Empezamos el mes de septiembre con una nueva mala noticia respecto al empleo, la lista de personas paradas ha crecido nuevamente. Nos encontramos en una coyuntura económica muy compleja que vemos como afecta a personas cercanas y plana el riesgo de exclusión social. La situación macro interrelaciona directamente con las micro, las del día a día que se dan en nuestro pueblo o ciudad. Por ello, las personas desempleadas necesitan especialmente orientación laboral e información de las posibilidades del entorno, en este sentido acciones que se han realizado a nivel local o comarcal por los municipios y agentes sociales puede ser una vía de conocimiento de posibles filones de ocupación. También cabe conocer posibilidades que pueden encontrarse en otros entornos territoriales. Estas informaciones han de servir para orientar la formación ocupacional y profesional en las que necesariamente sería aconsejable el perfeccionamiento de las personas paradas, para el ámbito laboral propio i/o buscando potenciar unas competencias profesionales flexibles y polivalentes que le permitan acceder a una gama amplia de vías laborales. Los criterios de funcionalidad y orientación al empleo son imprescindibles en esta modalidad formativa.Nuestro ámbito profesional se sitúa en la educación, teniendo claro que es un concepto que hoy se ha de concebir a lo largo y lo ancho de la vida, creemos que cabe hacer una especial incidencia y pensar en las expectativas laborales y vitales de la juventud. Por ellos y por la situación general valdría la pena plantear aspectos estructurales con una mirada prospectiva para superar la coyuntura actual. Plantear en un sentido competencial de la educación obligatoria para toda la ciudadanía para evitar el riesgo de exclusión social. Fomentar la orientación personal, académica y profesional potenciando el sentido de autonomía y el sentido emprendedor. Una oferta de educación universitaria y profesional de calidad adecuada a las necesidades del territorio, la necesaria conexión entre ésta y la ocupacional. Flexibilidad del sistema para permitir entradas o compatibilidad con el trabajo. Estas y otras propuestas van en el sentido de crear el triángulo imprescindible entre educación, formación y empleo. Para ello han funcionado y se deben potenciar aún mucho más las redes territoriales de agentes educativos, económicos y sociales. Todo ello requiere de un marco económico y laboral que se piense desde y para el bienestar y la prosperidad de las personas. La sostenibilidad es una palabra clave, pensemos qué valores sociales y modos de vida deseamos para nosotros y para los nuestros.
