Esteban Terrero Herrán es jefe del Departamento de la familia profesional de FP Energía y Agua y profesor del Ciclo Formativo de Grado Superior en Energías Renovables en el Centro Integrado de Formación Profesional de Energías Renovables (CISER). Es un centro de referencia en esta familia profesional.
Esteban cuenta con una sólida trayectoria en el sector energético y en el ámbito docente. Es Ingeniero Industrial por la Universidad Pública de Navarra (UPNA). Ha trabajado en Gestamp Navarra, gestionando proyectos del grupo Volkswagen, y en Nordex-Acciona Windpower, donde ocupó distintos cargos en el área de operaciones y planificación internacional.
Su interés por la formación y la especialización técnica le llevó a cursar el Máster de Formación Permanente en Energía Eólica: Fundamentos y Tecnología (UNED) y el Máster Oficial en Formación del Profesorado (Universidad de Navarra), orientando su carrera hacia la enseñanza.
Desde su experiencia, Esteban analiza en esta entrevista los retos formativos y las oportunidades laborales que ofrece la familia profesional de Energía y Agua.
1. ¿Por qué los jóvenes tendrían que estudiar una FP de la familia Energía y Agua?
En un mundo marcado por grandes tendencias como la digitalización y la transición ecológica, los ciclos de la familia de Energía y Agua se sitúan en el centro del cambio. Los jóvenes que opten por este camino se formarán en un ámbito clave para el desarrollo de un modelo energético más sostenible y eficiente, que ya está transformando nuestra economía y nuestra forma de producir.
No se trata solo de una elección basada en valores medioambientales, sino también de una decisión con una base económica sólida. Las tecnologías renovables, la eficiencia energética y la gestión del agua han alcanzado un nivel de madurez tecnológica que las hace rentables y que las convierte en pilares de una industria estable y en expansión.
La reducción de costes, la innovación aplicada y el retorno económico que generan, tanto para las empresas como para los usuarios, están impulsando una demanda creciente de profesionales cualificados. En este contexto, cursar un ciclo de la familia de FP Energía y Agua supone acceder a un sector con presente y con futuro, donde la empleabilidad y la especialización técnica son una garantía.
2. El sector energético vive un proceso acelerado de transformación. ¿Qué nuevas competencias deben tener las personas que quieran orientar su carrera profesional a este sector?
El sector energético atraviesa un proceso de transformación sin precedentes, impulsado por la digitalización, la automatización y la transición hacia fuentes renovables. En este entorno, el profesional del futuro debe combinar un sólido conocimiento técnico con competencias digitales que le permitan trabajar con nuevas herramientas de gestión, control y análisis de datos, así como aprovechar las oportunidades que aporta la inteligencia artificial.
A todo ello se suman las habilidades transversales, cada vez más valoradas en el ámbito técnico: la capacidad de adaptación, la flexibilidad y la disposición al aprendizaje continuo. La complejidad creciente de las instalaciones, la integración de diferentes tecnologías y la dimensión internacional de muchos proyectos hacen también indispensable el trabajo en equipo y la comunicación efectiva.
Por último, se debe desarrollar una visión global y estratégica: entender no solo cómo funcionan los sistemas, sino también por qué y con qué impacto económico y ambiental. Hoy, la sostenibilidad y la rentabilidad van de la mano, por lo que la capacidad de integrar ambas dimensiones será esencial para la competitividad del sector.
3. ¿Qué titulaciones de FP de la familia Energía y Agua tienen mayor inserción laboral o mejores perspectivas de futuro? ¿Por qué?
Las perspectivas de futuro son excelentes para todas las titulaciones de esta familia, ya que la demanda de estos perfiles técnicos ha sido históricamente muy alta y se ha mantenido estable en el tiempo.
De acuerdo con los últimos estudios publicados por parte del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, el Ciclo Formativo de Grado Medio en Redes y Estaciones de Tratamiento de Aguas se sitúa como el 2º ciclo de mayor inserción laboral a los 3 años de titular, ligeramente por detrás del ciclo de Grado Medio en Mantenimiento Electromecánico.
Para los Grados Superiores, la tasa de inserción laboral de todos los ciclos se encuentra claramente por encima de la media nacional, que ya es de por sí muy elevada. Los ciclos superiores de Energías Renovables y Centrales Eléctricas lideran ligeramente esta área, seguidos muy de cerca por Eficiencia Energética y Gestión del Agua. En cualquier caso, las diferencias de inserción entre ellos son muy pequeñas.
Cabe destacar que los ciclos relacionados con el agua son los más "jóvenes" de la familia, por lo que es probable que su margen de mejora en lo relativo a la inserción laboral sea mayor que el resto de los ciclos.
4. ¿Qué formaciones de esta familia profesional son más demandadas por el alumnado? ¿A qué se debe?
El Ciclo Formativo de Grado Superior en Energías Renovables es, con diferencia, el que recibe el mayor número de matriculaciones por parte del alumnado. El resto de las titulaciones de la familia manejan cifras de matriculación similares entre ellas.
Este escenario responde, probablemente, a múltiples motivos. Por un lado, la intensa promoción de las energías renovables a nivel gubernamental durante los últimos años ha dado una enorme visibilidad a estas profesiones.
Por otro lado, el ciclo de Energías Renovables se percibe como más amplio que el resto de las titulaciones de la familia, que son vistas como más específicas, atrayendo así a estudiantes que están más indecisos sobre el ámbito profesional que más les atrae. No obstante, la realidad es que todos los ciclos abren un abanico de oportunidades igual de amplio y crucial.
5. Además de los ciclos de FP y el curso de especialización, esta familia profesional ofrece certificados profesionales. ¿Qué papel desempeñan estos en la cualificación y recualificación de profesionales?
Los certificados profesionales son una herramienta fundamental para materializar la formación continua a lo largo de la vida laboral. Representan una oportunidad excelente para que los y las profesionales puedan seguir formándose y adaptándose.
Su papel es crucial para la industria porque fomentan la movilidad entre diferentes especialidades. Un profesional que se recualifica no solo aprende una nueva tarea, sino que aporta conocimientos, técnicas y formas de trabajar de su experiencia previa, un proceso que resulta muy enriquecedor para las empresas y para el propio sector.
Por ejemplo, cualquier profesional con experiencia en instalaciones eléctricas puede, a través de un certificado, recualificarse ágilmente para el montaje de parques fotovoltaicos, aportando todo su conocimiento previo sobre baja y media tensión.
6. ¿Cuáles son los principales desafíos a los que se enfrentan hoy los estudiantes y titulados de la familia de Energía y Agua?
El principal desafío es la propia naturaleza de un sector que sufre una rápida y constante actualización tecnológica. Esto exige un perfil de estudiante y profesional muy concreto.
Por un lado, existe la dificultad de lograr el dominio de todos los conceptos que se imparten en los dos años de duración de los ciclos. Por otro, deben asumir que han elegido estudios que exigen una mentalidad de formación continua a lo largo de toda la vida laboral. Para superar este desafío, las habilidades de adaptación y flexibilidad son de una utilidad incuestionable.
7. La transición energética requiere profesionales altamente cualificados.
¿Considera que la oferta de FP actual está preparada para dar respuesta a los retos del sector o es necesario reforzar algunas áreas formativas? ¿Cuáles serían?
La oferta actual de Formación Profesional en el ámbito de la Energía y el Agua es sólida y está bien orientada para responder a los grandes retos del sector. No obstante, como en todo sistema formativo, siempre existe margen de mejora para optimizar la preparación del alumnado.
Una de las áreas que podría reforzarse es la ampliación de la oferta de dobles titulaciones, no solo dentro de la propia familia de Energía y Agua, sino también en combinación con otras familias con ciclos afines, como la de Instalación y Mantenimiento. Dada la estrecha relación entre los contenidos de algunos ciclos, ofrecer itinerarios conjuntos permitiría que el alumnado, en tres años, pudiera obtener dos titulaciones complementarias y acceder al mercado laboral con perfiles híbridos y altamente versátiles.
Otra de las áreas clave de refuerzo es la potenciación y creación de más cursos de especialización. La transición energética avanza más rápido que los ciclos formativos. Estos 'másteres de la FP' permiten dar una respuesta ágil y añadir la capa de especialización que demanda la industria sobre temas muy concretos, como el hidrógeno verde o la gestión inteligente de redes (Smart Grids)
Al mismo tiempo, resulta fundamental mantener un equilibrio entre especialización y polivalencia. La formación de los ciclos debe ser lo suficientemente profunda como para garantizar la competencia técnica, pero también lo bastante flexible como para facilitar la adaptación del alumnado a distintos sectores industriales, evitando que quede limitado a un nicho demasiado específico. De este modo la especialización en un sector en concreto queda dirigida hacia los cursos de especialización.
En conclusión, nuestro objetivo debe ser avanzar hacia un modelo propio, tomando los puntos fuertes de otros sistemas y adaptándolos al nuestro, teniendo en cuenta nuestra realidad industrial, social y económica. De este modo lograremos que la FP continúe evolucionando de forma coherente con las necesidades de cada sector.