Y en este contexto, cabe en definitiva, un replanteamiento de las acciones formativas dirigidas al profesorado, de cualquier nivel, que responda a las necesidades específicas de este colectivo en cuanto a la implantación de las TAC en la educación y en cuanto a su práctica docente para que el proceso de enseñanza aprendizaje se potencie con el uso de las TIC y facilite la construcción de conocimiento.

Notas al pie:


1.- SALINAS, J.: "El rol del profesorado en el mundo digital". En del Carmén, L. (Ed.): Simposio sobre la formación inicial de los profesionales de la educación. Universidad de Girona, 2000, pàg. 305-320

2.- MARTÍ ÚBEDA, C. "Potencialidades y usos didácticos del Patrimonio virtual en Internet para la enseñanza de la Historia de la Educación". El patrimonio histórico-educativo y la enseñanza de la Historia de la Educación. Cuadernos de Historia de la Educación nº 6, Madrid, Sociedad Española de Historia de la Educación, 2009, pàg. 12.

3.- ZABALZA, M. A. La enseñanza universitaria: El escenario y sus protagonistas. Madrid, Narcea, 2002, pág.. 110.

4.- CONDE, M. ""Estudio sobre acciones facilitadoras de la Gestión del Conocimiento en un grupo de trabajo" - Proyecto del Master en Tecnología Educativa: e-learning y Gestión del Conocimiento, 2010.

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