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¿Cómo pasar revista a las actitudes ante la educación? Supuestos para conocer las características de un buen docente

Artículo de opinión


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Mª Beatriz Páramo Iglesias, Maestra de Educación Infantil en el CEIP De Tarrío (A Coruña)
El papel del docente funcionario supone inicialmente reflexionar sobre su práctica, tarea que se le presupone para toda la vida. Esto es así por dos consideraciones: 1) la imperante necesidad de los funcionarios maestros de tener que o pretender justificar su trabajo ante la sociedad, cuya visión de éstos suele diferir de la realidad; 2) tomando las palabras de Salmerón y Ortiz (2003), sólo un estratégico puede enseñar estrategias, igual que un docente que no piense sobre su "enseñar", no podría pensar sobre "el aprender" de su alumnado.
Pero va un poco más allá, pasando a pensar también en su propio aprender. Esto es lo que Durán (2014) llama aprenseñar, tarea de hoy en día de un buen docente.

Supuestos para repensar la práctica

Las directrices legislativas sugieren la programación de las enseñanzas-aprendizajes por competencias (Repetto, et al., 2001), por lo que no es de extrañar que el docente tenga que poner en marcha competencias propias. Dentro del marco competencial, hay una transversal: la de aprender a aprender, que se entiende como el conjunto de habilidades del alumnado para aprender, pero, inevitablemente, tiene mucho que ver con los docentes, y es desde ahí donde tiene que nacer y brotar para después trasladarse al alumnado.

Por eso, se presentan cuatro supuestos en los que el lector/a tendrá la posibilidad de repensar la enseñanza-aprendizaje, para que reflexione como agente de la educación, comprometido con un proceso de calidad (Páramo, en prensa). Le pediría que lea con tranquilidad cada supuesto, que intente ponerse en situación y recoja por escrito qué haría usted en cada uno de los casos.

De hoja en hoja y aprendo porque me toca

Póngase delante de un  árbol. Imagínese que estamos en los días en los que empiezan a perecer sus hojas. Recoja la que por cualquier motivo le llamase la atención, quizás por el tamaño, por su color, su olor, su estado; obsérvela detenidamente. Ahora intente buscar una hoja idéntica.

Escriba a continuación lo que va a hacer y cómo y responda: ¿Cree que encontrará alguna idéntica? ¿Por qué?

Será necesario que vaya mirando con tranquilidad todas aquellas hojas que lo rodean, y, con una probabilidad elevada, se augura que no encontrará una idéntica. Son iguales si tomamos el criterio de que cayeron del árbol en la misma época, que pueden compartir parecido en algo como el color, el tamaño del rabo, pero distan de ella por otras muchas características.

Ahora bien, cambie el árbol por una clase y las hojas por niños/as de cualquier etapa educativa ¿Qué cambió? Ya no son hojas diferentes con características muy variadas, pero siguen siendo niños y niñas con unas características propias de su edad (como las hojas que perecen en ese tiempo), pero a su vez tienen capacidades y ritmos muy dispares; sin más, distintas formas de aprender a aprender.

Docente reflexivo

Imagínense en una sala más o menos acogedora, sentado/a en una silla con un folio volteado delante de usted. Un hombre se encuentra delante -pueda que lo conozca de vista, que hablara alguna vez con él-, que le expone con un talante y discurso claro y cálido que lo que tiene usted delante es un ejercicio para medir sus procesos cognitivos. Sin concederle su permiso, va a analizar esas capacidades que le son suyas, que están en su interior. La hoja volteada parece llamar nuestra atención, las ganas de ver lo que tiene por la otra cara puede que incrementen, o quizás no le motive lo suficiente, ni tampoco la situación. El señor da unas instrucciones sobre la prueba que conlleva un tiempo. La finalidad es hacerlo lo mejor que se pueda en el menor tiempo posible. Si antes estaba motivado/a, esto incrementaría aún más el ansia; y si no lo estaba, ahora menos. Rápidamente, usted debe cubrir las cajas del folio con el código de referencia que hay al principio del papel. Ahora voltee la página.

Por favor, siguiendo las orientaciones, haga esa prueba (ilustración 1). Después escriba cómo lo hizo.
 
Ilustración 1. Prueba (Deaño, 2005).

Cogió un lápiz y se puso a completar las cajas, y muy probablemente de izquierda a derecha como el 80% de los niños y niñas de 5 años que realizaron esa actividad (Páramo y Martínez, 2013). Solo entre un 1% y 9% las completaría de manera vertical puesto que las cajas con la misma consigna están colocadas por columnas. Si le hubiéramos dedicado un tiempo a la planificación de la tarea nos hubiésemos dado cuenta, lo que ahorraría tiempo y esfuerzo. Y tú, como docente, no hiciste algo tan dispar al alumnado.

Y ahora, cambiemos los roles: usted es ese señor y el que tiene que realizar la prueba es su alumnado. Escriba cómo se siente, ¿qué cambió? La tarea y la situación son las mismas, solo cambian las personas. Si hasta hace un momento usted mismo necesitó un ejemplo para darse cuenta de que había olvidado prestar atención y planificar su acción, imagínese en un aula en la que en niños/as aún están emergiendo y desarrollándose estas capacidades.

La isla

Está en un aula con cuatro compañeros/as más; una quinta persona que guía el juego os explica que os va a entregar a cada uno unas indicaciones que tenéis que llevar a cabo hasta conseguir vuestro objetivo, cueste lo que cueste. Estas son tus indicaciones: "Usted iba en un avión con su familia de vacaciones, pero en el camino hubo una tormenta que provocó un aterrizaje de emergencia. Usted solo recuerda despertarse en una isla rodeado de su familia y algún pasajero/a. Usted está bien, pero un familiar tiene una herida profunda en la pierna que necesita atención médica urgente. Entre los supervivientes se encuentra un médico que con entusiasmo le explica que en esta isla existe un árbol cuyo néctar de su fruta tiene poderes cicatrizantes. Está de suerte, desde donde usted está puede ver ese árbol. Corre a por él, pero recuerda, su familiar necesita todo el néctar para sobrevivir, y solo hay un fruto en toda la isla, pero no es el único que está buscando el fruto, pues hay más heridos".

Desde el lugar en el que se encuentra puede ver el fruto encima de una mesa. Escriba lo que haría.

Ahora bien, está de suerte, le voy a enseñar las indicaciones que recibieron sus tres compañeros/as:

COMPAÑERO/A 1: (ídem) Usted está bien, pero un familiar tiene una contusión profunda en la pierna que necesita atención médica urgente. Entre los supervivientes se encuentra un médico que con entusiasmo le explica que en esta isla existe un árbol cuyas semillas de su fruta tiene poderes drenantes. Está de suerte, desde donde usted está puede ver ese árbol. Corre a por él, pero recuerda, su familiar necesita todas las semillas para sobrevivir, y solo hay un fruto en toda la isla, pero no es el único en la isla que está buscando el fruto.

COMPAÑERO/A 2: (ídem) Usted está bien, pero un familiar tiene una fractura profunda en la pierna que necesita atención médica urgente. Entre los supervivientes se encuentra un médico que con entusiasmo le explica que en esta isla existe un árbol cuya piel de su fruta tiene poderes calmantes. Está de suerte, desde donde usted está puede ver ese árbol. Corre a por él, pero recuerda, su familiar necesita toda la piel para sobrevivir, y solo hay un fruto en toda la isla, pero no es el único en la isla que está buscando el fruto.

COMPAÑERO/A 3: (ídem) Usted está bien, pero un familiar tiene una quemadura profunda en la pierna que necesita atención médica urgente. Entre los supervivientes se encuentra un médico que con entusiasmo le explica que en esta isla existe un árbol cuya pulpa de su fruta tiene poderes cicatrizantes. Está de suerte, desde donde usted está puede ver ese árbol. Corre a por él, pero recuerda, su familiar necesita toda la pulpa para sobrevivir, y solo hay un fruto en toda la isla, pero no es el único en la isla que está buscando el fruto.

Teniendo esta información ahora, ¿qué haría para conseguir el fruto? Pudieron pasar varias cosas. Una, que echase a correr para ser el primero/a en coger el fruto y usarlo en su familiar y tirar el resto. Otra, que no fuera el primero/a en llegar a por el fruto y que entrara a debatir por qué necesita usted el fruto. Y una tercera, que se preguntase sobre qué es lo que necesitaba. Pudiera ser que leyera por encima las orientaciones de sus compañeros/as y que no se diese cuenta de que no tenían la misma necesidad y no necesitaban lo mismo; o bien podría haber sido que leyera con atención y se diera cuenta que cada persona tenía una necesidad distinta (herida, contusión, fractura) y que necesitaba una parte diferente del fruto (semilla, pulpa, piel), por lo que todos/as habrían salvado a su familiar.

Ante cualquiera situación, y más en el proceso de enseñanza y aprendizaje, debemos preguntarnos cuál es la necesidad y punto de partida y qué es lo que necesitamos.

 Las piezas del puzle en el aprender a aprender

Imagínese que está con un grupo de compañeros/as. Cada uno tiene unas piezas de un puzle y la única instrucción que recibe para realizarlo es: "Cada uno/una tiene delante las piezas para realizar el puzle, todos y todas tenéis lo mismo y las mismas piezas, la actividad terminará cuando uno de los puzles esté terminado".

Escriba qué haría usted y cómo. Existen dos posibilidades. La primera, que cogiera sus piezas y realizara individualmente el puzle lo más rápido posible; bien cogiendo las piezas del perímetro, empezando por el centro, guiándote por los colores… todas ellas estrategias individuales. O que se tomara un tiempo para analizar la indicación y planificar, puesto que únicamente hacía falta un puzle terminado, por lo que se hubiese ahorrado tiempo, recursos y estrategias si se hubiera realizado el puzle conjuntamente con sus compañeros/as. Lo más probable es que decidiese hacerlo individualmente.

El aprender a aprender cruza con una línea la enseñanza, también el aprendizaje, pero no debemos olvidar que ambos tienen un marcado carácter cooperativo y, por lo tanto, el aprender a aprender es cosa de todos/as.

Conclusiones

Estos supuestos, planteados como metáforas, pretenden hacer hincapié en los aspectos, habilidades y actitudes que debe tener quien quiera dedicarse a la función pública como se muestra en la tabla 1.

 
Supuesto Característica
1) Atención a la diversidad. Diferencias individuales
2) Capacidades y estrategias. Planificación
3) Consciencia de necesidades/limitaciones/fortalezas. Diálogo
4) Estrategias individuales y grupales. Colaboración
Tabla 1. Características de un buen docente.
 
Le insto a probar estos ejercicios en su puesto de trabajo, con sus compañeros/as y alumnado. Así aún podrá ser mayor la incidencia que pueden tener estos ejes que permitan reflexionar sobre nuestra práctica y visibilizarla como lo que es.

Referencias bibliográficas

Deaño, M. (2005). D.N.: CAS. Ourense: Gersam
Durán, D. (2014). Aprenseñar. Madrid: Narcea.
Páramo, M. B. (en prensa). Suposiciones sobre el aprender a aprender: reflexiones iniciales. En M.B. Páramo (coord.), Conociendo el aprender a aprender y su metamorfosis en EI. Madrid: Arco Muralla.
Páramo, M.B. y Martínez, M.E. (2013). Un estudio sobre las estrategias en alumnos y alumnas de 5 años como clave inclusiva del aprender a aprender. En B. D. Silva, et al., Congresso Internacional Galego Portugués de Psicopedagogía. Braga: CIE-d. 4010-4020.
Repetto, E., et al., (2001). Evaluación del programa comprender y aprender en el aula.  RIEE, 7 (2).
Salmerón, H. y Ortiz, L. (2003). Desarrollo de estrategias de aprendizaje en EI. Revista de Educación de la Universidad de Granada, 16, 121-143.
 
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