Encuentra tu curso ideal

9%

¿Qué quieres estudiar?

TIC y trabajo

Artículo de opinión


  • Valora

  • Deja tu comentario
Joan Pons. Gerente de la entidad sin ánimo de lucro Asociación de Técnicos de Informática
En los últimos meses estoy viviendo un contrasentido. Estudios y artículos indican que el sector TIC es uno de los menos castigados por la crisis, con unos porcentajes de paro que, en términos españoles, se podrían llegar a calificar de estructurales (un 7% en un informe al que he podido acceder recientemente), y, simultáneamente, profesionales senior comparten conmigo la angustia de estar desempleados y, peor que esto, con la perspectiva de nula empleabilidad para ellos después de haber desarrollado trayectorias profesionales de 20 a 30 años.

¿Mienten los estudios? ¿Mienten los profesionales? Ninguno de los dos. Lo que en mi opinión sucede es que, mas allá de la crisis, la evolución tecnológica ha creado un nuevo paradigma. No importan los conocimientos técnicos que tengas, en cinco años (con suerte) estarán obsoletos.

Veo a algunos de estos compañeros en una posición similar a los fabricantes de hielo de hace 70 años. Ellos fabricaban hielo. El mejor hielo. Además lo cortaban y, si era necesario, lo llevaban a casa del cliente. No se dieron cuenta de que había gente que empezó a fabricar neveras eléctricas en 1923. No entendieron que su negocio era el frío, no el hielo. Tenemos compañeros que mentalmente siguen fabricando hielo.

Llegados aquí, ¿qué podemos hacer si queremos continuar nuestra trayectoria profesional en el sector TIC y olvidarnos del hielo?

1.- Buscar fuentes de información para conocer las tendencias tecnológicas. Estas evolucionan constantemente. Imprescindible para decidir en qué ámbitos nos tenemos que formar si queremos seguir surfeando (= empleabilidad) en la siguiente ola tecnológica.

2.- Networking sistemático. La tecnología ha facilitado la puesta en marcha de proyectos empresariales y abre constantemente nuevos modelos de negocios, con formatos nuevos. En consecuencia, no sabes quién puede facilitarte una oportunidad profesional, no lo sabes tú, ni nadie. Por lo tanto, lo mejor es obligarte, dos horas a la semana, a conocer y a que te conozca gente. Asóciate, colégiate, o, como mínimo, "paséate" por aquellos eventos que traten temas de tu interés profesional. El mundo es mucho más que suscribirse a newsletters, o tener perfil en Linkedin. Y recuerda, lo importante no es cuanta gente conoces, sino cuantos te conocen a ti.

3.- Formación continuada. Recuerda, tu elijes. Si la empresa elije, escogerá la formación más adecuada a sus intereses. Si son coincidentes a los tuyos perfecto, pero si no... tienes un problema. Para escoger bien, tienes que haber dedicado tiempo a los puntos 1 y 2. Requisito mínimo pero no suficiente. No suficiente porque necesitas conocer a dónde quieres llegar profesionalmente hablando. Y si no lo sabes, no te preocupes, otros decidirán por ti.

4.- No todo es tecnología. Hay puestos a los que no se está accediendo porque no sabemos comunicar con fluidez en inglés.

5.- Es duro, muy duro, ya que igual hemos de retroceder un paso para seguir avanzando. Que ayer fueses directivo no implica que hoy puedas seguir siéndolo. La evolución tecnológica también ha implicado una constante transformación, evolución y creación de perfiles profesionales. ¿Sigues queriendo hacer solo hielo?

6.- No te quejes. Mientras te quejas, hay alguien enviando un currículum, asistiendo a eventos, informándose, formándose y, por encima de todo, al igual que el famoso escritor, no duda en comunicar que "he venido a vender mi libro".

Y tienes razón, toda la razón, en quejarte. El mundo es claramente mejorable. Pero el posible trabajo lo conseguirá él. ¿"Lo pillas"?

Y para ello hay que superar los frenos que nosotros mismos nos creamos, como hizo mi amigo Pere, al que dedico este articulo. Después de 25 años en el sector, se gana la vida como artesano. Ha decidido hacer un "reset" y reinventarse.

La inacción es garantía de fracaso, pero es el único fracaso del que no se aprende nada.

Por lo tanto, compañeros y compañeras, ¿por dónde empezamos?
Deja tu comentario
Ver comentarios