La orientación académica y profesional es un proceso de largo recorrido, a lo largo de la vida. Pero en la etapa de la Educación Secundaria Obligatoria es cuando se hace más evidente, puesto que se da la primera transición de la etapa de enseñanza obligatoria a la postobligatoria.
Esta transición provoca, tanto en el alumnado como en sus familias, situaciones que se expresan de formas muy diferentes: con ilusión por el futuro, con angustia por la elección, con impaciencia, con inseguridad, con duda, con indiferencia, entre muchas otras.
La elección de un itinerario formativo o laboral a la edad de 16 años, coincide con una etapa de transición personal marcada por los cambios tanto fisiológicos como emocionales y de maduración. A través de su comportamiento y sus relaciones en el ámbito familiar, con sus compañeros y consigo mismo, el adolescente evidencia la construcción de su identidad, abandonando progresivamente su dependencia infantil y asumiendo responsabilidades como adulto.
En la mayoría de los casos, la elección se concreta hacia unos estudios bien de bachillerato o de Formación profesional de grado medio.
En un porcentaje menor, tendremos los jóvenes que con 16 años y su Graduado en Educación Secundaria optan por una iniciación en el mundo laboral. Ésta será sin duda una aventura complicada y poco fructífera teniendo en cuenta el bagaje y las competencias que pueden ofrecer dichos jóvenes a un mercado exigente y con una amplia y rica oferta de perfiles.
La elección entre un bachillerato y una formación profesional está clara. La formación profesional de Grado Medio tal y como su nombre indica, se dirige a aquel alumnado que prefiere una formación profesionalizadora, que prioriza la práctica y que será sin duda más corta y finalista. Al término de su ciclo formativo el alumno recibe un título de Técnico que le capacita para iniciarse en el mundo laboral con la especialidad cursada. En este sentido el joven que decide escoger este itinerario debe tener definida su preferencia profesional, el sector que le atrae y ser capaz de imaginarse como técnico en comercio, técnico en emergencias sanitarias o técnico en sistemas microinformáticos y redes, etc. Posteriormente tendrá la oportunidad también de continuar en el sistema educativo si decide no estrenarse en el mundo laboral.
El estudiante que elige cursar un bachillerato debe tener claro su largo recorrido futuro por la formación. El bachillerato serán dos cursos de formación preparatoria para un posterior acceso a la formación universitaria o formación profesional superior, de forma que la modalidad cursada condiciona la base necesaria para seguir unos estudios determinados.
Y más adelante siguen más transiciones: la ampliación de estudios a través de un postgrado de especialización, la búsqueda de un primer empleo, etc.
En este sentido, aprender a elegir valorando los diferentes aspectos que intervienen en cada transición será clave. Un proceso de orientación incluye un importante trabajo de información: conocer al detalle la oferta académica: el sistema de acceso a los estudios, los contenidos, la duración, la titulación obtenida, las salidas profesionales, los centros donde se imparte, el precio, la becas y las ayudas disponibles, los programas de intercambio con el extranjero, la calidad y el prestigio del centro, etc.
Y también incluye una cierta investigación de las profesiones a las que dicho estudio encamina: las tareas habituales del profesional, el tipo de herramientas o materiales de trabajo, las condiciones de trabajo, el nivel de formación requerido, las características personales recomendables, la remuneración económica aproximada, la situación actual de la profesión en el mercado, las perspectivas, profesiones parecidas y relacionadas, puntos de referencia para encontrar más información, etc.
Disponer de toda esta información requiere tiempo tanto para la recopilación como para su análisis. Sin duda el conocimiento de las características de cada itinerario a elegir ayudará al alumno a descubrir sus preferencias. Pero para fundamentar bien su decisión, será necesaria además la reflexión sobre su perfil personal. El proceso de autoconocimiento a través del cual debe conseguir responderse a las preguntas de ¿quién soy yo y cómo soy? Será necesario que el alumno descubra e identifique sus intereses profesionales, sus aptitudes y competencias, su personalidad y sus valores ocupacionales.
Esta no es una tarea fácil y sin duda los padres son actores privilegiados para acompañar a su hijo en el proceso. Tanto en la búsqueda de información como en la instrospección para conseguir una foto real del perfil personal, los padres pueden aportar su perspectiva que complemente la que su hijo debe haber realizado por su lado.
Y en este punto es donde también se sitúa la aportación de los profesionales de la orientación académica y profesional. Educaweb, lleva más de 15 años trabajando en este sentido y su labor consiste en orientar a todas las personas, sin distinción de edad, condiciones y entornos, en la planificación de la carrera académica y profesional a lo largo de toda la vida, para conseguir el éxito ante sus objetivos académicos, profesionales y personales.
Por un lado Educaweb se dedica a recopilar, organizar y servir la información sobre la oferta formativa reglada y no reglada vigente en todo el estado así como los datos en relación al mercado de trabajo, y, por otro lado, a fomentar la autonomía a la hora de tomar decisiones facilitando y realizando el análisis del perfil de cada orientado.
El equipo de profesionales de Educaweb, formado por psicólogos, pedagogos y psicopedagogos se dedica a orientar de forma presencial, a nivel individual o a través de servicios a las instituciones educativas y a las administraciones. También ofrece sus servicios a través de Internet, desde su portal y vía telefónica situándose como el primer portal con mas de 1.000.000 de visitas mensuales y mas de 150.000 usuarios registrados que reciben sus publicaciones.
La multiplicación de la oferta formativa en nuestro país es una realidad y la evolución y los cambios de ésta oferta también. La apertura de las fronteras hacia nuevas oportunidades de estudio y laborales amplia las perspectivas de nuestros jóvenes que ante un contexto socioeconómico exigente y complicado deben elegir un itinerario que les permita entrever con animo, un futuro prometedor, su futuro.
Esta transición provoca, tanto en el alumnado como en sus familias, situaciones que se expresan de formas muy diferentes: con ilusión por el futuro, con angustia por la elección, con impaciencia, con inseguridad, con duda, con indiferencia, entre muchas otras.
La elección de un itinerario formativo o laboral a la edad de 16 años, coincide con una etapa de transición personal marcada por los cambios tanto fisiológicos como emocionales y de maduración. A través de su comportamiento y sus relaciones en el ámbito familiar, con sus compañeros y consigo mismo, el adolescente evidencia la construcción de su identidad, abandonando progresivamente su dependencia infantil y asumiendo responsabilidades como adulto.
En la mayoría de los casos, la elección se concreta hacia unos estudios bien de bachillerato o de Formación profesional de grado medio.
En un porcentaje menor, tendremos los jóvenes que con 16 años y su Graduado en Educación Secundaria optan por una iniciación en el mundo laboral. Ésta será sin duda una aventura complicada y poco fructífera teniendo en cuenta el bagaje y las competencias que pueden ofrecer dichos jóvenes a un mercado exigente y con una amplia y rica oferta de perfiles.
La elección entre un bachillerato y una formación profesional está clara. La formación profesional de Grado Medio tal y como su nombre indica, se dirige a aquel alumnado que prefiere una formación profesionalizadora, que prioriza la práctica y que será sin duda más corta y finalista. Al término de su ciclo formativo el alumno recibe un título de Técnico que le capacita para iniciarse en el mundo laboral con la especialidad cursada. En este sentido el joven que decide escoger este itinerario debe tener definida su preferencia profesional, el sector que le atrae y ser capaz de imaginarse como técnico en comercio, técnico en emergencias sanitarias o técnico en sistemas microinformáticos y redes, etc. Posteriormente tendrá la oportunidad también de continuar en el sistema educativo si decide no estrenarse en el mundo laboral.
El estudiante que elige cursar un bachillerato debe tener claro su largo recorrido futuro por la formación. El bachillerato serán dos cursos de formación preparatoria para un posterior acceso a la formación universitaria o formación profesional superior, de forma que la modalidad cursada condiciona la base necesaria para seguir unos estudios determinados.
Y más adelante siguen más transiciones: la ampliación de estudios a través de un postgrado de especialización, la búsqueda de un primer empleo, etc.
En este sentido, aprender a elegir valorando los diferentes aspectos que intervienen en cada transición será clave. Un proceso de orientación incluye un importante trabajo de información: conocer al detalle la oferta académica: el sistema de acceso a los estudios, los contenidos, la duración, la titulación obtenida, las salidas profesionales, los centros donde se imparte, el precio, la becas y las ayudas disponibles, los programas de intercambio con el extranjero, la calidad y el prestigio del centro, etc.
Y también incluye una cierta investigación de las profesiones a las que dicho estudio encamina: las tareas habituales del profesional, el tipo de herramientas o materiales de trabajo, las condiciones de trabajo, el nivel de formación requerido, las características personales recomendables, la remuneración económica aproximada, la situación actual de la profesión en el mercado, las perspectivas, profesiones parecidas y relacionadas, puntos de referencia para encontrar más información, etc.
Disponer de toda esta información requiere tiempo tanto para la recopilación como para su análisis. Sin duda el conocimiento de las características de cada itinerario a elegir ayudará al alumno a descubrir sus preferencias. Pero para fundamentar bien su decisión, será necesaria además la reflexión sobre su perfil personal. El proceso de autoconocimiento a través del cual debe conseguir responderse a las preguntas de ¿quién soy yo y cómo soy? Será necesario que el alumno descubra e identifique sus intereses profesionales, sus aptitudes y competencias, su personalidad y sus valores ocupacionales.
Esta no es una tarea fácil y sin duda los padres son actores privilegiados para acompañar a su hijo en el proceso. Tanto en la búsqueda de información como en la instrospección para conseguir una foto real del perfil personal, los padres pueden aportar su perspectiva que complemente la que su hijo debe haber realizado por su lado.
Y en este punto es donde también se sitúa la aportación de los profesionales de la orientación académica y profesional. Educaweb, lleva más de 15 años trabajando en este sentido y su labor consiste en orientar a todas las personas, sin distinción de edad, condiciones y entornos, en la planificación de la carrera académica y profesional a lo largo de toda la vida, para conseguir el éxito ante sus objetivos académicos, profesionales y personales.
Por un lado Educaweb se dedica a recopilar, organizar y servir la información sobre la oferta formativa reglada y no reglada vigente en todo el estado así como los datos en relación al mercado de trabajo, y, por otro lado, a fomentar la autonomía a la hora de tomar decisiones facilitando y realizando el análisis del perfil de cada orientado.
El equipo de profesionales de Educaweb, formado por psicólogos, pedagogos y psicopedagogos se dedica a orientar de forma presencial, a nivel individual o a través de servicios a las instituciones educativas y a las administraciones. También ofrece sus servicios a través de Internet, desde su portal y vía telefónica situándose como el primer portal con mas de 1.000.000 de visitas mensuales y mas de 150.000 usuarios registrados que reciben sus publicaciones.
La multiplicación de la oferta formativa en nuestro país es una realidad y la evolución y los cambios de ésta oferta también. La apertura de las fronteras hacia nuevas oportunidades de estudio y laborales amplia las perspectivas de nuestros jóvenes que ante un contexto socioeconómico exigente y complicado deben elegir un itinerario que les permita entrever con animo, un futuro prometedor, su futuro.