El papel del orientador, a mediados de la década de 80, en el Centro de Educación y Animación Sociocultural (CEAS) de Villaverde, se identificaba con el de asesor académico.En esta época la mayoría del alumnado tenía trabajo pero carecía de titulación. La proporción entre alumnos hombres y mujeres mayores de 35 años se encontraba alrededor del 40% frente al 60%, respectivamente.
El orientador abordaba la formación integral de la persona, especialmente su aspecto social; destacando, aprender a aprender, aprender a ser, aprender a convivir, aprender a decidir, aprender a disfrutar del tiempo libre, aprender a cambiar.
El alumnado estaba motivado por adquirir conocimientos que les llevase hacia un título, por aprender a convertirse en ciudadanos que ayudasen a su comunidad.
Los temas de la orientación se centraban:
- Formación en dinámica de grupos, liderazgo, relajación, control del estrés que se orientaba hacia formación para crear y organizar asociaciones, para trabajar en equipo que favoreciera la creación y desarrollo de asociaciones como asociaciones de vecinos, asociaciones de padres y madres de alumnos, comunidad de vecinos...
- En la información sobre el desarrollo evolutivo, características del adolescente, desarrollo del lenguaje,... dirigido a la formación en la escuela de padres.
Este rol coincide con los señalados por Velaz de Medrano (2005), cuando dice que se produce un nuevo modelo de orientación que pasa de la enseñanza- aprendizaje del "rol de trabajador" a la orientación para los diversos roles de la persona (miembro de una familia, trabajador, ciudadano, ocio,...).
La LOGSE, en la década de los noventa, reconoce la Educación de Personas Adultas. El principio básico era la "educación permanente". El Título III, dedicado a la Educación de Personas Adultas señalaba como objetivos:
a). Adquirir y actualizar su formación básica y facilitar el acceso a los distintos niveles del sistema educativo.
b) Mejorar su cualificación profesional o adquirir una preparación para el ejercicio de otras profesiones.
c) Desarrollar su capacidad de participación en la vida social, cultural, política y económica (Art. 51.2).
El rol del orientador en los Centros de Educación de Personas Adultas fue el abordar las dificultades de aprendizaje y la ubicación del alumnado, que había abandonado los estudios reglados para entrar en el mundo laboral.
Las características del alumnado cambió durante esta época, se matricularon personas pertenecientes a minorías étnicas (en nuestro caso mujeres y jóvenes de raza gitana), mujeres mayores de 40 años con cultura general, personas mayores de 60 años que no sabían leer y escribir o siendo analfabetos funcionales y jóvenes desescolarizados, entre 14 y 16 años, que buscaban una formación básica y profesional. Los hombres prácticamente habían abandonado nuestros centros.
Así que la orientación se centró en los siguientes temas:
- Análisis de las dificultades educativas y déficits educativos para ubicar al alumno en el nivel adecuado de alfabetización, neolectores, o graduados.
- Colaboración con servicios sociales y con los educadores de calle para el seguimiento de personas que recibían el Ingreso Madrileño de Integración (IMI) o con los jóvenes desescolarizados.
- Diseño de programas específicos de colaboración con instituciones tales como el INEM, Instituto de la Juventud, La Dirección General de la Mujer, la Asociación de Gitanos de Madrid y otros... El orientador empieza a diseñar proyectos de colaboración en Formación Básica o Cultura General para trabajadores que realizan programas de promoción profesional organizados por el INEM; programas de itinerarios profesionales para la orientación e inserción realizados por JUVEMPLEO; cursos que formaban a las mujeres para que se incorporasen al mundo laboral o sobre sexualidad organizados por el Instituto de la Mujer, talleres de "carnet de conducir", "vendedores de flores" o "azafatas de congreso" dirigido a las mujeres gitanas y jóvenes gitanos.
- El orientador empieza a abordar la formación en técnicas de búsqueda de empleo, tanto para integrarse en la empresa privada, como para entrar en las administración pública de la Comunidad de Madrid o municipal.
La denominación de los centros cambia, a finales de la década de 1990, convirtiéndose en Centros de Educación de Personas Adultas (CEPA). Estos centros matriculan personas a partir de los 18 años.
La orientación, en este periodo, adquieren gran auge y protagonismo pues se autorizan los Departamentos de Orientación en los CEPAS y los orientadores se reúnen un día al mes, para abordar las problemáticas de los Centros. Por ejemplo temas relacionados con la adscripción del alumnado, sobre la metodología, sobre la evaluación, elaboración de proyectos europeos, nuevos programas ante nuevas necesidades...
Las tareas del Departamento de Orientación de los Centros de Personas Adultas en la Comunidad de Madrid se basaron en la Instrucciones de la Dirección General de Renovación Pedagógica (DGRP) del 30 de abril de 1996 (BOMEC 13-05) que establecieron las condiciones básicas para el desarrollo del trabajo del orientador, que establecieron los ámbitos de trabajo recogidas en Martínez Martínez y Sánchez Almagro (2005, p 31) (cuadro 1).
| Ámbitos de trabajo |
Aspectos tratados por el orientador |
| Plan de Acción Tutorial |
- Valoración Inicial del Alumnado (VIA) y coordinación del proceso. - Participaba en la elaboración de:
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| Plan de Actividades de Orientación Académico-profesional. | - Plan de Acción Tutorial que coordinaba y preparaba material para los tutores. - Atención Individualizada del alumnado - Programas de técnicas de búsqueda de empleo. - Programas para emprendedores. - ... |
| Apoyo al Proceso de Enseñanza-Aprendizaje. | - Programa de "enriquecimiento instrumental" (PEI) de R. Feuerstein. - Programas de Harvard. - Programa de Enseñar a Pensar. - Programas que disminuyesen las dificultades en el lenguaje oral y escrito. - Programas que disminuyesen las dificultades matemáticas. - ... |
| Actividades de Desarrollo Personal y social.. | - Programas de Autoestima. - Programas de Educación para la Salud donde se coordinasen entidades sanitarias y sociales del barrio. - Programas de educación familiar donde se coordinasen entidades sociales y educativas del barrio. - ... |
| Coordinación con Instituciones y Organismos externos al Centro. | - Facilitaban acuerdos e intercambios con IES de la zona, con Fundaciones (Aula Tomillo, Grupo Semilla, Asociación Calé) y el departamento de Educación o de Cultura o Deportes de la Junta Municipal de Villaverde y Agentes de Igualdad del distrito. - ... |
| Dentro del Centro. | - Elaboraba, impulsaba o evaluaba programas que se desarrollaban dentro del Centro. - .. |
Cuadro 1. Ámbitos de trabajo.desde 1996 hasta mediados del 2006 con la implantación de la LOE. Martínez Martínez y Sánchez Almagro (2005).
Este rol coincide con los señalados por Velaz de Medrano (2005), cuando señala el cambio de la educación de adultos basada en el "déficit", a la centrada en desarrollo de "capacidades" o de la estructura del orientado de "sálvese quien pueda" (rasgos y factores) al "todos podemos con formación + orientación".
La legislación actual, LOE, destaca que se prestará especial atención a la orientación educativa y profesional del alumnado" (Art. 22.3). El capítulo IX de Educación de Personas Adultas señala los siguientes objetivos (Art. 66.3)
a) Adquirir una formación básica, ampliar y renovar sus conocimientos, habilidades y destrezas de modo permanente y facilitar el acceso a las distintas enseñanzas del sistema educativo.
b) Mejorar su cualificación profesional o adquirir una preparación para el ejercicio de otras profesiones.
c) Desarrollar sus capacidades personales, en los ámbitos expresivos, comunicativo, de relación interpersonal y de construcción del conocimiento.
d) Desarrollar su capacidad de participación en la vida social, cultural, política y económica y hacer efectivo su derecho a la ciudadanía democrática.
e) Desarrollar programas que corrijan los riesgos de exclusión social, especialmente de los sectores más desfavorecidos.
f) Responder adecuadamente a los desafíos que supone el envejecimiento progresivo de la población asegurando a las personas de mayor edad la oportunidad de incrementar y actualizar sus competencias.
g) Prever y resolver pacíficamente los conflictos personales, familiares y sociales. Fomentar la igualdad efectiva de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, así como analizar y valorar críticamente las desigualdades entre ellos.
Siguiendo las instrucciones de la Dirección General de Educación Secundaria y Enseñanzas Profesionales para el curso académico 2009/2010 sobre organización y funcionamiento de los CEPAS, el centro dispondrá de un Departamento de Orientación a partir de doce profesores; si el número es inferior asumirá la orientación la Comisión de Coordinación Pedagógica que puede o no tener psicopedagogo, psicólogo o pedagogo entre sus miembros. El orientador educativo se identifica, en CEPAS, con el profesor del ámbito social. Dándose las paradojas que, un orientador tenga su horario completo en el ámbito social y ninguna a la orientación; o que un profesor del ámbito social, sin formación psicopedagógica, complete su horario asumiendo la orientación del Centro.
Estas situaciones son consecuencia de la deficiente interpretación del artículo 91.1. de la LOE que destaca entre las funciones del profesorado la orientación educativa, académica y profesional de los alumnos, en colaboración, en su caso, con los servicios o departamentos especializados.
La LOE aborda la necesidad de contribuir al desarrollo y adquisición de las siguientes competencias básicas en comunicación lingüística, matemática, conocimiento y la interacción con el mundo físico, tratamiento de la información y competencia digital, social y ciudadana, cultural y artística, aprender a aprender, autonomía e iniciativa personal; señalando la docencia en las distintas áreas, pero no menciona al Departamento de Orientación de forma directa para su consecución.
Las competencias básicas persiguen mejorar la empleabilidad. Ripio, Rodríguez, Hontangas, Peiró y Prieto (1994, p. 82) definen la empleabilidad como la "apreciación subjetiva que el individuo hace de sus posibilidades de encontrar trabajo en función de la situación objetiva del mercado laboral y de determinadas características personales".
Es decir, la persona debe ser capaz de posicionarse favorablemente ante el mercado de trabajo, conociendo oportunidades de empleo y sus requerimientos, destacando sobre la concurrencia cambiante, según las necesidades de las empresas (modernización, competitividad) que se encuentran condicionadas por la propia dinámica del mercado; además, debe ser capaz de gestionar información de acceso al empleo y/o experiencias que aumenten su competencia profesional, desarrollando habilidades para el empleo y la búsqueda de empleo, identificando y utilizando recursos tanto propios como de su entorno, e incrementando sus conocimientos y destrezas profesionales.
Silla (2007, p. 80) aborda la empleabilidad desde tres dimensiones:
- La identidad profesional o la capacidad por la cual una persona se define en su contexto de trabajo.
- La capacidad de adaptación a los cambios del entorno.
- El capital humano y social que se centra en las habilidades, la experiencia, el nivel educativo y las redes sociales del individuo.
Por lo tanto, la orientación que más se aborda en los CEPAS es la orientación laboral en el ámbito individual, pues la mayoría de las personas desconoce el mercado de trabajo, las oportunidades reales de empleo, el tipo de perfiles demandados, las condiciones laborales, dónde conseguir la información,..
Las situaciones, más comunes, que requieren orientación laboral son las producidas por:
- Desajustes profesionales ante el cambio social y tecnológico que convierten en obsoleta una ocupación, para abordar nuevas ocupaciones como trabajadores por cuenta ajena o cuenta propia.
- Necesidad de adquirir competencias laborales, para ello la actividad del voluntariado puede paliar esta situación.
- Discapacidad del trabajador en la que se tendrán que tomar medidas comprensivas y globalizadoras, a través de la conjunción de servicios pluridisciplinares (médicos, sociales, de formación y capacitación, apoyo y orientación vocacional).
- Pertenencia a una etnia, cultura o país, pueden producir prejuicios raciales que confinen a las personas a los niveles más bajos de la actividad social y/o laboral.
El orientador se enfrenta a los problemas de orientación laboral que coinciden con los señalados por Fernández (2007):
a. Problemas de desempleo. Aborda tanto el acceso como el retorno al empleo, en ambos casos búsqueda de empleo.
b. Perfiles conflictivos. Dificultades en el mantenimiento del trabajo una vez conseguido.
c. Precariedad laboral, empleo sumergido. Deficiencias en la calidad de las condiciones de trabajo en cuanto a la situación jurídica, duración, jornadas o salario, riesgos de enfermedades o accidentes profesionales, etc.
d. Pérdida del "bienestar familiar". Se centra en las personas con serias dificultades económicas a pesar de tener un trabajo.
e. Subempleo. El ejercicio de un puesto de trabajo cuya cualificación y tareas está por debajo de las competencias de quien lo ejerce.
f. Estancamiento de carrera. La permanencia no elegida en puestos inferiores a los méritos o capacidad. Esta situación es distinta de la que se produce ante una elección de carrera en otros ámbitos vinculados a lo social, aficiones, participación política,...
Además, los conflictos entre la vida personal y laboral crean en el alumnado las interferencias en diversos órdenes de la vida. Éstas son generadoras de situaciones de estrés y sobrecargas, la necesidad de tiempo para la vida personal anula el tiempo de la vida laboral y viceversa.
Las áreas de intervención necesarias para el proceso de inserción social y laboral son:
1. La orientación se concibe como una intervención centrada en la persona, consistente en un proceso continuo dirigido a todas aquellas personas con dificultades sociales y laborales para insertarse en el mercado laboral. La persona en su proceso de inserción laboral es el principal agente de cambio.
2. La formación para la inserción tiene como objetivo la cualificación de la persona no sólo a nivel de conocimientos, sino también de actitudes, valores, destrezas y habilidades para el desempeño de un puesto de trabajo acorde con sus expectativas y perfil profesional que le permita la estabilidad laboral deseada.
3. La información se contempla desde dos vertientes, como actuación transversal que se desarrolla durante todo el proceso orientador y como desencadenante de actuaciones autónomas de búsqueda.
4. Autoempleo. La orientación para el emprendizaje es una línea de trabajo, que favorece la creación de pequeñas y medianas empresas (PYMES). Éstas presentan mayor flexibilidad y pueden adaptarse a los cambios del mercado.
5. Intermediación laboral con las entidades e instituciones de la zona.
Los cuatro primeros puntos son realizados por el orientador a través de la Formación en Orientación Laboral (FOL) impartida en las enseñanzas técnico profesionales y las actividades de tutoría. Sin embargo el quinto puntos no forma parte de sus funciones.
Las nuevas funciones del orientador, en los CEPAS, como orientador laboral queda justificada por el art 66.4 de la LOE que señala: las personas adultas pueden realizar sus aprendizajes tanto por medio de actividades de enseñanza, reglada o no reglada, como a través de la experiencia, laboral o en actividades sociales, por lo que se tenderá a establecer conexiones entre ambas vías y se adoptarán med