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La magia de la orientación profesional y sus dificultades habituales

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Pilar Cámara. Psicóloga del departamento de orientación. Col·legi Sant Ignasi de Sarrià (Barcelona)
Orientar se me antoja en ocasiones como algo mágico. ¿Qué no es así? Ahí va una muestra: Llega alguien necesitado de orientación profesional y tras una larga conversación, creo que lo necesita es hacer un test de orientación profesional, pero como no puede quedarse a hacerlo, le doy uno de esos de auto aplicación completísimos que se pueden hacer en casa. Le explico el funcionamiento y la autocorrección. Quedamos en vernos una semana después…El día fijado llega radiante y diciendo: "Ya sé que voy a ser: voy a ser ingeniero”. Y yo convencida de las virtudes del test, hecho un vistazo a las hojas de respuesta y… ¡sorpresa: están todas en blanco! el interesado me mira, ve mi cara de perplejidad y me dice: "La verdad es que empecé a leerlo y era tan largo que me dio mucha pereza el hacerlo, así es que me puse a pensar en las distintas posibilidades y llegué a la conclusión de que tenía que estudiar ingeniería…Mágico ¿no?

Anécdotas aparte, para mí la magia de la orientación está en la sabia combinación de una serie de ingredientes llamados intereses (preferencias, gustos), capacidades y recorrido. Todos ellos pasados por la reflexión y la emoción de todo lo vivido dan como resultado el saber qué es lo que se quiere ser en la vida. Y es aquí, donde los orientadores situamos nuestro caballo de batalla y donde aparecen las verdaderas dificultades.

Algunas personas dicen no tener ninguna preferencia y hay que adivinar que lo que quieren decir es que las preferencias que tienen o no están bien vistas por su familia o no parecen augurar un futuro profesional brillante y bien remunerado. Aquí la presión de la familia es un factor difícil de lidiar. En particular, cuando hay que convencer a una familia pongamos por ejemplo de juristas llena de buenos abogados, fiscales y jueces de que su hijo o hija lo que desea es ser mecánico de motos o diseñadora industrial.

Otros te dicen que no sirven para nada pues su largo historial de fracaso escolar así parece avalarlo y hay que descubrir qué se esconde tras las malas notas. En este caso, el conocimiento de su problemática personal y los test de capacidades serán de gran ayuda para aclarar la situación pero no para solucionar el problema.

También hay quien te dice que se ha equivocado de recorrido. Aquí hay que comprobar si realmente es así, pues bien podría ser que se tratase de un caso similar al del fracaso escolar o al de las presiones familiares o de ambos a la vez.

Luego están las prisas: hay que llenar la solicitud de plaza para la universidad o la matrícula de ciclos profesionales se cierra en unos días. En este caso, hacer un paréntesis y abstraerse de los plazos suele resultar tan complejo como el encaje de bolillos.

Como puede deducirse con tantos ingredientes unidos a otros muchos que sería largo de enumerar y en proporciones tan distintas, la receta mágica no existe. Por eso, orientar es siempre un gran reto en el que la magia reside en la sabia combinación de los ingredientes por parte de aquel que es orientado.
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