Nuestros adolescentes y jóvenes toman decisiones y orientan su vocación, en base, entre otras muchas cosas, a los adultos que suponen una referencia para ellos y forman parte de su día a día.Esos "mayores" ya no son sus padres, hermanos o profesores con los que tienen contacto cada día a día y sus referentes no están en el mundo analógico, están en el mundo digital.
Los influencers o tiktokers, llamados "creadores de contenido" participan de manera muy activa, aunque se desconoce hasta qué punto, ellos son conscientes de las decisiones académicas y profesionales de nuestros adolescentes.
Aparentemente los personajes públicos que se convierten en referente tienen una vida divertida, estimulante, con acceso a eventos y un estatus alto. Ellos y ellas transmiten una imagen de vida desenfadada en la que no deben cumplir horarios ni responsabilidades. Exponen su día a día y el de sus familias de manera transparente y sin tapujos y parece que viven única y exclusivamente de ello.
"Los adolescentes y preuniversitarios se fijan en este tipo de profesionales para orientar su decisión vocacional".
Los jóvenes desconocen la cantidad de horas que dedican a organizar su agenda o lo esclavos que son de su imagen personal y familiar porque dependen de ello para poder seguir siendo aceptados. Aparentemente realizan una labor profesional que no requiere esfuerzo ni exigencias, y como sabemos la cultura del esfuerzo está denostada en la actualidad.
Los adolescentes y preuniversitarios se fijan en este tipo de profesionales para orientar su decisión vocacional. Les llama la atención y les motiva que se pueda desempeñar desde su hogar, pues el teletrabajo para ellos es una prioridad, ya que organizan su tiempo sin estar sometidos a un horario.
Aparentemente, estos creadores de contenido no tienen formación superior ni han necesitado prepararse para llevar a cabo la labor que realizan, lo que implica que tiene una vida fácil y no han tenido que trabajar ni esforzarse para conseguir sus objetivos.
Los jóvenes que les siguen piensan en desarrollar el mismo estilo de vida que sus youtubers favoritos y no sólo ellos, sino que otros niños y jóvenes juegan a ser emprendedores y abren sus propios canales o sus cuentas en TikTok cuanto tienen 10 o 12 años porque creen que así van creando seguidores por adelantado y se van creando camino.
"Necesitamos reconducir la influencia de modelos poco adecuados que generan poca autoexigencia en nuestros jóvenes".
Todo esto influye en su decisión, optan por un futuro sin estudios o formación y creen que será más fácil y tendrán una mayor recompensa económica. Creencia que será muy peligrosa porque no todo el mundo es capaz de vivir de los seguidores que genera y las redes que mueve.
Por otro lado, hay que plantearse también los valores que inspiran y los modelos que hacen llegar: excesivo cuidado personal y de la imagen hasta el extremo, por lo que no desarrollan pautas de respeto y empatía a la diversidad que caracteriza nuestra sociedad actual.
En conclusión, necesitamos reconducir la influencia de modelos poco adecuados que generan poca autoexigencia en nuestros jóvenes y expectativas de vida poco reales, puesto que depende de la simpatía que inspiren en otros y de que lo que muestren de su realidad cotidiana guste o no.