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"Me decanto por un modelo mixto de exigencia en la PAP, pero con unas preguntas más comprensivas y reflexivas"

Entrevista

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Jordi Puig Voltes. Doctor de Pedagogía y miembro del Consejo Social del Col·legi Oficial de Pedagogía de Catalunya (COPEC)
Jordi Puig Voltes es Doctor de Pedagogía y miembro del Consejo Social del Col·legi Oficial de Pedagogia de Catalunya (COPEC)
 
El 46% de los estudiantes que se han presentado a la PAP no ha aprobado. ¿A qué cree que se debe?
 
La creación de la prueba PAP se hizo en el contexto que consideraba que los maestros de EI (Educación Infantil) y EP (Educación Primaria) salían con carencias en algunas de las competencias (Competencia comunicativa y razonamiento crítico) y (Competencia lógico-matemática) y se consideraba muy poco profesional y adecuado para después afrontar las propuestas didácticas, acompañadas de unas competencias mínimas. También existe la idea de que la Universidad debe dedicarse a formar profesionales y que estas competencias ya deben ser superadas en etapas anteriores, pero esto sería discutible respecto a que las competencias se alcanzan de forma progresiva.
 
Esto tenía un punto de partida en la excelente formación de los maestros finlandeses, añadida a una excelente motivación personal y una muy elevada consideración social por ser maestros. También existía una necesidad de revalorizar los estudios de Maestro para hacer consciente a la gente de su importancia social. Esto significa que existe un filtro y una selección previa de aquellas personas que quieren ser maestros en el futuro.
 
El problema es que, visto el resultado de las pruebas, un 46% resulta este 2023 "no apto" y por tanto no podrán matricularse en el Grado de Maestro correspondiente. Otro problema era que el concepto de la Selectividad actual (PAU - Proves d'Accés a la Universitat) permite que con una nota muy baja: un 4 se considere "apto" por la que alguien que ha suspendido Lengua o que hace varios años no ha estudiado Matemáticas acabe colándose en el sistema de la función docente.
 
Los datos nos muestran que las PAP han ido empeorando resultados, que sólo se realizan en dos comunidades autónomas y que en este último curso varias universidades privadas han rehusado su obligatoriedad rompiendo con el acuerdo "forzado" al que fueron obligadas todas ellas, mostrando u ofreciendo modelos alternativos perfectamente válidos sin perjudicar sus intereses que son perfectamente lícitos.
 
¿Qué itinerario recomendaría a estos estudiantes con vocación docente que están en esta situación?
 
Primero debemos hablar de este concepto de "vocación" puesto que desde mi punto de vista todas las profesiones deben tener un punto de vocación. Yo personalmente prefiero llamarlo Interés, inclinación, preferencia, tendencia, aspiración, aptitud o motivación para no mezclarlo con aspectos divinos, abstractos o excesivamente transcendentales.
 
Dicho esto, lo que se debe evaluar en estos casos es la relación con otros grados que nos ofrezcan competencias similares, complementarias o paralelas. Tengo claro que no todo el mundo estará de acuerdo con este planteamiento porque nadie quiere a los "eliminados" por otros procesos. Por ejemplo, los estudios de Pedagogía serían los más cercanos pese a que la Pedagogía tiene una función mucho más globalizadora y una visión no tan didáctica i de docencia.
 
En segundo lugar, los grados dirigidos a las personas o al trabajo con personas des de un punto de vista educativo y socioeducativo, como, por ejemplo: Educación social o Trabajo Social, entendiendo la diferencia evidente que presentan respecto a lo que significa estar en un aula, un claustro y un centro educativo.
 
En tercer lugar, debemos hablar del Grado de Psicología. Aquí abrimos un paréntesis pues si hablábamos de "vocación" no sería lógico pensar que todos estos grados deberían ser también vocacionales puesto que se necesita una motivación intrínseca y unas virtudes que te permitan entender las vivencias, el contexto y las necesidades de las personas y una elevada capacidad empática.
 
Por lo tanto, no soy partidario del concepto de vocación solo para profesiones como: maestro, profesora, medica, sacerdote o enfermero. En algunas universidades se utilizan como puente los grados de Humanidades u otros relacionados con las ciencias sociales, pero ya nos estaríamos alejando de la realidad más o menos cercana o próxima intentando no perder matrículas a todo coste.
 
Los alumnos que se matriculan en un centro que no exijan la PAP como requisito de acceso, y al siguiente año quieren cambiar a un centro público, ¿tienen que hacer la PAP?
 
Las Universidades Públicas de Catalunya tienen muy claro que la PAP es un modelo que desde hace 7 años funciona. Así lo expresan sus responsables. También son partidarias en algunos casos de modificar el tipo de pruebas.
 
Yo me decanto personalmente por un modelo mixto de exigencia en la prueba, pero con unas preguntas más comprensivas y reflexivas que también muestren ese conocimiento del mundo de la educación y no sean tan matemáticas o lingüísticas. También creo que se puede integrar en la nota de la propia selectividad y no dar por perdido el curso en el mes de abril.
 
Además, con un refuerzo posterior en los casos que no sean flagrantes sería mucho más pedagógico. Otro elemento que debemos tener en cuenta es dimensionar con correcciones el sistema, pues actualmente no existe ningún filtro lógico para limitar la oferta y el sistema competitivo entre universidades está vigente. Así pues, resultará evidente que las universidades públicas seguirán exigiendo el certificado de la PAP si algún alumno quiere matricularse posteriormente en sus programas y no lo tiene tendrá que presentarse de nuevo. Destacamos también que los créditos cursados en las diferentes universidades nunca son exactos para convalidaciones y eso también genera una problemática añadida.

¿Cree que el planteamiento de la prueba es el adecuado para "evaluar" si una persona es apta o no para cursar los Grados de Educación Infantil y Primaria? ¿Por qué?
 
La propuesta debe entenderse en los términos siguientes. La necesidad de aumentar el nivel de preparación de los futuros maestros debe conllevar la responsabilidad de desarrollar una serie de competencias que serán evaluadas de forma profesional y en diferentes momentos y escenarios. Esto quiere decir que demostrando "vocación" no es suficiente, y demostrando únicamente competencia (abstracta) tampoco. Se debe demostrar interés, motivación, comprensión del sistema educativo y sobre todo ganas de aprender.
 
Por esa razón las pruebas PAP deberían tener 4 niveles: "apto", "no apto" para los casos claros que no presentan discusión, y "apto con necesidad de repetir la prueba" por resultados discretos y "apto condicionado a una formación complementaria posterior" durante el primer año del Grado Universitario. Además, y considerando la posible mejora de los futuros maestros incorporaría unos créditos extra a los 240 oficiales en referencia al desarrollo personal competencial en materias que se pueden establecer desde la Universidad, Inter Universidades y por parte del Departamento correspondiente.
 
Esto supondría una mejora personal y por lo tanto un "emblema" de distinción curricular. Con la selectividad en plena reflexión sobre el modelo, sería interesante llegar a un consenso por lo que respecta a este tema.
 
¿Considera que este filtro (PAP) ayudará en un futuro a tener un profesorado más preparado y un sistema educativo de mayor calidad? ¿Por qué?
 
Algunos responsables argumentan que el problema principal es que la mayoría de los alumnos que suspenden estas pruebas proviene de los ciclos formativos y por lo tanto parten de una exigencia en estas competencias que no se puede comparar con los candidatos que provienen de los estudios de Bachillerato. ¿Cómo se debería hacer? Ninguna solución será correcta, ni única, ni válida para las diferentes sensibilidades existentes en nuestro país. Debemos asumir que tendremos críticas, pero lo interesante de esta reflexión es solucionar un desacuerdo y un posible foco de problemas educativos y profesionales.
 
Lo que está claro es que el modelo competencial debe ser más exigente y evidenciar que los estudiantes de Grado de Maestro tienen un destacado y elevado porcentaje de éxito a lo largo de sus cuatro años formativos. ¿Por qué razón no exigimos un nivel C2 al acabar los estudios en temas lingüísticos, por ejemplo, en catalán e inglés? ¿Por qué razón no exigimos unas asignaturas o desarrollo de trabajos durante los grados sin errores ortográficos, con construcciones lingüísticas de alto nivel y con resultados superiores? Esto no sería únicamente responsabilidad de la Universidad, ya que para certificar tu título necesitarías al acabar un certificado de aptitud.
 
A partir de aquí sí que sería interesante analizar el nivel de descartes y abandonos de los estudiantes en los grados correspondientes. Son algunas de las preguntas que debemos hacernos antes de apostar o no por modelos tan discutibles como los cuantitativos, que establecen una clasificación o un "apto/no apto".
 
Si lo que se está discutiendo es la vocación, con una entrevista cualificada se puede ser mucho más exacto en las valoraciones. Si lo que se discute es la competencia debemos plantear un modelo más competencial y por lo tanto más comprensivo y no únicamente competitivo.
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