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Factores de éxito de la aplicación de las TIC en el aula

Artículo de opinión

El éxito de un proyecto que utiliza las TIC en el aula viene condicionado por una serie de factores. Con la finalidad de determinarlos, en este monográfico hemos pedido a los expertos que compartan sus experiencias llevadas a cabo con éxito. Te animamos a que visites la sección de "Más opiniones" y compruebes como se trabajan las TIC con innovación y motivación.


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Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb
A lo largo de estos años, hemos realizado monográficos sobre la innovación en las TIC, la implantación real del Plan Escuela 2.0., la falta de recursos, la formación tecnológica de los docentes y sus competencias, las redes sociales como herramienta didáctica… Pero, es inevitable darse cuenta que existen una serie de experiencias que funcionan y otras que no.

El éxito de un proyecto que aplica las TIC en el aula viene condicionado por una serie de factores. Con la finalidad de determinar cuáles son estos factores, en este monográfico sobre TIC y Educación, hemos pedido a los expertos que nos envíen experiencias de éxito. La respuesta ha sido excelente: hemos recibido interesantes aportaciones de educación primaria, secundaria, necesidades educativas especiales, universidad, formación de adultos... lamentablemente, el espacio que tenemos en la publicación es limitado, así que os animamos a que consultéis todos los artículos en la hemeroteca. ¡No os lo perdáis!

¿Qué determina que un proyecto de TIC en el aula resulte un éxito?

Para empezar, resulta evidente que, para medir el éxito de cualquier iniciativa tecnológica aplicada en el aula, es necesario tener en cuenta el grado de satisfacción del alumnado y el profesorado. Actualmente, existen muchos informes que muestran la percepción de ambos agentes implicados en el uso de las TIC, y en esta ocasión podemos referirnos a un estudio publicado recientemente por el grupo de investigación "Didáctica y Multimedia" DIM-UAB de la Universitat Autònoma de Barcelona y AULATICE, que confirma que el 90% del alumnado y un 97% de los docentes considera que las aulas que cuentan con recursos tecnológicos contribuyen a una mejora del aprendizaje.

Además, a pesar de que los docentes reconocen que el uso de las TIC les supone dedicar más horas a la preparación de los ejercicios, el 90% de los encuestados afirma que este trabajo facilita la innovación didáctica.

Este último aspecto es clave para garantizar el éxito de la aplicación de las TIC en el aula. Los expertos coinciden en que la integración de las tecnologías en la educación implica un cambio en las metodologías didácticas, una mejora y actualización permanente de los recursos materiales del centro y una motivación, implicación y conocimientos por parte del profesorado.

Para Pere Marquès, autor del estudio, el éxito de esta integración recae en gran parte en los cambios organizativos del centro y en la cultura docente, ya que, la aplicación de las tecnologías en el centro no solamente supone para el profesorado el reto de innovar sus prácticas docentes utilizando estos medios sino que también comporta importantes consecuencias organizativas (acceso a las aulas informáticas, mantenimiento de las mismas, instalación de programas...).

En cambio, Alfredo Ferraro, profesor de Gestión de Nuevos Soportes Publicitarios en ESIC Valencia, considera que la clave del éxito en la educación es emplear los medios y canales de comunicación que el alumnado utiliza. A menudo, las actividades más motivadoras para el profesorado no son las que provocan la mejor reacción del alumnado. Esto es debido, en gran medida, a que los docentes deben trabajar con una generación de nativos digitales y para lograr su atención, deben mantenerse actualizados en el uso de los aplicativos. Según la opinión de Alfredo Ferraro, "la educación debe realizar un profundo análisis y una adaptación total al cambio tecnológico al que se enfrenta. La educación 3.0. no consiste en colgar los apuntes en la nube, sino en interrelacionarse con los alumnos de la manera en la que ellos lo hacen".

Así pues, el profesorado ha de ser capaz de manejar de forma adecuada y pedagógica las TIC y combinar las metodologías tradicionales con formas innovadoras de enseñanza. Además debe asumir que no es un simple transmisor, sino que actúa como conductor del conocimiento, gestionando todos los recursos a su alcance y la forma de administrarlos.

Competencias, innovación y motivación

Francesc Pedró, Jefe de la oficina Sectorial y TIC en Educación de la UNESCO, analiza en un documento para la Semana Monográfica de la Educación organizada por la Fundación Santillana, qué elementos funcionan en el aula y cuáles no.

Para empezar, considera necesario deshacer el tópico según el cual el alumnado tiene mejores competencias TIC que el profesorado. Tal y como muestra en su documento, los alumnos son expertos en utilizar la tecnología para la vida cotidiana, especialmente para relacionarse entre ellos, pero esta habilidad no garantiza que tengan las competencias necesarias para utilizar eficazmente las TIC en el proceso de aprendizaje. Por eso, propone no sólo centrar los esfuerzos en dotar de competencias digitales a los docentes, sino en potenciar la capacidad de utilización de la tecnología desde un punto de vista pedagógico y en un contexto de aula.

Como ya hemos visto anteriormente, otro aspecto fundamental para garantizar el éxito de una actividad es la innovación. Según Pedró, gran parte de las dificultades vienen derivadas por el proceso de introducir innovaciones en el aula, por eso, para que la innovación suponga un cambio positivo es necesario que se corresponda con las expectativas de alumnado y profesorado.

En este sentido, el factor primordial desde el punto de vista pedagógico es la relevancia, es decir, que las soluciones tecnológicas sean adecuadas para las actividades a desarrollar. Muchas innovaciones en el aula han fracasado porque en lugar de proporcionar un entorno más "cómodo" han supuesto un esfuerzo extra para docentes y alumnado. Los expertos destacan que la flexibilidad y la personalización son fundamentales: es necesario que la solución tecnológica se adapte a las necesidades del alumno y del profesor, a sus preferencias y a los objetivos del aprendizaje, y no a la inversa.

En cuanto a la motivación, los estudios muestran que las TIC en la educación provocan mayores niveles de implicación y participación del alumnado en las asignaturas, aunque les suponga dedicar más horas de trabajo. En el caso de los docentes, su motivación es profesional: si adoptan una innovación didáctica tecnológica es porque consideran que les facilitará el trabajo y lograrán más efectividad.

Por último, el autor apunta a que se puede considerar que una experiencia es un éxito cuando hay unanimidad a la hora de percibir los beneficios de la innovación, tanto por parte del equipo docente, como por parte del alumnado. Encontrar el equilibrio es la clave del éxito.

Webgrafía:

Pere Marqués; (2004); "Claves para una buena integración educativa de las TIC"  DIM-UAB

Alfredo Ferraro;(2012); "Los dispositivos de movilidad invaden las aulas". Monográfico 245 TIC y Educación. Educaweb

Francesc Pedró; (2011); "Tecnología y escuela: lo que funciona y por qué". Fundación Santillana

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