Hay dos aspectos que es necesario considerar y que tendrán distinto peso en la decisión: uno se relaciona con la dimensión filosófica, es decir, y tomo estas preguntas de un artículo escrito por D. Felipe Segovia: ¿Cómo desearía que fuera mi hijo cuando sea adulto?, ¿Cómo quiero que viva su infancia y su adolescencia?, ¿Qué atributos me gustaría ver desarrollados en él? El otro aspecto se relaciona con el ámbito práctico –distancia, servicios, edificios, costos, etc.
A fin de no abrumarse con la búsqueda, es interesante generar una lista que se relacione con estas dimensiones, para luego poder identificar cuánto valor damos o tenemos que dar a los distintos elementos.
La primera dimensión, la filosófica, es la más importante porque en ella se centra el desarrollo de nuestro hijo como la persona que será. Es una dimensión muy personal en el que se involucran los valores, las creencias, y las expectativas.
Es importante identificar qué queremos que nuestro estudiante aprenda y cómo, y esto está muy ligado a la propuesta educativa. Habría que prestar atención al:
1. Ideario del colegio
a. Cerrado a una sola realidad
b. Abierto a una concepción de la persona y del mundo diversos, en la que todos pueden contribuir a la comprensión y el vivir con otros.
2. Sistema educativo
b. Abierto a una concepción de la persona y del mundo diversos, en la que todos pueden contribuir a la comprensión y el vivir con otros.
a. Modelo de aprendizaje: rutinario, basado en prácticas probadas por años, o innovador, o sea que incorpora avances validados por investigaciones internacionales.
b. Nivel de exigencia académica: sujeto a programas de evaluación externa, o niveles de logro internos.
c. Marco curricular: especialización en un área del conocimiento –ciencias, etc.- o exposición a varias áreas con posibilidades de opciones de especialización.
d. Orientación primariamente académica o equilibrio con el desarrollo de deportes y actividades creativas.
e. Opciones de adquisición de lengua o lenguas para uso básico o cotidiano o desarrollo de otra lengua para uso académico y de aprendizaje.
f. Formación de la persona: unidimensional o relacionado con atributos no asociados a una línea filosófica en particular pero que refleja el desarrollo de una persona íntegra, colaboradora, empática y dispuesta a tomar retos en la vida.
g. Seguimiento del estudiante a través de la evaluación sumativa o a través de tutores que siguen el progreso de los estudiantes.
h. Grupos pequeños o clases con grupos grandes.
a. Las interacciones son formales, o son más informales.
b. Los códigos de conducta son represivos en todos los casos o sugieren espacios para el aprendizaje a partir de conductas no aceptables.
c. Las clases son homogéneas en cuanto a nivel de habilidades, intereses, culturas o son ricas en diversidad.
d. Las relaciones entre el colegio y los padres es estructurada o es dinámica.
Una vez que decidimos la importancia de las dimensiones presentadas, también tendremos que hacer un análisis lo más objetivo posible de nuestro hijo. Muchas veces los padres caen en la tentación de ver a sus hijos como extensiones de sus propias aspiraciones, sin darse cuenta de que cada ser humano trae consigo posibilidades que no siempre son similares a las aspiraciones de los padres.
Al mirar al niño tendríamos que poder comprender qué actividades particularmente le gustan, cómo se relaciona con grupos grandes o con grupos pequeños, cómo se siente más motivado, qué tipo de interacciones con adultos pueden beneficiar o no su aprendizaje.
Cuando los padres miran sus expectativas y aspiraciones con la lente de su propio hijo, podrán llegar a disponer de ciertas líneas básicas con las cuales buscar un colegio.
Una vez identificado el colegio ideal, la variable practicidad va a cumplir su papel. Más allá del tipo de colegio –estatal, concertado o privado-la distancia a un centro de enseñanza es fundamental cuando tenemos niños de edades tempranas, no así si son adolescentes. Sin embargo, en este último caso, los servicios de transporte ascienden en nuestra lista de prioridades. Los horarios también son importantes cuando ambos padres trabajan. Finalmente, si la elección lleva a un colegio privado o concertado, el presupuesto familiar deberá ser considerado.
Al llegar a final de esta primera etapa, los padres podrán tener una primera idea de qué buscar para sus hijos. Esta búsqueda no está completa si no se visita la institución o instituciones en las que estamos interesados.
La visita habla mucho de la vida en una escuela. Al caminar por el edificio veremos
- Cómo se relacionan los alumnos con los docentes
- El manejo de las clases –son clases en las que solo habla el docente o existe se ven a los alumnos que participan activamente
- Las paredes muestran solo cuadros, o hay exhibiciones de los trabajos de los alumnos.
- Los estudiantes solo trabajan en sus aulas, o existen espacios para otras actividades.
- Las instalaciones lucen afectadas por el tiempo y un pobre mantenimiento, o están bien mantenidas y son seguras
- Evidencias de los marcos curriculares orientados a una sola dimensión cultural o a la diversidad del mundo actual
- Evidencias de celebración de solo los mejores o celebración de todos los que progresan en su aprendizaje
Este proceso se repetirá en todas las instituciones en las que existe la posibilidad de una oferta educativa acorde a los valores y expectativas delineadas.
Y, llegará el momento de la decisión: es un momento trascendental. Si conocemos a nuestro hijo y somos lo suficientemente flexibles para negociar nuestras expectativas, llegaremos a un colegio en el cual veremos que se cumplen la mayoría de nuestros objetivos. La gran prueba será ver a nuestro hijo feliz con la educación y el colegio de nuestra elección.
