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"Lo más necesario ahora en la formación de los diseñadores en España es un esfuerzo de clarificación de los distintos niveles, tipo de estudios y objetivos de cada tipo de estudios ofertado en relación al mercado laboral"

Entrevista


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Anna Calvera. Doctora en Filosofía y graduada en diseño gráfico. Profesora de Historia y Teoría del Diseño, de Estética y de Diseño en la Universitat de Barcelona
¿Le parece adecuado el tipo de formación (universitaria, de formación profesional, no reglada, etc.) que están recibiendo actualmente los profesionales del diseño?

La profesión de diseñador está viviendo actualmente una etapa muy especial: por un lado, el diseño se está convirtiendo en una acción clave para la competitividad de las empresas, para la economía de un país o región y para estar en el mercado globalizado. Muchos países están invirtiendo en la formación de los diseñadores para que sea una actividad del más alto nivel. España está en estos momentos a la zaga dada la confusión existente en cuanto a opciones, niveles educativos y planteamientos educativos. La LOE acaba de institucionalizar unas carreras de diseño como formación profesional de alto nivel, como programas de grado de tres años, que deberían asumir aún más en su programación el espíritu profesionalista que los inspira y adaptarse así con agilidad a los cambios que se suceden en el mercado. Corresponde a estos centros, las Escuelas de arte y superiores de Diseño, poner en claro cara al público, los futuros estudiantes y los empleadores, cuál es el perfil profesional que corresponde al nivel de estudios de los ciclos formativos en diseño que ofertan y cuál es el que corresponde a los Estudios Superiores de Diseño en el ámbito no universitario.

Por su parte, algunos departamentos universitarios y las escuelas privadas reconocidas como título universitario se están preparando para adaptarse al EEES con grados de cuatro años. A ellos les corresponde revisar las pautas de educación en diseño para formar profesionales preparados para asumir las necesidades que el sector productivo y la economía requiere ahora pero, lo que es más importante aún, lo que va a requerir en el futuro inmediato. Hace falta pues un esfuerzo de prospección que permita dar respuesta a las ocupaciones emergentes en el ámbito del diseño cuya necesidad está ya apuntando en el mercado laboral. Para las universidades, el reto actual es la organización de la formación al más alto nivel, el tercer ciclo según Bolonia, para que los diseñadores investiguen, produzcan conocimiento y se comprometan en los procesos de investigación desde su disciplina de acuerdo con la dinámica que ya impone la I+D+i especialmente en el área de la innovación no-tecnológica culturalmente relevante.

Así pues, lo más necesario ahora en la formación de los diseñadores en España es un esfuerzo de clarificación de los distintos niveles, tipo de estudios y objetivos de cada tipo de estudios ofertado en relación al mercado laboral. De hecho, la visibilidad de la profesión, de su rigor como actividad y su consistencia como disciplina requiere de un sistema de formación que sea claro y fácil de identificar para estudiantes, profesores y empleadores.

¿Qué acciones están realizando las instituciones académicas para adaptar los estudios de diseño a las necesidades reales del sector?

En estos momentos, las instituciones académicas existentes, que son muchas, están revisando su sistema educativo. Por un lado, los centros de formación no universitaria, están montando los estudios de grado en el seno de la LOE. Las instituciones con reconocimiento universitario están abordando la organización del grado en diseño a partir de las propuestas avanzadas en la redacción de los libros blancos promovidos por la ANECA en 2005. Así mismo, se está revisando a fondo el sentido de los programas de máster para adaptarlos al nuevo espíritu que supone el proceso de Bolonia en cuanto a educación superior. En este caso, las propuestas son aún experimentales.

En cuanto a los doctorados en diseño, es decir, la formación para la investigación, la producción de conocimiento y fundamentación doctrinal de la disciplina, siguen el camino iniciado a la espera de adoptar la nueva estructura aunque ésta no suponga cambios en profundidad cuanto a contenidos de la docencia y objetivos de los estudios.

¿Qué relevancia tiene la formación continua y permanente en el diseño?

Como en todas las disciplinas, la educación continua es muy importante. El mundo cambia muy rápido y los conocimientos, habilidades y destrezas necesarias para trabajar en él varían constantemente y requieren ser actualizadas con cierta premura.

Por su parte, el mundo del diseño está viviendo algunos cambios derivados de las expectativas puestas en el diseño como profesión, de las nuevas especialidades u ocupaciones emergentes derivadas del cambio demográfico, de la conciencia cuanto a los límites del planeta, de los criterios de competitividad en mercados maduros y sofisticados, de la aparición de la responsabilidad social corporativa en las empresas, de la responsabilidad en relación a los mercados otros, los de los países no desarrollados, así como también las demandas de tipo social que el desarrollo de las TIC impone. Esta amalgama de factores ha provocado que la enseñanza del diseño se proponga en la actualidad formar diseñadores cuya actividad profesional consista en la aplicación de unos conocimientos y pericias determinados además de saber diseñar, es decir, desarrollar y gestionar proyectos de diseño, como venía siendo lo tradicional. Esto está provocando cambios importantes de orientación en los planes de estudio de departamentos universitarios o centros de educación superior en todo el mundo. En España, justo se empieza a abordar este cambio pero falta concretar el sistema educativo definitivo con las distintas opciones posibles y los objetivos de cada una.

¿Cree que existe un prototipo de profesional que se dedique al diseño? ¿Qué competencias son imprescindibles para desarrollar esta profesión?

Más que un prototipo, existe en todo el mundo un perfil del profesional que se dedica al diseño perfectamente delimitado. Es el diseñador, alguien que fundamentalmente sabe diseñar bien, gestionar el desarrollo de un proyecto de diseño y su implementación satisfaciendo los requisitos de partida. Dentro de este perfil, caben muchas maneras de hacer, varias especialidades distintas, muchas tendencias en cuanto a los atributos de los resultados y muchas maneras distintas de construir el personaje. No cabe duda de que, de entre todas estas posibilidades, el personaje más conocido es el diseñador-autor porqué es la figura mediática, la punta del iceberg de todo el sector.

En cuanto a las competencias propias de un diseñador, es un profesional que sabe diseñar, es decir, desarrollar proyectos y visualizar los resultados de manera que lo entiendan los clientes, los constructores o fabricantes, y los usuarios; sabe además cosas sobre las utilidades, los usos y costumbres de la gente y sus modos de hacer; sabe también ergonomía (el funcionamiento del cuerpo humano); sabe de comunicación, y lo aplica en sus proyectos; es un experto en materia estética, conoce los gustos de las personas en términos sociológicos y sabe por experiencia qué es una experiencia estética; un diseñador es alguien que se mueve con facilidad en el universo cotidiano, observándolo y sacando conclusiones sobre sus debilidades, carencias y mal funcionamiento. Sabe además proponer soluciones a problemas concretos y ponerlas en práctica. Conoce también los procesos industriales, lo suficiente como para hablar con técnicos y responsables de los procesos de producción en muchos sectores industriales y productivos, todo depende de la especialidad que haya elegido. Un diseñador es una persona curiosa, observadora, que sabe escuchar y preguntar a la persona adecuada lo que requiere saber en cada caso; sabe trabajar en equipo y aportar su punto de vista en equipos multidiciplinares; reflexiona perfectamente en términos de costes y ventajas en relación a las decisiones que toma, y sabe moverse en el mercado. Sabe además prospectiva y prever lo que ocurrirá porqué ese es el sentido de proyectar. En fin, es un profesional que sabe de diseño y sabe diseñar en la práctica.

¿Qué importancia tienen las nuevas tecnologías en los estudios de diseño actuales?

Mucha.

Por un lado, las nuevas tecnologías han modificado radicalmente los procesos de producción en sectores muy importantes -caso del mundo de las artes gráficas por ejemplo--; también han permitido tecnificar el proceso de diseño mediante el software de dibujo, modelado, las técnicas de prototipado, etc. Pero además, las nuevas tecnologías han abierto un campo de trabajo nuevo que se desarrolla en ese mundo que define la realidad virtual o ampliada. Desde el diseño de información hasta el diseño interactivo o audiovisual en ámbitos multimedia, un amplio campo de trabajo se ha abierto como ocupaciones emergentes. La aportación clave del diseño en el e-mundo depende de su conocimiento de los usuarios o personas que interactúan con las máquinas, de los procesos y procedimientos de la comunicación visual, y de su capacidad para tomar decisiones cuando se trata de organizar la realidad sensible en las TIC.

Si comparamos la situación de la formación en diseño en nuestro país y la del resto de Europa, ¿qué balance puede hacernos?

Algunas regiones de España están muy bien consideradas en el resto de Europa en cuanto a Diseño y formación en diseño. De hecho, no toda España dispone de la misma oferta formativa en diseño; algunas regiones son muy fuertes; otras están aun poniendo en marcha su sistema de educación.

Estamos a la par con Inglaterra e Italia en cuanto a estudios de doctorado en diseño aunque estos estudios sean aún minoritarios en el conjunto de España. Hay educación de alto nivel en las escuelas de más tradición y un hábito de intercambio con centros extranjeros. El reto actual es consolidar estos estudios en el panorama que define el EEES y ponerse entre los países que ofertan estudios más avanzados.

Los estudiantes españoles, cuando salen al extranjero, se les reconoce una buena preparación en lo que respecta a creatividad y originalidad en el desarrollo de proyectos, y, en el caso de los estudiantes universitarios, una buena formación teórica y metodológica. Las carencias vienen en la formación técnica en relación al dominio de herramientas tecnológicas y de las herramientas de gestión empresarial porque eso depende de la dotación en laboratorios y talleres en las escuelas.

Si bien los intercambios Erasmus han sido abundantes, lo cierto es que España está ausente de la mayoría de foros internacionales y sólo aparece excepcionalmente gracias a algunas personas, pocas, que han asumido la necesidad de competir y medirse en el extranjero. Eso afecta a estudiantes -pocos dominan lenguas extranjeras—y a profesores, la mayoría de los cuáles no están sino excepcionalmente en grupos internacionales. Habría que invertir la tendencia y que lo excepcional se convierta en lo habitual. Va a ser la manera de existir en el mapa internacional de la formación en diseño y, por lo tanto, también del diseño hecho en el país. Supone un primer paso muy necesario para poder exportar servicios de diseño. Las instituciones académicas deberían ayudar e impulsar a sus profesores para que acudan a las citas internacionales y den a conocer su trabajo.

Para terminar, ¿qué consejo daría a los jóvenes estudiantes de diseño?

Que aprendan lenguas, que viajen al extranjero tanto como puedan, que amplíen su formación incorporando materias relativas a la gestión empresarial, a los procesos económicos y tecnológicos; que estudien más, que aprendan elocuencia y a defender con seguridad sus criterios basándose en las competencias que tienen y, finalmente pero muy importante, que sean cultos.
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