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¿Cómo diseñar una estrategia de branding efectiva en las escuelas?

Artículo de opinión

  • 02/05/2018

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Glòria Pruneda Agustí, Jefa de comunicación y marketing del Colegio Vedruna Palamós, de Palamós (Girona)
En términos de marketing, una marca es una promesa que un cliente identifica como "un beneficio personal" o con una cualidad que le proporciona un bien, directa o indirectamente. Lo peor que le puede pasar a una marca es que el cliente no lo asocie con ningún beneficio potencial y que, por tanto, el mismo cliente no la escoja.
 
Al proceso de creación de una marca se le llama branding. La marca se crea a partir de una buena estrategia de comunicación externa e interna, ya que todos los representantes de esa empresa son transmisores de marca. Hay que tener en cuenta el "qué se va a vender", "a quién", "de qué manera" y "con quién se va a competir".
 
Ante todo, la marca es lo que queda en la mente de los consumidores cuando ya han consumido el producto y lo que pretendemos, en definitiva, es dejar el recuerdo de una emoción inconfundible que deje ganas de volver a consumir.
 
Si contextualizamos esta definición a los centros educativos, el branding educativo sería la identidad definida y diferenciada de una escuela. Esta identidad debe enfocarse en destacar por encima de nuestra competencia, causar buena impresión y potenciar el factor humano.
 
"Debemos mejorar el valor de la marca de forma coherente con el proyecto educativo de centro".

La importancia de la marca educativa está en la de generar confianza, lo cual crea una buena reputación, una buena imagen, y transmite a la vez una serie de valores que benefician a las familias. La confianza forja vinculación emocional con el cliente, del mismo modo que provocamos emociones y somos recordados. Las familias satisfechas seguirán queriendo estar vinculadas a nuestra escuela porque sus expectativas de calidad se construyen en su experiencia.
 
Sin embargo, antes de pensar en diseñar una estrategia de branding educativo, hay una serie de factores a tener en cuenta.
 
  • Determinar a quién o quiénes vamos a dirigirnos, a qué tipo de familias queremos llegar y qué grupo social tenemos como posibles clientes potenciales. Evidentemente hay que trabajar el factor humano, la cercanía, la empatía y la implicación con las familias: reuniones frecuentes, actividades diversas, la relación buena y fluida con el AMPA, el trato continuado con ex- alumnos…
 
  • Debemos apostar por la diferenciación, aquello que nos hace diferentes, mantenernos al día de las novedades e invertir en recursos humanos y materiales.
 
  • Además, es importante sorprender a las familias con actividades creativas y con contenido de valor. Las familias se han convertido en expertos a la hora de buscar escuela y quieren y deben estar al día de lo que pasa en los centros que estudian sus hijos.
 
  • Debemos transmitir honestidad y cercanía sin olvidarnos de cumplir lo que prometemos. Es muy recomendable hacer entrevistas y visitas guiadas y personalizadas que sean adecuadas a cada tipología de familia.
 
  • Conectar emocionalmente y escuchar a las familias ayuda a que fidelicemos clientes desde infantil hasta la universidad.
 
  • Ofrecer la posibilidad de conseguir otras titulaciones extras, titulaciones de idiomas, música, deportes.
 
  • Las actividades fuera del horario escolar y la participación en eventos fuera del colegio nos dan presencia en diferentes ámbitos, debemos dar visibilidad a nuestros colegios: "Aquello que no se muestra, no existe".
 
  • Potenciar todas las redes sociales y estar presentes de manera habitual en ellas. Aprovechar recursos como YouTube elaborando vídeos con contenido de calidad para fidelizar clientes de todas las edades.
 
La marca de un centro educativo no es un valor estático. Debemos mejorar el valor de la marca de forma coherente con el proyecto educativo de centro. Tenemos que adaptarnos a los cambios porque las tendencias van cambiando y hay que mostrar actualidad.
 
Debemos trabajar para mantener nuestra posición en las mentes de los consumidores y mantener la expresión de nuestra marca en todas las experiencias educativas que ofrecemos.
 
Nuestra marca educativa es una esencia, un ideal y una emoción, pero no podemos dejar de lado la calidad de nuestros centros educativos, la satisfacción de las familias, la comunicación del personal docente y no docente, y la responsabilidad social que tenemos en nuestras escuelas.
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