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"A pocos meses de la selectividad, los jóvenes no tienen claro qué estudios elegir"

Entrevista

  • 01/06/2022
  • Tiempo de lectura 15 mins

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Gemma Latorre. Directora del área de proyectos educativos y orientación de D’EP Institut
Gemma Latorre es directora del área de proyectos educativos y orientación de D'EP Institut, organización con amplia experiencia y conocimiento en torno a la orientación académica y profesional. La empresa cuenta, además, con un área de proyectos de investigación social aplicada.

Latorre asumió la dirección del área el año 2015, con el objetivo de impulsar el crecimiento y desarrollo de los proyectos Educativos y de orientación de D'EP Institut. Entre las iniciativas que ha liderado destaca
La Ciutat dels Somnis (Festival de la Infancia) de Fira de Barcelona, la Oficina Técnica del área educativa de la Sagrada Familia o los servicios de orientación del Saló de l'Ensenyament. Asimismo, ha dirigido dos líneas estratégicas clave: los proyectos europeos de orientación, de los que actualmente D'EP Institut está participando en 6 iniciativas junto con otros países de la Unión Europea; así como el proceso de transformación digital tanto de los servicios de orientación como educativos. En este sentido destaca el proyecto Eduteiment, en el que D'EP Institut, junto con Kids Cluster, Marinva y La Salle Universidad, incorpora el metaverso como una herramienta central para experiencias de ocio educativo.

Latorre tiene más de 15 años de experiencia dirigiendo y gestionando un equipo de profesionales de la orientación académica y profesional, centrado en acompañar a las organizaciones educativas y a las administraciones en la creación e implementación de proyectos y programas de orientación. Como parte de este acompañamiento, Latorre y el equipo de orientadores de D'EP Institut construyen herramientas y recursos de orientación, llevan a cabo investigaciones en torno a este ámbito, y ofrecen orientación personalizada al alumnado.

Latorre es Licenciada en Ciencias Políticas por la Universitat de Barcelona. Ha cursado el Máster en Psicopedagogía por la UOC y el Posgrado en Perspectiva de género en las políticas públicas y proyectos por el Colegio de Profesionales de las Ciencias Políticas y Sociología.

 
 
¿Cómo se está orientando al alumnado en los institutos para acompañarlos en la elección de sus estudios universitarios y en qué momento se lleva a cabo esta orientación?

Uno de los retos de la orientación es que muchas veces no se está orientando al alumnado y este es un problema que hace falta afrontar. De los tres componentes básicos que entran en juego en el proceso de elección, que serían el autoconocimiento, la exploración de la oferta formativa y del mercado de trabajo, desde los centros educativos se pone el acento en lo que tiene que ver con la oferta formativa y los requisitos de acceso. Pero quedan aspectos importantes a trabajar.
 
¿Cuándo se trabaja la orientación? Esencialmente en los momentos de transición, es decir, en 4º de la ESO o bien en 2º de bachillerato. No obstante, hay centros que tienen un proyecto orientador global, que trabajan los diferentes componentes de la toma de decisiones y que además lo hacen con suficiente antelación. Aunque estos casos son excepciones, y no es un planteamiento generalizado en los centros.
 
¿Cuáles son las necesidades que expresan los estudiantes ante la elección y la transición hacia los estudios universitarios?
 
Por la experiencia que tenemos, los jóvenes que asesoramos y atendemos en los diferentes proyectos y eventos que realizamos destacaría tres casos:
 
  • En 2º de bachillerato, los alumnos llegan con el planteamiento de que no saben qué hacer ni qué estudiar. Incluso a pocos meses de realizar la selectividad, los estudiantes no tienen claro qué estudios elegir. En ese momento hay que hacer una orientación de base: realizar un proceso autoconocimiento, explorar el mercado laboral y la oferta formativa, en este caso orientada a los estudios universitarios. Esta es una situación repetida entre los alumnos de bachillerato, que es especialmente preocupante por el momento en el que se encuentran.
  • Otra de las cuestiones recurrentes a nivel de necesidades del alumnado son las vías de acceso a la universidad y las alternativas formativas.  Tienen una espada de Damocles muy clara en referencia a la nota de corte de acceso a los estudios universitarios y buscan alternativas. En este sentido, exploran la posibilidad de hacer un itinerario no lineal y estudiar un ciclo formativo de grado superior. Por lo tanto, tienen esta necesidad de conocer las alternativas formativas que existen.
  • Un tercer aspecto por el que los estudiantes de bachillerato buscan orientación es para saber todo el proceso de acceso a la universidad. Conocer qué peso tiene la nota de bachillerato, qué peso tienen las pruebas de selectividad en la nota de admisión, etc. Es una información que no tienen presente desde el inicio, y nosotros los situamos en cuál es este planteamiento y que es necesario hacer un trabajo importante desde 1º de bachillerato para poder estar en una buena situación a la hora de afrontar el acceso a la universidad. Los informamos sobre aspectos técnicos del proceso de acceso a la universidad.
 
Es decir, hay tres niveles diferentes de orientación. Para quienes no saben qué estudiar y necesitan una orientación más global, otra para los estudiantes que desean conocer las alternativas para acceder a la universidad, y el tercero cuando desean adquirir conocimientos más técnicos del propio proceso de acceso.
 
¿Qué mejoras se deberían implementar en torno a la orientación académica y profesional que se ofrece al alumnado para que este elija su carrera universitaria de forma más fundamentada?

Aquí hay 5 grandes retos a trabajar:

El primero, que para nosotros es muy importante, es empezar la orientación mucho antes. De hecho, los estudios internacionales plantean la necesidad de avanzar el inicio de la orientación mucho más pronto de lo que nos planteamos, que sería antes de los 16 años. Deberíamos plantearnos la orientación desde Primaria. En este sentido, en D'EP Institut hemos realizado y estamos realizando proyectos europeos con un objetivo común, que es generar conocimiento y contenidos de orientación destinados a alumnado de Primaria, para comenzar mucho antes este proceso de orientación. Este es un gran objetivo.
 
Lo que está claro es que debemos fomentar este proceso de decisión como mínimo en 2º o 3º de la ESO. Porque si no, estamos pidiendo a los jóvenes que están en proceso de cambios personales en un contexto de incertidumbre, que tomen decisiones sobre su futuro en pocos meses. Y este nivel de exigencia hacia los jóvenes es injusta.

El segundo reto es que el proyecto orientador plantee el trabajo de los tres aspectos clave del proceso del proceso de toma de decisiones: el autoconocimiento, la exploración del mundo del trabajo y de la oferta formativa. En este sentido, el autoconocimiento es clave, esa mirada interna es el punto de partida para afrontar el proceso de toma de decisiones fundamentada. Pero también queremos poner el acento a la mirada del proceso de exploración del mercado de trabajo.

Un reciente informe de la OCDE hacía hincapié en la necesidad de acercar el mundo del trabajo a los jóvenes a través de diferentes actividades. Que exploren el mundo de las profesiones porque el 60% de las chicas y el 50% de los chicos concentran sus aspiraciones en 10 profesiones. Y esto no puede ser. Deben tener la capacidad de proyectar a qué se quieren dedicar, conocer qué sectores existen, qué profesiones puede haber en el futuro. Y todo esto es un trabajo que pensamos que ahora mismo está pendiente de realizar en el marco de los centros educativos.

Los centros tienen muchas tareas a realizar, y además venimos de dos años de pandemia con toda la gestión compleja que han tenido que abordar. Por ello. focalizan la orientación en mostrar al alumnado qué oferta formativa existe. Pero quedan pendientes trabajar estos dos aspectos que también resultan claves: el autoconocimiento y la exploración del mundo laboral.

El tercer reto de la orientación es trabajar todo el ámbito de los condicionantes. Que los jóvenes los puedan identificar, analizar y neutralizar, y sepan que hay aspectos que condicionan su proceso de toma de decisiones y que pueden impactarlo de forma positiva o negativa.
El cuarto reto, que es de sistema, es incorporar las competencias de la gestión de la carrera en el marco de la orientación. El hecho de que entendamos la orientación como acompañar en la toma de decisiones en aspectos concretos, nos parece limitada.

El escenario de toma de decisiones y el proyecto de vida se moverá en un escenario incierto, y es evidente que los y las jóvenes tendrán que afrontar retos profesionales constantes a lo largo de su vida. Tenemos que empoderarlos, ayudarlos a ser personas autónomas y competentes para vivir en ese proceso de toma de decisiones. Y un poco es esta la idea de las competencias para la gestión de la carrera. No acompañar en una elección concreta, sino ayudarlos a gestionar su proyecto de vida y profesional.

Hay que incorporar este pensamiento en el sistema. Tenerlo presente tanto en los contenidos de orientación como en la preparación de los profesionales que orientan. Ellos y ellas tienen que cambiar radicalmente sus competencias y prácticas profesionales para poder trabajar las competencias para la gestión de la carrera entre las personas.
 
Finalmente, el quinto reto es incorporar la perspectiva de género en la orientación. Es un elemento que debería estar presente de forma transversal en todos los aspectos de la orientación. Incluso entre los docentes y orientadores, pues hay estudios que identifican el impacto y papel que ellos tienen en las aspiraciones profesionales de las alumnas. Cuando estamos analizando la oferta formativa existente hay que incorporar la perspectiva de género. También en los recursos digitales de orientación.

 
 
¿Cuáles son los principales condicionantes que tienen los jóvenes a la hora de decidir qué carrera universitaria estudiar y cómo pueden evitar verse influenciados por ellos?

A un joven le impactan muchos condicionantes a la vez, los tiene que identificar, analizarlos uno por uno, y ver cómo neutralizarlos. En función del tipo de condicionantes que se presenten, las acciones a realizar para evitarlos son diferentes.
 
Uno de los grandes grupos de condicionantes son los familiares. Por ejemplo, si la familia tiene un negocio puede querer que el o la joven se incorpore en este y esto condiciona sus decisiones respecto a sus estudios. Plantear alternativas a las expectativas de las familias y fundamentar la elección son puntos clave para poder neutralizar estos condicionantes.
 
También están los condicionantes psicológicos y personales, que tienen que ver con la edad, el género, las capacidades físicas, las habilidades que cada uno tiene. Para neutralizar estos hay que hacer un trabajo de autoconocimiento y exploración.
 
Otros grandes condicionantes son los sociales: modas, series de televisión, influencers en redes sociales, la opinión de las amistades, etc. Es importante que los jóvenes sepan diferenciar lo que quieren estudiar y no verse influenciados por las opiniones de personas de su entorno. Entre los condicionantes sociales también se incluye el entorno en el que los jóvenes viven. Por ejemplo, si el entorno de un estudiante está vinculado a un sector económico específico, como puede ser el turístico, el o la joven puede pensar que podrá acceder a un trabajo si estudia algo relacionado, aunque no le convenza tanto. Los estudiantes deben hacer el esfuerzo de aislar la influencia de la zona en la que viven, para ver cuáles son realmente sus intereses profesionales.
 
Otro grupo de condicionantes son los económicos, desde el hecho de la situación económica de la familia, o el lugar donde se encuentra la universidad donde el o la joven quiere estudiar. No es lo mismo si debe ir en transporte público que si tiene que trasladarse a vivir a otro sitio para realizar esos estudios. La duración y el precio de los estudios también pueden condicionar la toma de decisiones sobre qué carrera estudiar.  
 
Dentro de los condicionantes económicos se encuentra la proyección de los ingresos futuros. Un estudiante puede pensar en elegir una formación porque cree que cuando acabe su carrera tendrá más empleabilidad, más ingresos. Pero en este caso, debe reflexionar sobre las condiciones laborales a futuro. Hay que contrastar la evolución de esas profesiones.
 
Y finalmente, hablando del mundo universitario, hay otros condicionantes recurrentes: los académicos, el rendimiento de los estudios, las opiniones de los tutores y orientadores a la hora de elegir una carrera universitaria. Y también están los condicionantes de acceso a nivel de selectividad. El que la elección de lo que el alumnado desea estudiar esté determinada por los resultados de un examen es evidente que condiciona.
 
Hay demasiados condicionantes que impactan en las decisiones sobre qué estudios universitarios realizar. Uno de los retos importantes de la orientación es concienciar a los estudiantes de la existencia de estos condicionantes y los tengan presentes a la hora de decidir su futuro. Si no son conscientes de que existen, su proceso de toma de decisiones se ve influenciado por ellos y no los pueden afrontar.
 
¿Qué aspectos clave deben tener en cuenta los jóvenes a la hora de decidir qué carrera universitaria estudiar?
Tienen que trabajar estos tres aspectos de la toma de decisiones: autoconocimiento, exploración de la oferta formativa y el mercado de trabajo. También deben tener en cuenta todo el tema de los condicionantes que ya hemos hablado.
 
Insistimos también en lo siguiente: que los estudiantes deben de ser protagonistas del proceso de toma de decisiones. Nadie debe tomar decisiones por ellos y ellas. Son protagonistas en la construcción de su proyecto de vida y profesional, que además va a ser continuo.
 
Además de ser protagonista de sus decisiones, la elección de los alumnos respecto a la carrera universitaria que quieren estudiar debe estar "infusionada de ilusión". Muchas veces hablamos del proceso de angustia y miedo al elegir unos estudios universitarios, pero no debemos dejar que ocupen el máximo espacio posible. Hay que darle más cabida a la ilusión, a que estás construyendo tu futuro. A la ilusión de que estás construyendo lo que quieres ser. Así, protagonismo e ilusión son dos conceptos clave que los y las jóvenes deben tener presente siempre a la hora de elegir sus estudios.
 
Un último concepto en el que nos gusta insistir como orientadores es que las elecciones académicas y profesionales no son definitivas, que siempre hay formas de reconducir y redefinir nuestra trayectoria formativa. Lo que estamos haciendo ahora es empezar. A partir de aquí se puede reconducir, se puede cambiar, explorar otras alternativas, desde la reflexión y la ilusión.   
 
¿Qué recomienda a las familias para que acompañen a sus hijos e hijas en este proceso, ya que son un condicionante importante en sus elecciones?
La primera gran reflexión es que se deben centrar en acompañar, no en condicionar, no en escoger por sus hijos o hijas. Acompañar quiere decir que deben respetar los procesos, los ritmos de sus hijos. Deben asumir el rol de acompañar a sus hijos e hijas en la toma de decisiones de sus estudios y teniendo muy claro que ellos y ellas tienen que asumir el protagonismo de sus decisiones.
 
Acompaña, escucha, dialoga con tu hijo o tu hija, pero el protagonismo de su decisión es de él o ella. Y tener claro esto es importante precisamente para evitar condicionarlos.
 
Otro de los elementos clave y que recomendamos es que las familias también conozcan los procesos clave de la toma de decisiones. Pueden complementar el autoconocimiento, la exploración de la oferta formativa o el mundo del trabajo, facilitándoles experiencias e información.  
 
Y el tercer aspecto importante es que las familias dialoguen con sus hijos e hijas de forma serena y tranquila. Y que los acompañen y ayuden a fundamentar y construir los argumentos de su toma de decisiones.   

¿Qué recursos y acciones de orientación recomienda para que el alumnado decida qué carrera estudiar de forma más fundamentada? ¿Por qué los recomienda?
Hay diferentes recursos de orientación para tener en cuenta. Se encuentran los recursos presenciales a los que los estudiantes pueden tener acceso. Por ejemplo, actividades, charlas y talleres en el marco del centro educativo y que el alumnado debe aprovechar. Pero también debe tener los ojos y oídos abiertos a las actividades que se realizan en su entorno próximo. Desde el ámbito local se implementan muchas actividades vinculadas a la orientación que pueden complementar los otros aspectos no tratados en el centro educativo.
 
Otras actividades presenciales son los eventos y ferias centradas en el proceso de toma de decisiones, especialmente para que el alumnado conozca la oferta académica, como Aula o el Saló de l'Ensenyament. Los estudiantes deben informarse sobre cómo aprovechar la visita a estos eventos.   
 
Finalmente, están todas esas actividades que el alumnado puede realizar por elección propia: las jornadas de puertas abiertas en las universidades que le interesan; explorar programas de prácticas para acercarse al mundo del trabajo. Todo este tipo de acciones parten un poco de la decisión personal, de una actitud proactiva hacia el proceso de reflexión de una toma de decisiones académica y profesional.
 
Por otro lado, hay todo un mundo de recursos digitales que pueden ayudar a los estudiantes en su toma de decisiones, desde contenidos orientadores, como los de Educaweb, entre ellos el diccionario de estudios o el de profesiones, por ejemplo.
 
Hay otros espacios digitales como el de Barcelona Activa, que tiene un diccionario de profesiones emergentes muy interesante, pero hay muchos más. No solo son contenidos, sino también herramientas que ayudan a la reflexión, como el Test GR y otros cuestionarios que, a través de un sistema de preguntas y respuestas, con una devolución de resultados, ayudan al alumnado a reflexionar sobre su proceso de toma de decisiones.
 
También hay otros contenidos audiovisuales testimoniales, de profesiones y experiencias de movilidad. Hay un mundo de contenidos que pueden ayudar a reflexionar al alumnado sobre el proceso de elección de carrera. Hay que tener cierto criterio a la hora de consultar estos contenidos de orientación digitales. Estos te pueden ayudar, a conocer, a reflexionar, pero no determinan tu elección. Es importante evaluar la calidad de la información, el nivel de actualización de esta, etc.
 
Por ejemplo, en temas de calendarios de inscripción y procesos de acceso es recomendable mirar fuentes oficiales. Hay que tener un sentido crítico a la hora de utilizar los recursos de orientación a nivel digital.
 
Y finalmente, me gustaría destacar la tarea profesional de las personas que nos dedicamos a la orientación. La profesionalidad que deben tener los orientadores que acompañan, que asesoran a los chicos que afrontan ese proceso de toma de decisiones. Deben tener una buena cualificación, deben ser personas preparadas, con experiencia, y tener neutralidad a la hora de acompañar al alumnado.
 
En ese sentido también pienso en el planteamiento de Ronald Sultana que hace referencia a ese compromiso social de los profesionales de la orientación. También es importante que sepamos explicar cuál es la función de los orientadores y a qué profesionales dirigirse si necesitas que te acompañen en la toma de decisiones académica y profesional, dependiendo de la situación que se trate.
 
Por ello, otro reto de la orientación es tener claro el sistema de agentes que entran de juego en la orientación, y comunicarlo a la población. Si preguntáramos a las personas qué es la orientación, pocos podrían saberlo. Y en cambio es un servicio, un proceso importantísimo para la vida de las personas y del que no pueden prescindir. Visibilizar a los agentes que desarrollan las tareas de orientación es importantísimo.
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