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Aprender a estudiar: el mejor aprendizaje

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Mª Carmen Sánchez Mendías. Psicopedagoga (Granada)
La Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo de Educación, establece en su Título Preliminar, en el Capítulo I, dedicado a los Principios y Fines de la Educación, concretamente en su artículo 2, que el sistema educativo español se orientará a la consecución de una serie de fines, entre los que destacamos dos de ellos, relacionados con el aprendizaje de Técnicas de Trabajo Intelectual (TTI):

f) El desarrollo de la capacidad de los alumnos para regular su propio aprendizaje, confiar en sus aptitudes y conocimientos, así como para desarrollar la creatividad, la iniciativa personal y el espíritu emprendedor.

h) La adquisición de hábitos intelectuales y técnicas de trabajo, de conocimientos científicos, técnicos, humanísticos, históricos y artísticos, así como el desarrollo de hábitos saludables, el ejercicio físico y el deporte.

Como podemos observar, se pone de manifiesto la importancia del desarrollo de hábitos de estudio y técnicas de trabajo intelectual para la mejora del rendimiento académico del alumnado, con el fin de evitar su fracaso escolar ante las dificultades que presenten para abordar sus estudios.

Hernández (1990) define las Técnicas de Trabajo Intelectual, como:

"el conjunto de habilidades de trabajo que capacitan al sujeto para una más fácil, rápida y profunda asimilación, transformación y creación de valores culturalmente transmitidos"

Partiendo de los principios del aprendizaje significativo, de la teoría de Ausubel (1987), en los que se sustenta la actual concepción de aprendizaje en nuestro sistema educativo, el alumno, sujeto activo en la construcción de su propio aprendizaje, con la ayuda del profesor, va a requerir el dominio de diversas técnicas para poder afrontar de forma exitosa sus estudios. Por ello, será preciso incluir la enseñanza de las Técnicas de Trabajo Intelectual en el currículum escolar.

Ahora bien, debemos tener en cuenta que cada sujeto posee una estructura cognitiva propia, diferentes intereses y motivaciones, por lo que no podemos hablar del uso del mismo tipo de estrategias para hacer frente a la tarea de estudiar en todo el alumnado.

Según Pozo (1999), las Técnicas de Trabajo Intelectual, deben ser incluidas de forma transversal a través de las distintas áreas del currículum escolar. Del igual modo, pueden ser abordadas desde la acción tutorial, como contenidos específicos en las tutorías lectivas, desarrollada bien por el profesor tutor, en el caso de la Educación Primaria o por el profesor tutor-orientador en la Educación Secundaria.

Será necesario considerar, previamente a su incorporación en el currículum, de las distintas etapas educativas, el nivel de desarrollo cognitivo general de los sujetos en dicha etapa, así como de cada alumno en concreto. Por otro lado, será preciso tener en cuenta el grado de motivación que manifiesta el alumnado hacia el estudio.

Las Técnicas de Trabajo Intelectual, serán enseñadas de manera natural y gradual desde la Educación Primaria. Concretamente, en dicha etapa, como mencionamos anteriormente, el aprendizaje de éstas se realizará de forma gradual: comenzará con la adquisición, por parte del alumno, de determinados hábitos de estudio, a continuación se incluirán en el currículum de forma transversal mediante el desarrollo de ejercicios específicos de lectura, aplicación de técnicas de estudio tales como el subrayado, el resumen, etc., para que finalmente, una vez que el alumno conozca y trabaje este tipo de técnicas, sea capaz de planificar su tiempo de estudio de un modo sencillo.

En la Etapa de Educación Secundaria, el alumno posee ya una base considerable en relación al aprendizaje de las Técnicas de Trabajo Intelectual, tras haberlas trabajado en la etapa anterior. Por tanto, en este periodo deberá comenzar a personalizarlas y hacerlas propias. Nos encontramos en una etapa de gran relevancia, que coincide con la adolescencia, momento en el que el alumno presenta unas características psicoevolutivas que debemos destacar. Por ello, concretamente en el caso de la autoestima, debemos velar por el desarrollo de un estilo atribucional adecuado en relación a sus éxitos y fracasos ante el estudio. Finalmente, al igual que en la etapa anterior, el alumno, deberá planificar su tiempo de estudio, pero de forma más compleja, siendo ya capaz de realizar una evaluación de su proceso de aprendizaje, y de prever los resultados que obtendrá tras su realización.

A continuación, se presenta una posible intervención para el desarrollo de las Técnicas de Trabajo Intelectual, que sería incluida en el Plan de Orientación y Acción Tutorial y desarrollada en el ámbito de la acción tutorial, en las sesiones establecidas para la tutoría lectiva, en el nivel de Educación Secundaría Obligatoria, bien por el tutor, con el asesoramiento del orientador, o bien por el orientador a petición de éste.

Intervención para el desarrollo de Técnicas de Trabajo Intelectual

Aprender a aprender: el mejor aprendizaje

1. Objetivos


1.1 Objetivo General:
Promover el proceso de aprendizaje significativo, con el fin de que el alumno logre una mayor autonomía en la realización de sus aprendizajes.

1.2 Objetivos Específicos:

- Potenciar el autoconocimiento del alumno respecto a su forma de estudiar y de aprender.

- Conocer los factores físicos y ambientales que inciden en el proceso de estudio.

- Informar al alumno de los distintos métodos y técnicas de estudio que existen para que elija el que más se adecue a sus características personales.

2. Contenidos

2.1 Conceptuales:


- Autoconocimiento.

- Técnicas de estudio: subrayado, esquema, apuntes, planificación de estudio.

- Factores físicos y ambientales que inciden en el estudio.

- Aptitudes y Motivación

2.2 Procedimentales:

- Cumplimentación de cuestionarios (Inventario Hábitos de Estudio) para conocer cómo estudian (autoconocimiento) e interpretación de los resultados.

- Cómo aprender a aprender: cómo realizar la lectura comprensiva, el resumen, subrayado, etc.

- Cómo estudiar: analizar aspectos positivos y negativos de cada una de las técnicas de estudio aplicadas, decidir y comprobar sus resultados.

2.3 Actitudinales:

- Interés por conocer cómo estudia y aprende.

- Motivación hacia el aprendizaje.

- Análisis crítico sobre las técnicas de estudio utilizadas.

- Interés por elegir la técnica de estudio más adecuada.

3. Actividades de Enseñanza-Aprendizaje

- El tutor/orientador explicará al alumnado, en qué consiste, y cómo cumplimentar la siguiente prueba: Inventario de Hábitos de Estudio. A continuación, pasará la prueba al grupo-clase y se analizarán los resultados obtenidos.

- El tutor/orientador explicará a los alumnos que existen factores que condicionan el aprendizaje, pidiéndoles que realicen una redacción en la que expliquen las condiciones en las que estudian.

- El tutor/orientador recordará las técnicas de estudio que aprendieron en la etapa anterior, y explicará nuevas técnicas como el proceso de toma de apuntes. Seguidamente, se presentarán a los alumnos diversas actividades en las que deberán aplicar distintas técnicas de estudio.

A) Se proporcionará al alumno un texto y se le pedirá que aplique las técnicas de estudio que mejor se ajusten a su forma de aprender, con objeto de facilitar el estudio posterior del mismo.

B) Dictado de apuntes por el tutor/orientador para aplicar la técnica de toma de apuntes aprendida.

- El tutor/orientador expondrá al grupo el proceso que deben seguir para elaborar una planificación de su tiempo de estudio. Después, les pedirá que realicen una planificación del tiempo que emplean en la tarea de estudio.

4. Procedimientos e Instrumentos de Evaluación.

4.1 Procedimientos de Evaluación:


La evaluación de la intervención se realizará en tres momentos:

1. Evaluación Inicial o Diagnóstica: A través de la aplicación del Inventario de Hábitos de Estudio, podremos detectar las necesidades del alumnado en relación al proceso de estudio.

2. Evaluación Procesual: Nos va a permitir obtener información del desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado, sobre las Técnicas de Trabajo Intelectual, con el fin de realizar aquellas modificaciones que se estimen oportunas, para poder obtener un resultado óptimo en dicho proceso.

3. Evaluación Final: Nos va a permitir conocer si el alumnado ha adquirido los objetivos que planteamos al principio del proceso de enseñanza-aprendizaje.

4.2 Instrumentos de evaluación:

- Inventario de Hábitos de Estudio.

- Participación del alumno durante el desarrollo de las explicaciones y actividades.

- Interés del alumno por los contenidos explicados.

- Actividades realizadas por el alumno: redacción sobre las condiciones en las que estudia, actividades de aplicación de técnicas de estudio a textos, la toma de apuntes y planificación de su tiempo de estudio.

- Actitud positiva del alumno ante los aprendizajes adquiridos.

Referencias bibliográficas

Ausubel, D., Novak, J. y Anesian, H. (1987). Psicología evolutiva. Un punto de vista cognoscitivo. México: Trillas.

Hernández, F (1990). Aprendiendo a aprender. Murcia: GDE.

Pozar, F.F. (1983). Inventario de Hábitos de Estudio. Madrid: T.E.A.

Pozo, J.I. y Monereo, C. (1999). El aprendizaje estratégico. Enseñar a aprender desde el currículo. Madrid: Santillana.
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